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Viernes, 3 de octubre 2008, 10:02
1. Punto de partida. Corren aires nuevos en Euskadi. Aires de regeneración en la sociedad, la cultura y la política. Pese a las presencias del pasado que siguen lastrando nuestro día a día, son numerosos los aspectos que están experimentando cambios en esta realidad que compartimos. Está cambiando, entre otras cosas, la manera de concebir la cuestión lingüística en el País Vasco, al tiempo que se percibe la necesidad de proponer nuevas fórmulas para alcanzar una convivencia armónica y productiva entre el euskera y el castellano. (...) Pretendemos alentar e impulsar un cauce de expresión crítico, plural, democrático e integrador que aglutine a todas aquellas personas que tienen una visión moderna y abierta de la cultura en euskera.
Demasiadas veces hemos soportado un clima de usos politizados y abusos políticos de las lenguas en las que se expresa la sociedad vasca. Frente a esta situación, defendemos una política euskaltzale libre de fundamentos identitarios o historicistas, anclada en el carácter bilingüe de la sociedad vasca actual y comprometida, en consecuencia, con un bilingüismo basado en el acuerdo..
2. Perspectivas. La sociedad vasca está preparada, tras varios decenios de recorrido democrático, para el cambio y la alternancia en el gobierno. Es el momento de articular una alternativa de gestión política en Euskadi que propicie, entre otras cosas, un cambio de rumbo firme en la forma y el fondo de entender la política cultural. Para materializar un cambio efectivo de modelo cultural es imprescindible un cambio en el Gobierno Vasco.
(...)
En la Comunidad Autónoma Vasca se hablan dos lenguas, aunque sólo una de ellas es común. Ambas tienen que ser consideradas como un patrimonio social y cultural que debe contar con la protección y el fomento de las instituciones públicas. Ni el euskera ni el castellano pueden ser marginados por parte de quien tiene la responsabilidad de gobernar. Consideramos, por ello, que es prioritario poner las lenguas al servicio de los ciudadanos, y no al revés.
(...)
Es igualmente indispensable disociar la noción de euskaltzale de los contenidos que tradicionalmente le han sido adjudicados desde una visión abertzale o nacionalista.
3. Propuestas. La nueva política para el euskera que proponemos quiere integrar a la sociedad vasca en un proyecto común de convivencia democrática donde el euskera encuentre su lugar propio y compartido con el castellano.
(...)
La reorientación cultural que necesita y demanda la ciudadanía vasca puede asentarse, a nuestro entender, sobre varios pilares estratégicos, (...):
a) Mantenimiento de la financiación pública de las actividades culturales realizadas en euskera, con el compromiso explícito de no reducir su dotación económica y sin menoscabo de la protección a la cultura vasca que se expresa en castellano.
b) Reforma de EITB en orden a ofrecer un servicio público de información plural y democrático, con contenidos culturales de calidad. (...).
c) Defensa de un modelo lingüístico basado en el respeto a la diversidad; un modelo con reflejo en el sistema educativo que garantice la transmisión del euskera a las nuevas generaciones y que atraiga al mundo del euskera a los no vascoparlantes, (...).
d) Desarrollo de un proyecto cultural euskaldun democrático y plural que sitúe al euskera y su cultura al margen de la utilización política.
e) Impulso a la urgente recuperación del prestigio democrático y ciudadano de la cultura en euskera, tomando como base los criterios de pluralidad y creatividad, primando el carácter ciudadano sobre el identitario y étnico, y denunciando abiertamente la identificación que el nacionalismo violento busca.
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