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MIGUEL ANGEL MATA
Domingo, 22 de febrero 2009, 09:21
Centros tecnológicos, centros de investigación cooperativa (CIC), centros de excelencia, unidades de I+D empresarial, universidades, centros públicos, privados y mixtos, fundaciones, alianzas, fusiones... el mundo investigador vasco ha sido objeto de una actividad y desarrollo frenético en la última década. Nadie duda de que Euskadi es hoy un lugar de referencia en el ámbito de la I+D+i, no sólo en España, sino también en Europa. Tanto es así que varios agentes de la llamada red vasca de ciencia, tecnología e innovación (Saretek) participan e incluso lideran decenas de proyectos de investigación del más alto nivel en el ámbito europeo. «Tras la creación y la consolidación de este entramado, llega el momento de dar el tercer paso, el de la ordenación» de los agentes implicados. Así lo cree Rafael Barrenechea, presidente del centro tecnológico Ideko y recién nombrado presidente de turno de la alianza IK4, a la que pertenece el centro elgoibarrés especializado en máquina-herramienta.
- ¿Cuáles son los retos de IK4 para este año, el de su presidencia?
- Profundizar en la coordinación y cooperación de los siete miembros (CEIT, Cidetec, Gaiker, Ideko, Ikerlan, Tekniker y Vicomtech) para seguir aprovechando las sinergias que nos permitan seguir ofreciendo a las empresas soluciones y productos de valor añadido que las hagan más competitivas.
- ¿Esa profundización desembocará en algún momento en fusión, como en el caso de Tecnalia, cuyo proceso de integración ya ha comenzado?
- No contemplamos la fusión. El modelo de IK4 se basa en la autonomía de los centros y la cooperación entre ellos, especialmente en las 8 unidades de trabajo compartidas: mecatrónica, microtecnologías, biotecnología, gestión y producción industrial, tecnologías de la información, energía, materiales y procesos, y medio ambiente.
- ¿Cómo está afectando la crisis a los centros tecnológicos?
- De forma moderada. Es cierto que hay empresas que en estos momentos tienen otras urgencias y pueden recortar sus inversiones en innovación. Pero la I+D+i es un factor estratégico en la empresa que quiere destacarse de las competencia, por lo que la mayoría sigue invirtiendo, sabedora de que nuestra labor en este momento es más importante que nunca.
- Los centros tecnológicos se financian tanto de las investigaciones que realizan para las empresas como de programas de investigación pagados con dinero público. ¿Teme que, si perdura la crisis, las distintas instituciones (Gobierno Vasco, Ministerio de Ciencia y Unión Europea) recorten los fondos destinados a investigación para dedicarlos a partidas sociales?
- No lo creo. La crisis está siendo dura, pero pasará, como todas las anteriores. Y las distintas administraciones saben que la innovación y el papel de los centros tecnológicos es fundamental en el fortalecimiento de nuestras empresas para cuando la crisis pase y vuelva la demanda.
- En el caso concreto del País Vasco, ¿no hay una especie de 'overbooking' de centros de investigación que pueden solaparse unos a otros?
- En absoluto. Hay los centros necesarios. Por suerte, el País Vasco ocupa hoy un lugar destacado en el ámbito investigador europeo gracias al tejido que se ha creado.
- Pero da la impresión de que se están creando unidades y centros de investigación sin que haya un mínimo control, como si lo importante fuera el 'cuanto más mejor'.
- Es cierto que quizá haya llegado el momento de ordenar el sistema. En pocos años hemos generado gran cantidad de centros de investigación y conocimiento que han llegado a ser punteros en sus ámbitos. Tras los pasos de creación y consolidación, llega el momento de la ordenación.
- ¿Cómo debería ordenarse el sistema vasco de innovación?
- No me corresponde a mí decirlo. Es un trabajo que tenemos que desarrollar todos los agentes implicados: centros, fundaciones, Administraciones, universidades, empresas...
- Alguna opinión tendrá...
- Debemos ser capaces de tejer una red de colaboración entre todos nosotros para que, a su vez, seamos un nodo de una red más amplia, a nivel europeo e incluso mundial. La colaboración y la suma de conocimientos es la base de la investigación. Los centros tecnológicos ya hemos comenzado ese proceso, con la creación de alianzas como IK4 y Tecnalia.
-¿Cómo ven los centros tecnológicos a los siete centros de investigación cooperativa (Biogune, Nanogune, Microgune...? ¿Temen que les quiten protagonismo -y financiación- para investigación básica?
- Como digo, debemos colaborar entre todos para fortalecer el sistema vasco de innovación y los CIC son un agente más de ese sistema. Los CIC tienen una naturaleza diferente a la de los centros tecnológicos. Ellos se dedican a la investigación básica a largo plazo. Nosotros, aunque también hacemos investigación básica, estamos más enfocados a la empresa, a la investigación aplicada con resultados concretos para la mejora de la competitividad de las empresas.
- Ése es el argumento peligroso por el que algunos temen que los centros tecnológicos acaben limitándose a la investigación para empresas porque verán reducidos los fondos para investigación básica.
- Insisto en que las distintas administraciones conocen la labor de los centros tecnológicos y su importancia para el desarrollo de la I+D+i, incluida la importante labor que realizamos en investigación básica.
-¿Qué opina de la transferencia de las políticas de I+D+i del Gobierno central al vasco?
- Lo vemos en términos de cercanía, una forma de que los recursos para innovación se gestionen más cerca. Por lo tanto, lo consideramos algo positivo. Dicho esto, los centros tecnológicos siempre hemos trabajado con ambos gobiernos y lo seguiremos haciendo.
- La transferencia supone que Euskadi pagará menos Cupo al Estado, por el dinero que dedicará a actividades de I+D+i que antes asumía el Gobierno central. ¿Existe algún mecanismo (o al menos un compromiso) para controlar que ese menor Cupo se destinará efectivamente a innovación y no a otras partidas?
-No. Pero la implicación del Gobierno Vasco por la innovación está fuera de dudas. No hay temor en ese sentido.
La Ley de Ciencia
- La ministra de Ciencia y Tecnología, la guipuzcoana Cristina Garmendia, se ha comprometido a elaborar una Ley de Ciencia. ¿Qué opinión le merece?
- Es positivo. La ley actual data de 1983 y hay que actualizarla.
- Hay muchos investigadores que ven las leyes como límites a su labor bajo la premisa de que «la ley encorseta».
- Entre no tener nada y tenerlo, es mejor tenerlo.
- ¿Qué aspectos deberían ser primordiales en la ley?
- Definiría tres aspectos que deberían quedar bien establecidos, legislados y clarificados. Primero, la transferencia del conocimiento de los centros de investigación a las empresas, para que pueda ser transformado por éstas en mejores productos o servicios beneficiosos para ellos y para la sociedad. Por otra parte, el fomento de la colaboración público-privada y de la financiación mixta, de modo que por cada euro público se consigan dos de origen privado. Dentro de esto, queda pendiente una mayor colaboración entre el mundo de la universidad y la empresa, aspecto en el que se ha avanzado bastante, pero no lo suficiente. Por último, un mayor impulso a la colaboración en red de todos los agentes implicados en la I+D+i, primero entre nosotros y de ahí con el resto para lograr tejer una red mundial de I+D+i.
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