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Policías trasladan material incautado hace dos semanas al comando Nafarroa. /ÁLVARO BARRIENTOS/AP
La muerte se escribe en PGP
POLÍTICA

La muerte se escribe en PGP

ETA cifra sus mensajes con un programa informático creado en 1991 por un antimilitarista en Estados Unidos

ÓSCAR B. DE OTÁLORA

Martes, 11 de noviembre 2008, 08:30

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DV. Las penas de muerte que ETA había encargado ejecutar al comando Nafarroa estaban escritas en una memoria portátil escondida en la campana de extracción de aire de una cocina. pero descubrir el pequeño 'pendrive' no fue suficiente para saber qué personas estaban en el punto de mira de la organización. Los etarras habían escrito sus sentencias de muerte en PGP, el sistema de codificación informático que emplea la organización terrorista desde hace años y que se ha convertido en un quebradero de cabeza para las Fuerzas de Seguridad del Estado.

Este programa no es un sofisticado dispositivo ni es difícil de conseguir. Por el contrario, es totalmente gratuito y se puede descargar de internet en apenas unos minutos. Su uso no es más complicado que las instrucciones de un teléfono móvil. Desde hace al menos nueve años, ETA emplea el 'PGP', iniciales de Pretty Good Privacy (Bastante buena privacidad) en la mayoría de sus comunicaciones.

El PGP es un invento surgido de la 'guerra fría' y de los movimientos antinucleares. Su creador, Phil Zimmermann, formaba parte de los colectivos antimilitaristas norteamericanos, en especial, a aquellos dedicados a reclamar la no proliferación de armas atómicas. A mediados de los 80 llegó a estar en la cárcel junto con el científico Carl Sagan o el actor Martin Sheen tras ser detenido por sus protestas contra el campo de pruebas nucleares de Nevada, en EE UU.

Zimmermann, experto informático, desarrolló entonces un algoritmo -un complejo modelo de operaciones matemáticas- en el que se basa el PGP. En coherencia con sus planteamientos libertarios, no patentó su hallazgo sino que lo hizo público y lo divulgó gratuitamente en 1991. Esta decisión hizo que el Gobierno norteamericano le demandase por no respetar las leyes de exportación del país, aunque al final, Zimmermann ganó el juicio. Desde entonces, el PGP se ha extendido por el mundo y se ha convertido en uno de los sistemas de cifrado más utilizados.

Es paradójico que, a la hora de defender las bondades de su sistema, Zimmerman lo promociona como una medida capaz de garantizar los derechos y las libertades. En su página 'web', en este sentido, incluye presuntos testimonios de personas que han sido perseguidas por regímenes totalitarios en Europa central o en países del Este que se han servido del 'PGP' para luchar contra la opresión. Sin embargo, Zimmermann no menciona los grupos terroristas que emplean su sistema para poder asegurarse una mayor clandestinidad a la hora de cometer sus acciones, como es el caso de ETA.

El creador del PGP, por contra, defiende un tipo de proyectos más cercanos al anarquismo o el liberalismo más exacerbado. En este sentido, en los escritos de Zimmermann se denuncian los intentos de la Administración Bush por controlar el mayor número de sistemas de comunicación entre ciudadanos. «Si la privacidad está fuera de la ley, sólo los que están fuera de la ley tendrán privacidad», resume el informático.

Manual de ETA

ETA emplea el PGP desde hace más de una década. En un manual de 2001, la organización terrorista dedica varias páginas a instruir a sus militantes en este tipo de sistemas de comunicación aunque dedica un capítulo especial al PGP. El autor, que demuestra en todo momento un profundo conocimiento de informática y criptografía, da una serie de directrices sobre el funcionamiento, pero también llega a dudar sobre su efectividad.

La base en la que se sustenta el PGP es un concepto conocido como criptografía asimétrica. Explicado de una forma sencilla, el sistema se basa en la existencia de una doble clave. Una 'pública', es decir que conocen las personas que se envían los mensajes o guardan los archivos. Y otra privada, que está dentro del programa informático que se emplea.

ETA da una serie de consejos a sus militantes sobre cómo elegir las claves del PGP. «El nombre de tu compañer@, la fecha de nacimiento y contraseñas por el estilo son las más sencillas de encontrar. Las mejores contraseñas son las que utilizan una frase, y mejor aún si sólo contiene signos de puntuación o combinaciones especiales de teclas en lugar de signos alfanuméricos», afirma el manual de la organización.

Además, les proporciona una serie de consejos como guardar las claves en disquetes informáticos y no en el ordenador y les instruye sobre la protección contra virus informáticos que espían la información digital almacenada. En la práctica, según las fuentes consultadas, los miembros de ETA siempre eligen estrofas de canciones en euskera como clave.

El PGP, por ejemplo, protege el contenido de las conversaciones entre ETA y el Gobierno socialista desarrolladas en 2006. Cuando la Policía gala detuvo al presunto intermediario de la organización Jon Iurrebaso encontró un 'pendrive' que no ha podido ser descifrado. Los documentos de la dirección de ETA sobre la extorsión a empresarios también estaban encriptado con el invento de Zimmermann. Que estos documentos puedan ser descifrados dependen de varios factores, entre ellos, los programas informáticos que ya existen para descodificar los mensajes.

Administrador de llaves

Según un experto de las Fuerzas de Seguridad, para que el empleo del PGP sea eficaz en una organización, es necesario que en algún nivel de la estructura exista una persona que controla todas las llaves. «Sin un administrador de las claves, es muy fácil que se pierdan documentos al olvidar una contraseña. Para que el método sea eficiente», continúa el experto, «el sistema tiene que tener una memoria única que controle todas las informaciones para evitar que una parte importante de la información se destruya».

Sin embargo, toda esta tecnología se enfrenta a veces con el factor humano. En diciembre de 2003, la Policía gala detuvo al que había sido jefe militar de ETA, Ibon Fernández de Iradi, . En su ordenador se encontraron documentos que permitieron detener a 164 personas, además de conseguir valiosa información sobre actuaciones de ETA. No hubo ninguna problema para descifrar los archivos. había escrito las claves en un papel y las guardaba en su mesa trabajo.

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