Borrar
Vista de la estela turbulenta de nubes rojizas que inundó Júpiter en marzo de 2007 a causa de las dos gigantescas tormentas ocurridas en el hemisferio norte, y que ha podido ser observada ahora por un equipo de científicos liderados por Agustín Sánchez- Lavega./EFE
Investigadores de la UPV desvelan nuevos datos sobre la meteorología de Júpiter
Portada de 'nature'

Investigadores de la UPV desvelan nuevos datos sobre la meteorología de Júpiter

Un equipo internacional dirigido por el grupo que lidera Agustín Sánchez-Lavega en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) de Bilbao desvela esta semana en la revista 'Nature' nuevos datos sobre la meteorología de Júpiter y las corrientes en chorro que caracterizan el planeta. El trabajo es portada de la revista, como ya lo fueran en 1991 y 2003 otras investigaciones realizadas por el equipo de Sánchez-Lavega sobre Saturno.

SAN SEBASTIÁN | AGENCIAS

Miércoles, 23 de enero 2008, 20:29

Júpiter, clasificado como un planeta gigante gaseoso, tiene diez veces el tamaño de la Tierra y su día dura solo 10 horas. Su atmósfera está en permanente agitación, en gran debido a que la circulación está dominada por un sistema de corrientes en chorro o 'jets', alternantes con la latitud que distribuye sus nubes en franjas claras y oscuras paralelas al ecuador. La naturaleza de estos fenómenos sigue siendo un misterio para los expertos.

En 2007 se produjo una gran perturbación en la atmósfera de Júpiter que el equipo de investigadores pudo seguir a un nivel de detalle sin precedentes gracias en gran medida al Telescopio Espacial Hubble. "Por fortuna, capturamos el inicio de la tormenta con el Hubble cuando se observaba Júpiter en apoyo a las observaciones que hacía la nave 'Nuevos Horizontes' en su sobrevuelo del rumbo al lejano Plutón. Vimos como la tormenta crecía rápidamente desde unos 400 kilómetros hasta más de 2.000 kilómetros en menos de 24 horas", explica Agustín Sánchez-Lavega.

Este violento fenómeno meteorológico es muy raro ya que sólo se ha detectado en dos ocasiones previas, en los años 1975 y 1990. Durante esta gigantesca perturbación se produjeron dos brillantes tormentas en las latitudes medias del hemisferio norte, donde reside la corriente en chorro más intensa del planeta que alcanza velocidades de 600 kilómetros por hora.

Comprender mejor la Tierra

Según explicó a Europa Press Sánchez-Lavega "hemos avanzado en el conocimiento de lo que hay por debajo de las capas de nubes visibles de Júpiter y en la naturaleza de las corrientes en chorro que dominan el planeta, que son profundas y se extienden más abajo de lo que llega la luz del Sol, confirmando los resultados obtenidos por la sonda Galileo, que penetró en Júpiter en diciembre de 1995".

Las investigaciones sobre estas inusuales tormentas dan una idea más precisa sobre el origen de estas corrientes de chorro y pueden ayudar, así mismo, a comprender mejor la meteorología terrestre.

"Las tormentas de agua se dan por doquier en la Tierra y las corrientes en chorro dominan la meteorología de las latitudes medias de nuestro planeta, es decir las regiones mas pobladas de la Tierra, asi que todo lo que aprendamos de ellas en Júpiter lo podremos aplicar a mejorar nuestro conocimiento de la meteorologia terrestre", explica Sánchez-Lavega.*Júpiter representa así un laboratorio natural en el que los científicos pueden estudiar la naturaleza e interrelación entre los jets, las tormentas y los fenómenos atmosféricos violentos.

Junto al equipo de la UPV/EHU, han participado investigadores de la Fundación Observatorio Esteve Durán en Barcelona, y de diversos centros norteamericanos como la NASA, el Jet Propulsion Laboratory, las universidades de Berkeley y Arizona, así como de la Universidad de Oxford en el Reino Unido.*La mayor parte del peso del trabajo ha recaído en los españoles, que han participado en la obtención de imágenes del Telescopio Espacial Hubble y los telescopios de Canarias, en el análisis de las imágenes, en la realización de los modelos de tormentas y perturbación planetaria, así como en la coordinación de la investigación.

Rompecabezas meteorológico

De acuerdo con la investigación, las brillantes tormentas se forman en las nubes más profundas de agua del planeta ascendiendo vigorosamente e inyectando una mezcla de hielo de amoníaco y agua hasta más de 30 kilómetros por encima de las nubes visibles. Las tormentas se mueven con la máxima velocidad del jet, a más de 600 kilómetros por hora, perturbándolo y generando tras ellas una estela de turbulencia de nubes rojizas que circundan todo el planeta. Las imágenes infrarrojas muestran perfectamente los festones brillantes que forman las tormentas desparramándose a sotavento de la corriente en chorro.

La corriente en chorro permaneció prácticamente inmutable durante el desarrollo de la perturbación y al cesar ésta. Los modelos de ordenador que simulan el desarrollo del fenómeno, sugieren que la corriente en chorro se extiende en la atmósfera profunda de Júpiter, más de 100 km por debajo de las nubes visibles, a donde la energía solar no llega.

Este fenómeno y los dos observados en 1975 y 1990 muestran similitudes para las que los científicos aún no encuentran explicación, así, las tres erupciones han tenido lugar con una recurrencia de unos 15 a 17 años; las tormentas surgieron en el pico del jet, donde la velocidad es máxima y siempre han sido dos; y por último se movieron en todos los casos a la misma velocidad. Según señala Sánchez-Lavega, "si en el futuro somos capaces de resolver este rompecabezas, probablemente llegaremos a comprender los misterios que se encierran bajo las nubes de Júpiter".

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco Investigadores de la UPV desvelan nuevos datos sobre la meteorología de Júpiter