«Es preciso llegar a un pacto social en una obra como Txonta»

Esta no es la primera obra que llevará a cabo el arquitecto Pablo Borde, en Eibar, pero sí una de las que pueden marcar su carrera por la regeneración integral que se proyecta en el barrio que ha sufrido una gran reconversión. Pablo Borde ha diseñado la ampliación de la Policlínica Gipuzkoa, los centros de aalud de Amara y Zarautz, así como el puerto deportivo de Zumaia, uno de los proyectos estrella. En Eibar, proyecta también la construcción de 80 viviendas de VPO de Asola Igartza, después de haber realizado otras 40 junto a las escuelas de Amaña, así como las casas de Jata, y ha finalizado la construcción del campo de fútbol de Zaldibar.

- ¿Cuál fue la primera impresión que le causó cuando comenzó a diseñar el proyecto de Txonta?

- Al principo me asustó mucho esta obra. Hubo un concurso en el seno de la empresa Amenabar y eligieron nuestra propuesta. De la alegría del primer momento, pasamos a la preocupación porque una rehabilitación de este calibre no tiene parangón en el País vasco.

- ¿Cuál es su intervención en el proyecto Txonta?

- Yo soy una pieza más. El equipo es muy amplio. Estamos ingenieros, economistas, letrados, más el equipo de Amenabar que es muy amplio. Cada 15 días celebramos reuniones para ir avanzando, entre todos, con este proyecto.

- ¿Se ha hablado que se va a aplicar en Txonta la tipología Manhattan de grandes eficios y parque?

- Hemos apostado por una urbanización que deja poca huella en el suelo. Podemos llamarle tipo Manhattan. Cada uno puede llamarle como sea.

- El proyecto cuenta con notables particularidades, el descubrimiento del río, los viales, los parques.

- Buscamos un consenso social. Todo el mundo quiere que se descubran los ríos y construir más parques. De 140.000 metros cuadrados para actuar, 120.000 son suelo público.

- Llaman la atención las torres.

- Sí y van a ser de una notable calidad. Creo que hemos realizado un excelente proyecto que va a ser apoyado por los vecinos. Algunas casas darán al monte, otras a una ladera, con terrazas grandes y soleadas. Txonta va a dejar de ser el barrio metido en una callejuela, en un segundo piso colindante con otro edificio o taller y sin ningún parque en condiciones. Las casas serán muy luminosas. La luz volverá al barrio.

- ¿Son conscientes de que existe una oposición en el barrio, cerca de un 25%, a favor del coste cero en el conjunto de la operación?

- Sí, pero es preciso llegar a un pacto social en Txonta. Ese es nuestro objetivo. La primer lección que dan en las facultades de Arquitectura es tratar de llegar a pactos sociales en aspectos urbanísticos. Creo que con este proyecto abrazamos un pacto con todos los vecinos. Marcamos, claramente, las áreas de realojo; y, al final, hablando uno con uno vamos a llegar a acuerdos.

- Dentro de 8 ó 10 años esta obra será realidad.

- Eso espero, porque sino yo me jubilo sin verlo terminado.