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TITO IRAZUSTA
Viernes, 23 de noviembre 2007, 08:58
Pintan bastos en la Real, ya lo saben. La nave que ahora patronea Juan Larzabal recibe agua por todas partes y es necesario que llegue el salvavidas a tiempo, cuanto antes. Y no despreciemos ninguna opción, porque hay que ser valiente para tenderle una mano a este club a la deriva. Con lo que me va la marcha no puedo aceptar el sí señor, mucho menos cuando quienes lo insinúan son quienes han tenido oportunidad de actuar y han visto aumentar las crisis sin darse por aludidos. Hay que escuchar y analizar a quienes se postulan como candidatos a salvar a la Real y elegir lo mejor para la sociedad. Lo actual no funciona y por eso hemos llegado a esta nueva crisis institucional.
A la Real le golpea la marea por los cuatro costados. En lo deportivo ya ven que a punto de doblar el primer tercio de la Liga tenemos nada menos que a trece equipos por delante, de los que doce podrían ser candidatos a ese ascenso que sólo lograrán tres. En lo económico se explican las cuentas ante dudas surgidas sobre la verdadera fotografía de la sociedad. En lo institucional sabemos de la dimisión del actual consejo y el 3 de enero conoceremos el tercero en tres temporadas... En fin, como dicen los castizos, a mal tiempo buena cara. No hay que bajar la guardia, aunque me consta que hay muchos tentados a abandonar la nave. Sin embargo, cuando vienen mal dadas es cuando se demuestra el cariño a unos colores. Hay que demostrarlo.
Ha habido tantas oportunidades para que afloren esos empresarios de aquí que iban a inyectar recursos a la Real, que es normal que no creamos que ésta sea la vez en que vayan a estar ahí. ¿Por qué ahora? La mitad de la ampliación de capital se quedó sin cubrir porque no hubo más compradores de acciones. Yo invitaría a los políticos que tanto hablan de la fortaleza de nuestros empresarios a que apostaran por lo real, por lo práctico, que apoyen a los que se deciden a poner el dinero porque sólo con palabras no avanzamos y en mitad de la tormenta la nave terminará por irse a pique.
Por si fuera poco lo anterior, también los principales clubes convenidos con la Real cometen traición, por mucho que ellos no lo consideren así. Eibar y Real Unión están muy cerca del vértice de la famosa pirámide que sustenta la cantera realista y tenemos que aguantar que desde Bilbao nos restrieguen que el Athletic estudia pescar en esos dos clubes que tienen convenio con Real Sociedad y Diputación, con los que «tantea acuerdos de colaboración». ¿Cómo se colabora en el fútbol de otra manera que no sea dándoles futbolistas? Dicen Barriuso y García que ellos tienen que defender lo mejor para sus clubes. Por supuesto. Pero entonces antes de ofrecerse a un club que tiene rotas las relaciones con el que les genera unos suculentos ingresos habría que consultarlo y no dejarles con las vergüenzas al aire. Como si tuvieran poco para que además se desmadren los clubes convenidos...
Porque hace bien poco se demonizó al Antiguoko por visitar Lezama e Ibaigane, pero al menos los donostiarras han tenido la decencia de no firmar el convenio y no cobrar la subvención correspondiente. Los otros que han accedido a visitar Lezama e Ibaigane son los que más cobran en el reparto de las subvenciones, pero dejan caer que quieren más. En su día, Eibar y Real Unión estuvieron unidos por contrato al Athletic, pero hoy se deben a la Real y a Gipuzkoa porque así lo han convenido y no es momento de insinuarse al rival y mucho menos prometerle negociar con jugadores que puedan interesarle. ¿A dónde vamos a llegar? P
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