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Análisis

Barriola saca y resta mejor, pega más...

josé mari ceceaga

Domingo, 15 de junio 2008, 03:54

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Lo escribí tras la clasificación de Barriola para la final y lo mantengo: Abel es mejor que Oinatz Bengoetxea en casi todas las facetas del juego y, además, ha demostrado estar muy centrado a lo largo del campeonato. Si los dos finalistas rinden dentro de la normalidad que se les presupone, Barriola se llevará la txapela. Saca mejor, resta mejor, pega más y adelante no es inferior a la hora de culminar los tantos. Siempre existe la posibilidad de hacer un desastre, pero de lo contrario el título tiene dueño: Barriola.

Aunque siempre han existido pelotaris que han perdido muchas finales, por no decir todas. Me acuerdo de Roberto García Ariño y yo también pertenezco a ese grupo. De todas maneras, pese a rendir algo por debajo de su nivel, Abel tiene una opción clara al título. Oinatz no le va a arrollar. Saldrá con esa tranquilidad. Lo único que puede conseguir es enredarle, algo que resulta complicado ante un pelotari de las características de Barriola. Me parece muy complicado batirle si no se le supera en pegada.

Es lógico que Barriola haya elegido material con salida de frontis. Cuanto más atrás tenga a Bengoetxea VI, menos peligro para él. Y también entiendo apropiado que Oinatz cogiera pelota más lenta de frontis porque puede favorecer su juego. Cada uno sabe lo que debe hacer. Ahora toca ponerlo en funcionamiento, que es lo más difícil.

También es hora de hacer un balance del Manomanista. He visto cosas bonitas, interesantes. Ahora bien ha vuelto a quedar claro que existe un abismo entre los grandes y los de abajo. En todo: en defensa, a la hora de acabar, en pegada. Hay seis o siete pelotaris con un nivel altísimo y el resto salen convencidos de que no van a ganar la txapela. Lo mismo de todos los años.

Las mayores decepciones han sido Olaizola II e Irujo. El primero se ha distinguido por su frialdad y falló en eso. El de Ibero no perdió por los problemas físicos que arrastraba. Regaló demasiado.

Y la sorpresa agradable se llama Oinatz Bengoetxea. Aunque le dé pocas opciones para la txapela, no le resto ningún mérito. Vaya fe ha tenido en sus posibilidades. Me descubro ante su comportamiento.

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