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JAVIER PEÑALBA
Viernes, 21 de noviembre 2008, 08:37
DV. El calentamiento global es también una realidad en Donostia. La temperatura del agua del mar en la bahía de La Concha ha experimentado un aumento de casi medio grado en los últimos veintidós años. Esta es una de las conclusiones de un estudio realizado por Azti-Tecnalia que ha analizado la tendencia de la temperatura superficial del agua del mar en la capital guipuzcoana a partir de las mediciones efectuadas por el Aquarium desde 1946. El objetivo de los investigadores ha sido conocer «si los datos obtenidos en Donostia siguen el patrón del calentamiento que se da en todo el mundo», afirma Manuel González, miembro de la Unidad de Investigación Marina de Azti y uno de los autores del estudio junto a Julien Mader, Almudena Fontán, Adolfo Uriarte y Luis Ferrer. Los resultados no dejan lugar a dudas. «Nunca ha habido un periodo cálido de tanta duración como este último. Llevamos quince años por encima de la media cuando antes los periodos eran de cuatro o cinco años», explica González.
El análisis de las series de datos oceano-meteorológicos constituye, según los autores del trabajo, uno de los elementos fundamentales para evaluar y predecir el cambio climático en el medio ambiente. El estudio ha sido publicado en la Revista de Investigación Marina y ofrece los resultados de mediciones efectuadas entre el 2 de julio de 1946 y el 31 de diciembre de 2007.
Los registros obtenidos en el conjunto de estos 61 años muestran una tendencia «poco definida», con un ligero enfriamiento. Sin embargo, desde 1985 en adelante se aprecia «un cambio notable y se percibe un calentamiento en los mismos órdenes de magnitud que en otros lugares del mundo», apunta Manuel González.
La Agencia Europea de Medio Ambiente ya advirtió en 2006 que desde finales del siglo XIX la temperatura media de la superficie del mar había aumentado 0,6 ±0,1 grados, en consonancia con el incremento de la atmosférica. Ningún mar europeo presenta un enfriamiento significativo. La agencia recordó que en los casos de los mares Báltico, del Norte y Mediterráneo occidental se había apreciado un calentamiento de 0,5º en los últimos quince años.
Débil enfriamiento
El estudio efectuado en La Concha revela que de 1946 a 2007 se registra, en conjunto, un enfriamiento muy débil, de 0,02 grados por década. A partir de 1985, no obstante, se aprecia una claro calentamiento, con un incremento de la temperatura de entre 0,24 y 0,29 grados por década. Ello significa que en los últimos veintidós años, la temperatura en La Concha ha aumentado 0,45 grados. «El notable enfriamiento que se experimentó entre los años 46 y 85 se está compensando con el calentamiento de las dos últimas décadas. De ahí que el global apenas ofrezca variaciones», señala González.
Los científicos de Azti-Tecnalia han verificado que los años 40, 50, y 60 fueron atmosféricamente fríos, de ahí que la temperatura del agua estuviese por debajo de lo normal. Los autores, no obstante, han podido constatar un factor que podría inducir incertidumbre en el análisis. Se trata de la falta de datos entre 1967 y 1975. «En este periodo, la serie presenta importantes ausencias de mediciones, de modo que no se disponen de información correspondiente a 5.122 días. La fiabilidad en este periodo no fue tan buena», señala Manuel González.
Las mediciones se llevan a cabo frente al mismo Aquarium, a las diez de la mañana, mediante la recogida de un cubo con agua en el que se introduce un termómetro.
El estudio destaca que la ubicación del punto de medida en la bahía, sin aportes de agua continental considerables y la rutina de las comprobaciones así como la larga duración del registro, «son factores que inducen confianza en los resultados que se obtienen. Los datos son muy valiosos. Probablemente en Europa no haya cinco series de esa longitud».
Manuel González señala que los resultados obtenidos podrían extrapolarse a las aguas costeras del País Vasco, pero no a las del océano. «En mar abierto, los procesos son mucho más complicados», afirma.
Inicio del cambio
El investigador precisa que el calentamiento no ha dado lugar, de momento, a ninguna modificación medioambiental. «El cambio se está iniciando. Si la tendencia se mantiene, entonces vendrán las modificaciones, cuando las temperaturas en invierno, en lugar de ser de 11º ó 12º, sean de 14º, y en verano en vez de 22º lleguen a 24º. Lo normal entonces es que el ecosistema varíe hacia un entorno más cálido. Podría ser que nuestro entorno fuese como el de la Costa Brava. Y de mantenerse la tendencia podría incluso ser, en un plazo de un siglo y en situaciones extraordinarias como las del verano de 2003, como el del Mediterráneo de Valencia. En esta situación, en el Cantábrico empezarían a entrar especies más cálidas, mientras que las que están habituadas a nuestra aguas se irían desplazando hacia el norte».
Trabajos como el realizado por Azti-Tecnalia van a permitir que se establezcan modelos del escenario climático dentro de cincuenta años.
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