Adiós al sanatorio de Uba

DV. El antiguo sanatorio de Uba, situado en el parque de Ametzagaina, es uno de los edificios representativos de la arquitectura del siglo XX que, a muy pesar de algunos expertos, será derribado próximamente para convertirse en un albergue de unas 200 camas. Hoy tan solo un equipo de seguridad pasea por sus pasillos y alrededores vigilando su vacío hasta el día de la demolición.

El sanatorio se encuentra ahora en un estado de semiabandono, aunque muy posiblemente aún siga vivo para algunos nostágicos, tal y como afirma Iñigo García, del colegio de arquitectos: «Para nosotros y para la memoria de la ciudad es un edificio muy importante. Puede que no forme parte de nuestros propios recuerdos, pero sí de otras personas como nuestros y ». Desde tal Corporación el proyecto de derribo no se ha recibido con agrado por varias razones, como argumenta Iñigo: «No se ha tenido en cuenta su valor arquitectónico, que es mucho, además del histórico. Se trata de un edificio representativo de un tipo de arquitectura en consonancia con el movimiento moderno de principios de siglo», y en relación con otros inmuebles de la zona de esa misma época, añade que «se están tirando los que pertenecen a ese tiempo, como el de los EUTG. Parece que Donosti protege los edificios antiguos pero se olvida de los de este último siglo. No podemos estancarnos en un época».

Curiosidades históricas

El edificio fue inaugurado por el rey Alfonso XIII allá por el año 1912 como Sanatorio de Nuestra Señora de las Mercedes. Más tarde sirvió de centro preventivo anti-tuberculoso y ya en 1983 fue Traperos de Emaús quien se instaló en el lugar para llevar a cabo sus funciones. A día de hoy el edificio ha pasado a manos del ayuntamiento después de que el pasado 30 de junio el director de la Fundación hiciera entrega de las llaves al concejal de Fomento.

Debido a su valor histórico y arquitectónico, el edificio se encuentra recogido en la Guía informativa de Arquitectura de Gipuzkoa, coeditada entre la Diputación Foral y el colegio de arquitectos.

Son varias las curiosas anécdotas que pueden citarse sobre este antiguo sanatorio, levantado en la moderna época de las vanguardias. Entre ellas, cuenta Iñigo, está la de sus singulares balcones: «Los miradores se instalaron en un tiempo en que el edificio servía como centro para tuberculosos, en los años 30, porque los enfermos necesitaban amplio espacio exterior para tomar el aire». La conservación de estos balcones como elemento que habla de una parte de nuestra historia es una de las razones por las que desde el colegio de arquitectos se aboga por la reutilización del inmueble en vez de su derribo: «Según la actual visión de las cosas desde la que lo razonable es reutilizar y no consumir desaforadamente, el ayuntamiento podría dar ejemplo...», aunque también reconocen que por otro lado se están tomando medidas importantes en defensa del medio ambiente.

El edificio ha servido para hospedar a miles de personas durante casi cien años, incluso a militares durante la Guerra Civil española. Hoy, en el 2008, se dice que no cumple los requisitos necesarios para convertirse en albergue debido a su mal estado, afirmación que Iñigo desmiente: «Yo he estado allí y lo que he visto es que se puede rehabilitar, una opción más sencilla y económica que tirarlo».

Después de que Traperos de Emaús desalojara el inmueble hace unos meses para trasladarse al edificio que Fomento dispuso en Belartza, el aspecto de este antiguo sanatorio se ha visto perjudicado. La pintura de las paredes está resquebrajada, hay basura por el suelo y el moho ha crecido por las esquinas. El inmueble donde en otros tiempos las enfermeras recorrían de arriba abajo sus pasillos y las habitaciones se veían repletas de camas, hoy queda a la espera de ser derribado. De esta forma San Sebastián se despide para siempre del antiguo Sanatorio de Uba.