ACIDEZ Y CALORÍAS

Helena, el personaje que interpreta Teté Delgado, dice en un momento de la obra: «Hay quien piensa que a partir de la talla 58 los sentimientos desaparecen». La propia Teté repetía dicha frase en la entrevista que ayer se publicaba en este periódico. Palabras que son una buena guía sobre lo que se cuenta en Gorda y sobre lo que el espectador va a encontrarse mientras decide si toca reírse o tragar saliva.

Lo de la talla 58 se puede cambiar por cualquier otro pequeño detalle, los bajos, cegatos, muy altos, feos, tartamudos, negros, cojos, bobos, enfermizos, y demás elementos humanos difíciles de aceptar que ustedes consideren oportunos.

¡Que se mueran los feos!, suelen canturrear o gritar en animados momentos festivos para regodeo de guapos y menos guapos que no se dan por aludidos. ¡Y de paso todos los de la lista anterior! ¿Por qué no palman también?, al menos socialmente hablando. Sólo hay que dejar de ser paternalistas y decir lo que pensamos. Todos, incluidos los de la lista.

Pues Gorda va de eso, de cómo un hombre brillante y guapo, se enfrenta a la presión de su entorno por estar enamorado de una mujer gorda a la que los demás desprecian. Gorda es una comedia que maneja con soltura la parte cómica con las cargas de profundidad. La vi hace casi tres años, cuando estaba recién estrenada. En el reencuentro la siento bastante más sólida.

Ahora hay un equilibrio entre la diversión y la crueldad que antes me pareció roto a favor de lo primero. No sé si es el poso de estos casi tres años de representaciones o será cosa mía. El personaje que encarna Iñaki Miramón, y en parte también el que hace Alicia Martínez, son un retrato perfecto de la mezquindad del que se siente superior. La amistad de él y la belleza de ella son las herramientas utilizadas para aplastar al personaje de Luis Merlo. La gorda es la consecuencia de esta maquinaria. Está tan acostumbrada a reconocer los síntomas que acaba por encontrarlos en todas partes. Así coopera con la basura.

Pero no se asusten, que la función entretiene mucho y, a nada que usted se deje, educa. Como aquella televisión de antaño y de piñon fijo. Será porque los cuatro protagonistas hacen un buen trabajo para completar un producto que se pueda consumir al gusto. Usted le pone el grado de acidez, pero, ¡ojo con las calorías!