Un guardia civil muerto y otro en coma cerebral al ser tiroteados por dos etarras en Francia

Un guardia civil, Raúl Centeno Payón, ha sido asesinado a tiros y otro, Fernando Trapero Blázquez, ha resultado herido grave, se encuentra en "coma cerebral". Los dos guardias civiles se dirigían a su vehículo cuando han sido sorprendidos por la espalda por dos presuntos terroristas. El suceso ha ocurrido a las 09.30 horas en Capbreton (Francia), cuando los agentes participaban en un dispositivo de vigilancia junto con los servicios de información franceses.

En el momento en que han sido tiroteados, los dos guardias civiles salían de una cafetería en un centro comercial de Las landas, a unos 60 kilómetros de Bayona, y se dirigían a coger su automóvil, estacionado muy cerca.

Cuando estaban a punto de entrar en el vehículo han aparecido por detrás dos hombres, supuestamente miembros de ETA, con quienes han tenido una discusión, como ha concretado posteriormente el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Los terroristas les han disparado y se han dado a la fuga.

El féretro de Centeno llega mañana a Madrid

Uno de los dos guardias civiles ha muerto en el acto, mientras que el otro ha resultado gravemente herido y ha sido hospitalizado en un centro de la región. El fallecido tenía 24 años y llevaba cuatro en la Benemérita. El féretro está previsto que llegue mañana a Madrid en torno a las 11.00 horas y la capilla ardiente se instalará en la sede de la Guardia Civil donde se oficiará el funeral a partir de las 13.00 horas.

El herido tiene 23 años y hace tres que ingresó en el Instituto Armado. El primer parte médico no es nada optimista. Refleja que está en coma cerebral y que presenta un único impacto de bala que le ha provocado un edema. Los médicos darán más información sobre su estado en un parte médico por la mañana.

En el momento en que han sido tiroteados los dos dos agentes se encontraban distanciados del resto del dispositivo policial establecido en la zona por lo que dos demás efectivos de Rensegnement Generaux y de Guardia Civil no se han percatado del atentado ni han podido evitar que los agresores se dieran a la fuga.

Un tiroteo "fortuito"

Las familias de los dos guardias civiles se han desplazado hasta el país vecino esta tarde en un Falcon que el Gobierno ha puesto a su disposición y que ha despegado de una base militar de la Comunidad de Madrid. Los dos guardias civiles son naturales de Madrid y estaban destinados en la sede central de la Guardia Civil, en la capital de España, donde se ubica la Unidad Central Especial (UCE-1), del Servicio de Información de la Benemérita, encargada de la lucha contra ETA.

Al lugar del atentado también se han desplazado el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y su colega francesa, Michelle Alliot Marie. Ambos han viajado desde Berlín, donde participaban en una reunión del G-6, para visitar el herido y estar con las familias. Pérez Rubalcaba ha confirmado antes de desplazarse al hospital de Bayona que el tiroteo se ha producido de modo "fortuito" después de que los agentes y los etarras coincidieran en un centro comercial.

"No era, por supuesto, un lugar donde estuvieran habitualmente presentes los miembros de la Guardia Civil, sino un lugar escogido al azar, un encuentro fortuito en donde suponemos que ha habido un reconocimiento mutuo que ha acabado en el tiroteo", ha explicado Rubalcaba en una rueda de prensa en el lugar del suceso. El ministro ha asegurado que tras reconocerse mutuamente hubo una discusión en el exterior de la cafetería a la que habrían seguido los disparos de los etarras contra los agentes.

La investigación está a cargo de la Subdirección Antiterrorista (SDAT) y del servicio regional de la Policía Judicial de Burdeos. La Fiscalía Antiterrorista de París investiga también el caso. Hace casi un año que la banda terrorista se cobró sus dos últimas vidas hasta hoy: dos ecuatorianos que murieron aplastados entre los escombros de la Terminal 4 de Barajas. Fue el 30 de diciembre de 2006.

El último atentado mortal de ETA contra la Guardia Civil se produjo el 17 de diciembre de 2002 en la localidad madrileña de Villalba. Ese día la víctima, Antonio Molina Martín, evitó que los terroristas introdujeran en Madrid una vehículo cargado con 130 kilos de explosivos.