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OPINIÓN

Aeropuerto: la historia impresentable

CARLOS FERNÁNDEZ DE CASADEVANTE ROMANÍ CATEDRÁTICO DE DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO Y RELACIONES INTERNACIONALES

Domingo, 23 de marzo 2008, 02:22

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El cabeza de lista del PNV al Congreso de los Diputados, señor José Ramón Beloki, en un acto de su partido en Fuenterrabía el pasado 22 de febrero en el marco de la campaña electoral, afirmó que el PP y el PSOE no hacen «absolutamente nada para desarrollar» el aeropuerto de Fuenterrabía. Añadía, «digámoslo claro, el aeropuerto lo están dejando morir, sin plantear ninguna alternativa de desarrollo para el futuro» (DV, 23 de febrero, p. 32).

Ante tales afirmaciones uno puede evitar la perplejidad porque si algo ha quedado claro a lo largo de esta legislatura es que, desde 2004 ningún partido con representación guipuzcoana salvo el PP ha hecho absolutamente nada por el aeropuerto... salvo poner piedras en el camino y demorar cualquier toma de decisión con el fin de que el aeropuerto agonice lentamente. Y el señor Beloki, que es diputado por Guipúzcoa, tiene la obligación de saberlo. Del mismo modo que debía saber que el alcalde de su partido en Fuenterrabía, presente en ese acto electoral, -así como la Corporación municipal que él preside- se han posicionado contra la ampliación de la pista, sin tener en cuenta a este respecto los cientos de empleos directos e indirectos que el aeropuerto genera en la comarca bidasotarra (unos 800). En consecuencia, atribuir a otros la pasividad, la negligencia o la abierta oposición al desarrollo del aeropuerto no es de recibo.

Como es sabido, fueron guipuzcoanos de EA y del PSE-PSOE los que impulsaron la proposición no de ley que condujo a la modificación del Plan Director del Aeropuerto aprobado en su día por el PP que contemplaba la ampliación de la pista en 600 metros. Con la modificación del Plan Director, nuestros paisanos decidieron que la pista no fuera ampliada y quedara como está ahora. Por cierto, los guipuzcoanos del PNV ese día no estuvieron.

Es igualmente sabido que la ministra de Fomento se apoya en esa decisión promovida por EA y PSE/PSOE en el Congreso de los Diputados para no modificar la situación actual, condicionando una posible ampliación al consenso -¿imposible?- de todas las instituciones guipuzcoanas concernidas.

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Nos encontramos así ante una curiosa paradoja: la defensa del interés general se deja por la Administración General del Estado en manos de una jaula de grillos que sólo piensa en sus intereses inmediatos y que no quiere adoptar la decisión que más beneficia a Guipúzcoa: la ampliación de la pista. En el ínterin, y como maniobra de despiste, las instituciones guipuzcoanas concernidas, más la Cámara de Comercio y el Gobierno Vasco han creado una sociedad pública -Ortzibia- que en realidad no persigue otro objetivo que ganar tiempo (haciendo que este pase) para que la política de hechos consumados impida la ampliación del aeropuerto. En esta línea cabe situar también, en mi opinión, la solicitud de última hora de incluir el aeropuerto entre las excepciones a la obligatoriedad del acortamiento de la pista impuestas por la Organización Internacional de Aviación Civil (OACI). De este modo, todo sigue igual hasta 2014, no se hace nada, las instituciones implicadas pueden continuar mareando la perdiz y, mientras tanto, las corporaciones opositoras de Irún y Fuenterrabía continuarían con sus planes urbanísticos impidiendo, de este modo, cualquier ampliación posterior de la pista. ¡Cuatros años perdidos para llegar a propuestas tan imaginativas con un mismo fin: dejar que el aeropuerto muera lentamente!

Por si todo lo anterior no fuera suficiente, un hecho diferencial no menos sorprendente acontece entre nosotros: nuestra peculiar jaula de grillos guipuzcoana quiere pasar a la Historia de la Humanidad siendo el único territorio del planeta que, teniendo un aeropuerto y en lugar de potenciarlo, prefiere prescindir de él para echarse en los brazos fraternales de nuestros vecinos de Biarritz que ya se frotan las manos (¡y los bolsillos!) ante tamaña majadería. Los responsables del desaguisado están dispuestos a que el interés general pierda unos ingresos estimados en 500 millones de euros (87.000 millones de pesetas) para el conjunto de la región, un «impacto medio de 1.250 euros por pasajero» y un gasto directo estimado para los visitantes de nuestro territorio que ascendería a 25 millones de euros anuales». Ingresos todos ellos que se derivarían de la ampliación de la pista.

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Inaudito incluso desde la óptica nacionalista que considera Biarritz parte de su proyecto imperial. ¡Y luego despotrican de Bilbao y de las inversiones que sus compañeros de partido hacen en Loiu, que está sólo un poco más lejos!

Para mayor contraste con esta pretensión, nuestros vecinos franceses tienen 4 aeropuertos en un radio de 225 km. desde Hendaya (Biarritz, Pau, Tarbes-Lourdes y Burdeos) y no se plantean la supresión de ninguno (y eso que entre el de Tarbes-Lourdes y Pau hay sólo 50 km). Todos ellos con vuelos diarios nacionales e internacionales. Tampoco contemplan la supresión del aeropuerto de Biarritz a pesar de la Alta Velocidad -esa sí más real que la nuestra- a París.

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Entre nosotros, mientras, se trata de enfrentar como antagónicos al aeropuerto y a un TAV que todavía no tenemos. Como si no pudieran ser complementarios ni pudiera existir tampoco la posibilidad de nuevos destinos (nacionales e internacionales) desde Fuenterrabía el día en el que el TAV sea una realidad entre nosotros.

Llegados a este punto, ¿qué han hecho por el aeropuerto de Fuenterrabía los diputados guipuzcoanos en el Congreso de los Diputados en los cuatro años de la legislatura recién terminada? Los señores Beloki y Txueka (PNV), absolutamente nada. Ninguna iniciativa parlamentaria, ninguna intervención. Las señoras Lasagabaster (EA) y Kortajarena (PSE/PSOE) y el señor Huertas (PSE/PSOE), tampoco, salvo oponerse a la ampliación de la pista.

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En este contexto, y para justificar la inacción, suele recurrirse también a las limitaciones que se derivan del acuerdo vigente con Francia; limitaciones que, por cierto, desaparecerían con la ampliación de la pista. Pues bien, sobre este particular sólo dos recordatorios. Uno, que este acuerdo internacional fue un objetivo reclamado insistentemente por las instituciones guipuzcoanas para potenciar y desarrollar el aeropuerto frente al vacío legal anterior. Diez años después de su conclusión, los representantes guipuzcoanos -faltos de formación y de información al respecto- ya lo ignoran.

El segundo: que ese acuerdo con Francia fue tramitado por el Congreso de los Diputados por lo que los diputados guipuzcoanos que en ese momento ocupaban su escaño (por ejemplo, el anterior diputado general, hoy presidente del Puerto de Pasajes) tuvieron la oportunidad de conocerlo y de preguntar al Gobierno por su contenido y sus limitaciones formulando, en su caso, sugerencias. ¿Qué hicieron los diputados guipuzcoanos? No constan ni preguntas ni interpelaciones al respecto. Ni siquiera cuando el acuerdo se estaba negociando. Parece increíble pero es así.

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Termino. Si realmente quieren trabajar por los intereses de los guipuzcoanos, empiecen por hacerlo en Guipúzcoa tomando decisiones en beneficio del interés general de los guipuzcoanos y dejen de invocar el victimismo que ya a nadie engaña. Sobre todo, en relación con este tema del aeropuerto en el que si algo ha quedado bien claro a lo largo de estos últimos cuatro años es la opción de todos los partidos con representación guipuzcoana en el Congreso de los Diputados -salvo el PP- por su muerte lenta. Y no olviden que están allí para servirnos, no para servirse de nosotros con la excusa del voto que ahora reclaman.

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