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Iñaki Esnaola, en su despacho de San Sebastián. [USOZ]
«Veo a la izquierda abertzale estancada, sin casi capacidad de maniobra»
IÑAKI ESNAOLA, ABOGADO Y EX DIRIGENTE DE HERRI BATASUNA

«Veo a la izquierda abertzale estancada, sin casi capacidad de maniobra»

El abogado Iñaki Esnaola, ex diputado de HB en los años 80, percibe «incompatible» el mensaje de Arnaldo Otegi «con lo que dice y hace ETA»

ALBERTO SURIO

Martes, 27 de enero 2009, 13:47

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Iñaki Esnaola (Deba, 1948) lleva dieciocho años alejado de la actividad política pero fue en su día un hombre fuerte en la izquierda abertzale, ex diputado de Herri Batasuna en los años ochenta. A partir de 1991 cayó en desgracia, precisamente, por discrepar de la línea oficial mayoritaria y abogar por un cambio de estrategia favorable al abandono de la violencia. Abogado en ejercicio, a sus 60 años sigue la actualidad y percibe que la izquierda abertzale se encuentra «estancada» y «sin casi capacidad de maniobra».

-Usted estuvo comprometido en su día con la izquierda abertzale, ¿cómo la ve en este momento?

-Ha sufrido un ataque descomunal, quizá por su propia estrategia ha dado pie a ello, y en este momento quizá haya una transición entre si el camino político debe ser el único a utilizar o si, por el contrario, va a continuar por lo menos no condenando y aceptando la violencia de ETA. La izquierda abertzale, a la defensiva, siempre le veo bien cuantitativamente, aguanta y resiste. Otra historia sería saber si acierta en el ataque, en las estrategias y en las tácticas. Eso es más complicado. Ahí sí le veo estancada, casi sin capacidad de maniobra.

-¿ETA debería abandonar las armas? ¿Cree que la mayoría de la izquierda abertzale está por el final?

-Como ya llueve sobre mojado y como hemos visto en muchas ocasiones, es cierto que una mayoría en la izquierda abertzale puede estar por la utilización estricta de medios políticos, pero toda ella con la duda de que en el organigrama político español las ideas y objetivos de la izquierda abertzale no entran y, consecuentemente, de un modo u otro, serán siempre machacadas.

-¿Cómo vio el último proceso de paz?

-Quizá no muy esperanzado porque me pareció ver desde el principio que aquello no iba a durar, quizá porque en todos los grupos suele haber sectores discrepantes y gentes que desde el principio ya están cantando el final de lo que ha empezado. En las dos partes ya había gentes que estaban en contra de aquello. No lo vi sólido...

-Pues estaba 'Josu Ternera'...

-De nombres no sé, pero en el mundo de ETA también había gente en contra, y a favor. Y en los otros mundos también. No me pareció un proceso sólido, aunque podía ser serio. Una cosa son las personas que intervienen y otra quienes están al lado, a la derecha, encima, abajo...

-Ha sido el tercer intento de un final. Usted participó en 1986...

-¡Uf lo que ha llovido! Seguramente ha sido la más seria, la más extendida, la que ha requerido una mayor intervención de todos.

-¿Qué lección extrae de este último fracaso?

-La de siempre. Que la izquierda abertzale consiga unos objetivos políticos concretos negociando con el Estado español es muy difícil. Por la relación de fuerzas, por la ideología, por el modo de ser. El PSOE ha sido siempre un partido estatutario, no creo que esté en avanzar más allá de esa posición. La vaca no da más leche y eso le vale a la izquierda abertzale, al PNV, a EA. Sólo que algunos se mueven mucho mejor en determinados campos. La izquierda aber-tzale o coge respiración o se queda sin nada.

-¿Y eso que en el diálogo de Loiola entre PNV, PSE y Batasuna parece que se alcanza casi un acuerdo?

-Eso parece. Se estuvo a punto de conseguir un acuerdo. ¿Eran cuestiones estratégicas? ¿Eran caminos tácticos para que la izquierda abertzale desarrolle su actividad en un determinado marco? De conseguirse algo iría por lo segundo.

-A la vez Arnaldo Otegi está insistiendo en que la izquierda abertzale ha conseguido un gran triunfo al lograr el agotamiento del marco político de la transición.

-Eso decíamos nosotros también hace 15 años.

- Pero Otegi también dice que hay que construir un espacio soberanista sin el PNV y da a entender que sin violencia. ¿Qué ve usted en esas palabras?

-Otegi lanzó en el Kursaal un mensaje de consumo interno para casa que refleja la pelea interna que puede haber ahí. Se ve que hay sectores que están pensando una cosa y que hay otros sectores que a los dos días hacen un comunicado en dirección contraria. Parece que hay un sector que apuesta por el camino político, que es el titular que le dio al día siguiente a la historia, y entiendo que ese camino político llevaría la exclusión de la violencia. ¿Eso dentro de la casa de la izquierda abertzale cómo está cualitativa y cuantitativamente? No sé si esas posiciones políticas son compartidas por la mayoría y si son compartidas por ETA.

-¿Por qué?

-Porque yo al día siguiente leo un comunicado en el que ETA reivindica el fallecimiento, la muerte o el asesinato de Uria y dice que va a seguir. Parece deducirse un punto de incompatibilidad entre el mensaje de Otegi y lo que dice y hace ETA. Tampoco creo que Otegi hable a título personal.

-¿Qué piensa de su mensaje?

-Por primera vez veo un discurso de calado que igual desde fuera de la izquierda abertzale no se aprecia. Tiene mucha importancia.

«Consumo interno»

-¿Ve posible que Otegi, emulando lo que hizo Gerry Adams con el IRA, termine por pedir a ETA un movimiento de alto el fuego permanente?

-¿Públicamente? Todavía no. Viendo la relación de fuerzas creo que aún no ha llegado ese momento políticamente hablando. Otegi ha estado en la cárcel, ha pensado mucho, ha hablado con mucha gente. Parece que está en una apuesta. ¿Cuántos le apoyan en esa apuesta? No lo sé. Ésa es la clave. La pregunta es por qué dice eso. ¿Es el clásico consumo que luego al día siguiente ya se ha roto o tiene unos carriles puestos? No lo sé.

-¿Está dividida la izquierda aber-tzale?

-Más que dividida, está atenta. Políticamente, como todos los partidos, la izquierda abertzale sigue las directrices de los que marcan las estrategias. El día anterior a que pasara lo de los bancos nadie sabía que fuera a pasar, o el día anterior que se cayera el muro de Berlín, nadie lo sabía. Luego se demuestra que los entendidos son una banda de inútiles, con el debido respeto, y al final toda la izquierda abertzale va en pelotón.

-¿Hay 'duros' y 'blandos'?

-¿Duros y blandos? Están los que están por seguir una estrategia de años y los que están que dicen que esa estrategia hay que cambiar- la.

-Pues entre los presos sí parece que hay discrepancias. Conoce las tesis de Txelis , Pakito , Urrusolo.

-Sí, hay presos veteranos ilustres que están en una posición crítica, a su modo y manera, algunos hace tiempo. Demuestran que son gentes que tienen bolo, que no dicen eso porque están en la cárcel. Pero hasta ahora está demostrado, por las razones que sean, que el preso, por muy Urrusolo que sea, en la dinámica de las cárceles siempre es el preso 441 y que el que dirige el tema es la dirección a la organización a la que pertenece.

-¿Esas tesis son mayoritarias?

-No lo sé, aunque lo fueran en el interior de mucha gente, prima una idea, que uno puede ser crítico pero no dice nada al exterior para no dar bazas al contrario.

-¿Un reagrupamiento de presos como en Irlanda sería positivo?

-Es al revés, lo importante no es lo que hagan con los presos para que luego haga ETA sino que lo importante es lo que diga ETA para que luego lo hagan los presos. Lo que más se busca es hacer una nueva negociación en la que ETA tenga una participación para dar por zanjada esta cuestión.

-¿Cómo?

-Mi idea es que ETA dice que en una negociación tiene que ser parte directa o indirecta. En tanto en cuanto eso no ocurra, bien sea con reagrupamientos o no, ETA no cambiará. Ahora bien, si siguen pidiendo las mismas cosas que se han pedido siempre menos posibilidades habrá de que haya una negociación o un acuerdo.

-¿El tiempo en contra de quién corre?

-No del PSOE ni del PP desde luego, aunque es que la izquierda abertzale no se desgasta cuantitativamente. El mapa de bloques políticos viene a ser el mismo que en las elecciones del 77. Los abertzales podemos ser el 51%, lo que tampoco es la madre del cordero.

-¿Se puede retomar un proceso de paz?

-Sí con cierto contenido político, pero si consiste en decirle a ETA: iros a Paraguay a pasar 25 años de vuestra vida, es muy difícil.

-¿Es viable un final sobre la ecuación 'paz por presos'?

-Eso no lo veo conociendo un poco aquel mundo. No sé si ha cambiado tanto desde entonces.

-¿Qué piensa de la última operación de Baltasar Garzón?

-Este tipo de estrategia, al igual que la actuación de los partidos del poder, dan pie a todos los que creen, que no son pocos, que es prácticamente imposible políticamente obtener un camino por el que puedas defender tus ideas se quiera o no, y por ello la violencia suele resultar beneficiada.

-¿Habrá una lista de la izquierda abertzale en las elecciones?

-Habrá una lista, pero dudo que la misma exista por motivos estrictamente democráticos o si por contra al PSOE le interesa la presencia de la izquierda abertzale en su lucha electoral con el PNV.

-Ve ya los toros desde la barrera. ¿Está escéptico?

-El desapego es mayor porque careces de datos. Pero la política me sigue interesando.

-¿Volverá?

-Eso nunca se puede decir pero no creo que vaya a volver a ningún sitio. Con 60 años normalmente no se vuelve, se va en todos los aspectos de la vida. Normalmente me quedaré donde estoy.

-¿Confía en ver el fin de la violencia?

-Como uno es ya mayorcito y a la vista de cómo se plantean las cuestiones políticas en Madrid, Gasteiz e Iruña, y a pesar de que uno piensa vivir muchos años, soy escéptico sobre ese final.

-Los últimos atentados de ETA parece que marcan en especial al entorno del PNV.

-Sí, la izquierda abertzale ha tenido una decepción política con el PNV y ETA está tirando hacia ahí. Pero ETA también sabe que no es lo mismo hacer acciones en Madrid que meterse directamente con un político del PNV.

-¿Cree que pasará ese umbral?

-(Largo silencio). No me atrevo a decir frases altisonantes. Para la izquierda abertzale todavía la existencia de Ibarretxe y sus medidas políticas le suponen una especie de pequeño balón de oxígeno, pero como eso desaparezca y vuelva el clásico pacto PSOE-PNV y se vuelva a los años ochenta en su más puro estilo puede pasar cualquier cosa.

-¿Ve condiciones para una escisión en ETA?

-No, ni en ETA ni en la izquierda abertzale.

-¿El supuesto de rechazo a la violencia en la izquierda abertzale se va a dar?

-Creo que no, o el cambio viene de arriba o nada. La izquierda abertzale es coherente en ese sentido. Es verdad que en la izquierda abertzale hay cantidad de gente que está en contra de la violencia y harta, pero luego llega el 1 de marzo e irá a votar si puede a la lista que se presente. Primero, por su ideología. Y porque mucha gente entiende que condenar la violencia es hacer un juego al contrario. El eterno círculo vicioso.

-¿Cómo le ve a Aralar?

-Es un partido con poco margen de maniobra, sin recorrido.

-¿Y al mundo nacionalista?

-El PNV ha apretado mucho el tornillo y creo que algún día se va a pegar un tortazo electoral. Con Mayor Oreja funcionó el voto del miedo. El PSOE está intentando suavizarse, pero cometerá errores, al final terminará donde el PP y seguiremos donde siempre. Si leo resulta que va a ser el PSOE el que va a hacer la negociación con la izquierda abertzale, y que con el PNV ganando no habrá posibilidad alguna. Parece que les interesa que Patxi López sea lehendakari para abrir un nuevo proceso. ¿Va a haber un lehendakari socialista? Es difícil, porque aquí la gente abertzale todavía tiene miedo a esa posibilidad. Al final puede que haya mucho votante del silencio al PNV.

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