La inauguración de Atocha

E l año 1913 fue algo más que una sucesión de actividades festivas: fue el Año del Centenario, el centenario de la destrucción de San Sebastián el 31 de agosto de 1813 y del cincuentenario del derribo de las murallas, ocurrido allá por 1863.Fue el año elegido por el Ayuntamiento y por un elevado número de colectivos sociales, populares, deportivos, económicos... para llevar a la práctica proyectos que estaban sobre la mesa y que con motivo de la efemérides encontraron mayor respaldo del que hubieran tenido en otros tiempos.

Uno de estos proyectos fue la construcción de un campo de fútbol en Atocha, donde hasta entonces funcionaba el magnífico velódromo que proporcionó momentos de lucidez al velocipedismo donostiarra. La fecha elegida para inaugurarlo fue el domingo 5 de octubre de 1913, motivo por el que hoy se cumplen noventa y cinco años. Recibida la inauguración como un gran acontecimiento, la empresa del Frontón Moderno se puso de acuerdo con la Real Sociedad para que el partido de fútbol comenzara a las tres y media, dejando la empresa pelotazale para las cinco el mejor de los programados en su cancha, siendo así que los aficionados a la pelota que también lo eran del pudieron presenciar los dos partidos.

Para tan solemne ocasión se pensó en el Atlétic de Bilbao como rival y el sólo anuncio del encuentro movilizó a miles de personas siendo necesario reforzar los medios de transporte para quienes vinieron desde Bilbao e Irún, Tolosa, Biarritz y Logroño. Ante la demanda de localidades, además de poder ser adquiridas a la entrada del mismo campo, con antelación estuvieron a la venta en la sombrerería Bianchi, en el 3 de la calle Garibay.

Teniendo en cuenta que las entradas más rápidamente vendidas fueron las de preferencia, se auguraba la presencia en el campo de lo más selecto de la ciudad, advirtiéndose, para tranquilidad de todos, que «el partido se jugará con cualquier tiempo». Llegado el día, las terrazas de los cafés se vaciaron y los accesos a Atocha recordaron los tiempos de la plaza de toros. A la hora indicada, con el aliciente de anunciarse la retirada de Berraondo, capitán de la Real, salieron al campo los 22 jugadores, a los que juzgaría el árbitro señor Angoso. Como era de esperar «ambos equipos demostraron su calidad».

Real Sociedad: Eizaguirre, Arrate, Berraondo, Machimbarrena, Casanova, Leturia, Minondo, Sidley, S. Elósegui, Sena y A. Elósegui

Bilbao: Ibarreche (Ibarra), Solaun, Hurtado, Iceta, M. Belausteguigoitia, Eguía, R. Belausteguigoitia, Moreno, Zuazo, Cortado y Pinillos.

1913...

Los once realistas protagonistas de la inauguración del campo de fútbol de Atocha estaban respaldados por los siguientes historiales: Eizaguirre: Guardameta. Internacional de la Unión Española. Reconocido como uno de los mejores de España. Su actuación contra Francia en 1912 quedó grabado en la mente de todos los aficionados.

Arrate: Famoso k, también internacional de la Unión. Sus entradas valientes y bien dirigidas patadas no podían mejorarse. Imprescindible para el equipo.

Berraondo: Veterano jugador de profundo conocimiento. Capitán del equipo de la Real Sociedad desde su fundación. El primer partido de Atocha fue el último de su carrera deportiva.

Machimbarrena: Un fenómeno del . Destacaban sus pases por la perfección y de cabeza jugaba como un maestro.

Casanova: Centro medio. Modelo de jugadores. Alma del equipo en muchas ocasiones. Base imprescindible de la Real.

Leturia: Medio derecha, juego rápido y buena tirada a . «No es posible jugar de medio mejor que como él lo hace».

Minondo: Extremo izquierda. Internacional de la Unión. Extraordinaria velocidad y estupendo . «Es de los que demuestra su cariño por el Club».

Sydley: Internacional suizo. Juego envidiable «que ha causado sensación en San Sebastián». Tan buen jugador como modesto, era el favorito de la afición.

Elósegui (S): Centro delantero. Valiente y de grandes facultades. Por su formidable se le auguraba gran porvenir.

Sena: Se enorme entusiasmo cuando jugaba de que de delantero, se convertía en el alma del equipo. Sus pases rozaban la perfección y tiraba muy bien.

Elósegui (M): Hacía poco tiempo que había comenzado a jugar de extremo, pero «desde el primer día, su modo de correr, centrar y despegarse, le hicieron insustituible en su puesto».

Con este «magnífico bando» que presentaba la Real, nadie podía poner en tela de juicio su capacidad para dar muchas y agradables sorpresas a la afición.

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En la plaza del Centenario

...2008