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Una patrulla de la Ertzaintza vigila las obras del TAV en territorio alavés. [TELEPRESS]
ETA convierte las obras del Tren de Alta Velocidad en un objetivo estratégico
Politica

ETA convierte las obras del Tren de Alta Velocidad en un objetivo estratégico

Entrega a los responsables de la kale borroka un manual para atacar puntos vulnerables del trazado y causar el mayor daño económico La banda busca crear un clima de tensión que justifique sus atentados

ÓSCAR B. DE OTÁLORA

Domingo, 4 de noviembre 2007, 01:45

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SAN SEBASTIÁN. DV. ETA ha transmitido ya a los distintos niveles de la izquierda abertzale que el proyecto del Tren de Alta Velocidad (TAV) se encuentra entre sus objetivos prioritarios y que será uno de los ejes sobre los que centrará su actividad en los próximos meses. Según las fuentes consultadas por este periódico, la intención de la banda no es comenzar a atentar de forma inminente contra las infraestructuras sino crear un ambiente político y social que, a medio plazo, les permita atacar las obras sin que ello les suponga un gran coste social. Y con esa misma iniciativa, en la que recurrirá tanto a la violencia como a la movilización, intenta volver a situar a la izquierda abertzale en el centro del escenario político.

Según ha podido saber DV, la organización terrorista ha tomado la decisión de colocar las obras del TAV como uno de sus 'objetivos estratégicos' tras la ruptura de la tregua. Un experto de la lucha antiterrorista aclara que esta clasificación supone que la banda pretende volcar todas sus fuerzas en la lucha conta el proyecto ferroviario y no convertirlo en un tema secundario dentro de su actividad. Ejemplos de objetivos estratégicos anteriores serían las obras de la autovía de Leizarán o la central nuclear de Lemoiz, mientras que entre los objetivos secundarios figurarían las obras de Itoiz, contra las que no llegó a actuar la banda, o la central térmica de Boroa, en Vizcaya.

En los primeros casos, los terroristas llegaron a atentar contra las personas que trabajaban en el proyecto; sin embargo, en el caso de Itoiz o Boroa, la izquierda abertzale mantuvo una campaña de sabotajes y movilizaciones. Sólo en el caso de la central térmica, ETA colocó en 2005 -con la obra ya terminada - cuatro pequeñas bombas en el exterior del edificio que no causaron daños.

Uno de los mayores elementos de preocupación para las fuerzas de seguridad ha sido la continua aparición de documentos contra el TAV en las operaciones que el Cuerpo Nacional de Policía ha desarrollado en Euskadi. A comienzos de octubre, fueron detenidos en la zona de Uribe Costa varios cabecillas de la kale borroka que guardaban este tipo de informes. El pasado martes, en una redada llevada a cabo por el mismo cuerpo en San Sebastián, los textos contra el TAV volvieron a aparecer. Según los expertos consultados, los 'papeles' y la reactivación de las campañas contra el proyecto del tren son claros indicadores de que la izquierda abertzale ha iniciado la campaña de agitación.

El ejemplo de Itoiz

Pero el hallazgo más preocupante ha sido el de un manual para cometer sabotajes contra el Tren de Alta Velocidad, descubierto en los registros llevados a cabo hace un mes en Vizcaya. El texto, de apenas cuatro páginas y titulado 'Txikitzaileak Txikitu' ('Destrozar a los que destrozan'), ofrece instrucciones para causar el mayor perjuicio posible en la maquinaria utilizada en las obras. En ese librillo, al que ha tenido acceso DV, se detallan distintos tipos de ataques contra los equipos de manera que las pérdidas generadas a las empresas constructoras hagan que se planteen incluso abandonar los trabajos.

«El objetivo es que los daños aumenten los gastos, hasta que el beneficio que quiere obtener la empresa se convierta en pérdida», escriben. Y recuerdan que, en el caso del pantano de Itoiz, los grupos contrarios al embalse consiguieron sabotear 33 máquinas, lo que supuso un coste de quinientos millones de pesetas.

Los autores dan explicaciones sobre cómo reivindicar las acciones a través de Internet. En ellas se describe cómo manipular las fotografías que tomen los propios violentos durante los ataques y difundirlas posteriormente a través de la red, lo que implica que la izquierda abertzale buscará obtener el máximo rendimiento propagandístico de los sabotajes que se produzcan.

En este sentido, las fuerzas de seguridad ya habían detectado que la ilegalizada Batasuna pretendía poner el TAV como uno de los «ejes de lucha». El pasado 14 de septiembre, la formación celebró una asamblea en la localidad alavesa de Salvatierra en la que uno de los principales temas de discusión fue la forma y modo de frenar el proyecto.

Según han indicado diversas fuentes, los ideólogos de Batasuna destacaron que la creación de un escenario de conflicto alrededor de la obra supondría un beneficio político para la izquierda abertzale, ante la posibilidad de atraerse a afectados por las obras y acercarse a los grupos ecologistas que también se oponen al tren.

Mesa nacional

Uno de los aspectos claves es que el próximo año los trabajos arrancarán en territorio guipuzcoano, donde el trazado atraviesa zonas en las que la izquierda abertzale conserva sus feudos tradicionales. Según los expertos consultados, Batasuna es consciente de que el descontento y la desmovilización que ha hecho mella entre sus bases tras la ruptura de alto el fuego de ETA podrían ser paliados con el inicio de una campaña contra el TAV: una movilización con un fuerte contenido social y ecológico y, por lo tanto, con un menor coste interno que otro tipo de acciones.

Esta estrategia no ha quedado rota tras el encarcelamiento de 17 miembros de la mesa nacional el 9 de octubre. El miércoles, los dirigentes de Batasuna en libertad Aitor Aranzabal y Eusebio Lasa ofrecieron una rueda de prensa en la que consideraron que es el momento de «salir a la calle y luchar para frenar» el TAV. Según la lectura que realizó Batasuna, la «oposición» al proyecto es «cada día más fuerte».

En cualquier caso, la situación no ha pillado por sorpresa a las instituciones. Desde octubre de 2006, los gobiernos central y vasco mantienen dos comisiones en funcionamiento para supervisar tanto la seguridad de las obras como el seguimiento del avance del trazado. En el momento de la creación de estos grupos de trabajo se conoció un documento de la izquierda abertzale titulado Vamos a parar el TAV en el que ya se esbozaban las bases de la actual estrategia radical.

Movilización social

Según el citado texto, la intención era detener el proyecto o aceptar una moratoria, siempre dentro de los parámetros manejados por la izquierda abertzale. Los radicales ya valoraban en ese momento que el tren podía suponer la apertura de contradicciones dentro del nacionalismo y les permitiría -durante el alto el fuego- situarse al frente de la iniciativa política y dar pie a una movilización social controlada desde sus estructuras.

La 'Y' vasca es el proyecto de mayor envergadura acometido en la Euskadi reciente. Son 172 kilómetros de vías que, cuando estén concluidos, permitirán viajar desde Vitoria a Bilbao en 28 minutos; de San Sebastián a Bilbao en 38 minutos y de la capital guipuzcoana a Vitoria en 34. Madrid estará más cerca, a apenas dos horas de distancia.

Dieciséis de los 46 municipios atravesados por la línea de alta velocidad están en manos de ANV, es decir, uno de cada tres. En el porcentaje es aún mayor, con poder abertzale en 12 de las 28 localidades afectadas, mientras que en otras seis gobiernan agrupaciones locales que pueden ser también opositoras al tren de alta velocidad.

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