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ARTÍCULOS DE OPINIÓN

Euskaraz yes, sí, oui... BAI

J. IÑAKI ETXEZARRETA DIRECTOR DE LA CONFEDERACIÓN DE IKASTOLAS DE EUSKAL HERRIA

Viernes, 28 de noviembre 2008, 02:39

N uevos tiempos, nuevas estrategias. El Gobierno Vasco ha acometido, a lo largo de esta legislatura que termina, una reflexión en materia lingüística que previsiblemente se traducirá en una renovación de la política con respecto a dicha cuestión, tan importante ésta para el presente y futuro de los ciudadanos de la Comunidad Autónoma Vasca.

Han transcurrido los años suficientes, más de veinticinco, desde que se puso en marcha toda una visión estratégica de cara al logro de un modelo de bilingüismo por medio de las dos lenguas oficiales reconocidas en el Estatuto de autonomía. El tiempo transcurrido, por una parte, y las nuevas circunstancias que desde hace más de una década son patentes, por otra parte, obligan a las autoridades políticas a realizar una mirada al camino recorrido, a evaluarlo y, por consiguiente, a mejorarlo, haciendo un esfuerzo de visión hacia un futuro en el que una renovada política lingüística afianza lo logrado, reconduzca lo errado y afronte lo nuevo.

Muchas y diversas, algunas contrapuestas, son la posibles valoraciones que se puedan efectuar sobre la senda recorrida. Por mi parte, prefiero situar mi mirada en lo que yo estimo que han de ser las estrategias de futuro, teniendo en cuenta el pasado reciente y el presente, junto con una valoración comparativa con lo que ha sucedido en otros territorios del País del Euskara.

El escenario que vislumbro se caracteriza por unas nuevas generaciones cuyo reto más importante es el desarrollo de su competencia comunicativa en, al menos, tres lenguas: el Euskara como lengua vehicular en el proceso educativo y de comunicación simbólica con un aumento progresivo de hablantes y bilingües pasivos, el castellano y el francés como lenguas oficiales, de contacto y de comunicación intergeneracional que mantendrá una notable presencia social, y el inglés como lengua franca que ganará en número de usuarios profesionales y lúdicos. Un escenario en el que los euskaldunes plurilingües manifestarán una mayor competencia comunicativa oral, escrita, tecnológica y de mayor proyección profesional en todos los ámbitos de la vida social, cultural y económica de Euskadi.

Pero este escenario se completaría con un gran número de castellano-parlantes, de perfil monolingüe, que convivirá con las actuales generaciones de bilingües activos y pasivos y de ciudadanos multilingües, convivencia que requerirá de una excelente política de líneas de intervención, de gestión pública y participación de los agentes sociales que prime un bienestar lingüístico, como el bienestar social.

Traduciendo esta prospectiva a las prioridades estratégicas que induce, y sobre todo a los comportamiento individuales y colectivos que se precisan, la propuesta por la que más decanto consistiría en reforzar la educación con una función de presente y futuro euskaldun plurilingüe, invertir más en la creación y consolidación de núcleos de uso del Euskara, hacer partícipes activos a los líderes instituciones, sociales, políticos y económicos en el uso plurilingüe de la comunicación social, sobre todo mediática, construir de forma progresiva y acordada una cultura colectiva a favor del Euskara en una sociedad multilingüe consciente de su realidad y respetuosa de la diversidad, y finalmente impulsar una forma de hacer institucional que detente el liderazgo de la política lingüística y lo gestione en auzolan con las empresas y organizaciones sociales.

De entre dichas prioridades estratégicas, por abreviar, me referiré a dos: a la primera y a la penúltima. En relación al reforzamiento de la educación en su función de desarrollar la competencia comunicativa, hemos de reconocer que la escuela vasca ha hecho mucho, pero puede y debe hacer mucho más. Hay quien no ve que la escuela es un ámbito fundamental de integración, comunicación, relación y convivencia de las personas, tanto para niños y jóvenes como para los servicios que demandan y se ofrecen a las familias, tanto para las relaciones entre padres y profesores, como para la interacción entre escuelas, ikastolas y medios sociales e institucionales, tanto para la euskaldunización de las familias como la formación de éstas como padres y madres de alumnos y como gestores de escuelas. Todos esos ingredientes están presentes en la tarea escolar, y no se limitan a la vida académica de las personas. Si queremos un avance sociolingüístico para nuestra sociedad, y sea el uso del euskera su eje de revitalización, debemos tener presentes todas estas cuestiones, en las que hay mucho que hacer. Es evidente, por tanto, que la política lingüística de estas primeras décadas del siglo XXI debe reafirmar y actualizar la labor de la escuela, dentro del ámbito de escuela multilingüe basada en el euskera.

Con respecto a la construcción de forma progresiva y acordada una cultura colectiva a favor del Euskara en una sociedad multilingüe, quiero hacer un subrayado notorio en lo importante que es para que la política lingüística (me vale para cualquier otra política). Por mucho que la misión, la visión, las estrategias, los objetivos, la estructura, los procesos y los roles estén convenientemente definidos, una política que pretenda una colectividad humana competente en su comunicación necesita algo más: En concreto, que los comportamientos sean coherentes con la estrategia. Sin eso, no habrá resultados, serán mucho más escasos o serán más difíciles de conseguir. Resultados y proceso están íntimamente ligados. La normalización lingüística, sobre todo la correspondiente al Euskara, requieren actitudes, liderazgo, trabajo en equipo, comunicación, etc. Factores que ponen de manifiesto, en su conjunto, nuestra competencia en la política a favor del Euskera, detrás de todo lo cual hay determinados valores, que en la medida en que se sientan y se vivan como algo común y compartido, irán construyendo nuestra cultura colectiva.

Y todo ello lo manifiesto porque he sido testigo, observador y agente activo, especialmente en las ikastolas, de esa labor conjunta, de ese fenómeno que ha caracterizado la andadura de estas últimas décadas por parte de los profesores y otros trabajadores de los centros educativo, por parte de sus familias y colaboradores, de generación en generación.

Es evidente, incluso para quien no quiere ver o no quiere oír, que la sociedad vasca es una comunidad que desea equilibrio porque lo necesita, que quiere recuperar y dinamizar el Euskara porque lo considera suyo, que quiere ser abierta y plural porque es inteligente. Pongamos, en consecuencia, a prueba nuestra inteligencia, sobretodo la emocional y construyamos una cultura colectiva a favor del euskera, con euskaldunes activos, pasivos y permisivos. Euskaraz yes, sí, oui . BAI.

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