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MITXEL EZQUIAGA
Miércoles, 10 de diciembre 2008, 04:08
DV. Es simplemente el fin de una sociedad mercantil, pero en el mundo de la gastronomía vasca, llena de símbolos e identidades, la «separación» de Martin Berasategui y Andoni Luis Aduriz es mucho más que un divorcio legal. El punto final a su relación, que se firmará en los próximos días, se ha acordado de manera amistosa y permitirá a cada uno de ellos acometer por libre nuevas iniciativas profesionales. Pero el «divorcio» plantea también interrogantes en la gestión de locales emblemáticos, como los restaurantes del Kursaal o el Guggenheim de Bilbao.
La historia del grupo Martin Berasategui, constituido hace diez años, es también la historia de los años florecientes de la gastronomía guipuzcoana. En los años 80, el joven Berasategui destacó pronto como el estandarte del nuevo de la cocina vasca, punta de lanza de la generación posterior a los Arzak y Subijana, nombres que habían creado «la nueva cocina vasca». Berasategui forjó su reputación en el Bodegón Alejandro de la Parte Vieja, el negocio heredado de sus padres, pero luego dio el salto a Lasarte-Oria, donde crearía un local pronto bendecido por las tres estrellas Michelin y galardonado como uno de los mejores restaurantes de Europa. Con Martin empezaron a trabajar dos jóvenes chefs, Andoni Luis Aduriz y David de Jorge, en lo que sería el germen del Grupo Berasategui. Primero montaron un local de pastelería en el centro comercial Arco y luego gestarían el ya mítico Mugaritz con un cuarto socio, Bixente Arrieta.
Fueron los años dorados del grupo. Se adjudicaron la gestión gastronómica del Guggenheim y el Kursaal, al tiempo que se consolidaba el prestigio del Mugaritz. Hace unos años, por motivos personales, David de Jorge dejó su parte de la propiedad y pasó a trabajar como «ideólogo» en la editorial creada al amparo de esos grandes nombres de la cocina.
Pero un ciclo termina ahora, según coinciden en señalar los propios protagonistas. Berasategui quiere «seguir mimando» su restaurante de Lasarte-Oria, la «casa madre», así como continuar su creciente agenda externa: asesoría de hoteles y restaurante en Canarias o Barcelona, creación de platos para su comercialización en grandes superficies e iniciativas en preparación en el cambiante mundo gastronómico que llega. David de Jorge seguirá con él, al tiempo que se dedica a los trabajos editoriales y a los programas de tv en ETB, como , del que habrá una segunda edición en navidades.
Andoni Luis Aduriz y Bixente Arrieta mantendrán el Mugaritz, en un momento dulce de prestigio después de que, además de otros premios y sus dos estrellas Michelin, fuera considerado este año «cuarto mejor restaurante del año» por la revista londinense . También correrá a su cuenta el Bodegón Alejandro de la Parte Vieja y el Guggenheim, cuya cocina dirige con reconocido oficio Josean Martínez Alija. Y queda en el aire el futuro del Kursaal.
¿Divorcio amistoso? Sí, coinciden Berasategui y Aduriz. «A veces hemos discrepado en cómo hacer las cosas pero siempre agradeceré el apoyo de Martin», dice Aduriz. «Es hora de mirar hacia adelante», concluye Berasategi. «Con David al lado vamos vivir aún grandes momentos». mezquiaga@diariovasco.com
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