Más que un siete, un boquete

SAN SEBASTIÁN. DV. Titín logro ayer en el Labrit de Pamplona el tercer billete para la liguilla de semifinales del Campeonato del Cuatro y Medio al desembarazarse de Xala con suma facilidad. El 22-7 final lo dice todo. Más que un siete, lo que le hizo el riojano a Xala fue un boquete en toda regla. Y ustedes se preguntarán ¿tanto lío para ésto? La polémica previa con el material ¿para qué ha servido? Para nada. Por cierto, ¿dónde estaba Pampi Ladutxe? Thierry Arizmendi fue quien hizo de botillero de Xala.

En el debut de Xala en la jaula, contra Saralegi en el Astelena, Arizmendi se sentó en la silla. Pampi se encontraba en París presenciando en directo en Saint Dennis la semifinal del Mundial de rugby entre Suráfrica y Argentina. Ante Del Rey, Ladutxe sí que aconsejó a Xala en el Beotibar. Tampoco le hizo falta darle muchos consejos porque el najerino no fue rival.

Pero ayer, Xala sí que tenía un rival en el Labrit, un contrario muy peligroso. Y quizás sí que le hubieran hecho falta los consejos de Ladutxe, su experiencia. Indudablemente, Arizmendi no la tiene y cuando quiso darse cuenta, Titín ya había encarrilado el partido a su favor. Cuando se reacciona tarde, es complicado darle la vuelta a las cosas.

Xala explicó la ausencia de su mentor en la silla. «Después de lo que sucedió en la elección de material, y por el bien de todos, me dijo que era mejor que no estuviese él en el frontón». La sola presencia de Pampi podría haber sido el revulsivo que necesitaba Xala para volver al partido. Pero al no estar en la silla, el zurdo de Askain cayó rodando por el más profundo de los precipicios. Jugó muy por debajo de sus posibilidades y en ningún momento se pareció al Xala que tan buena imagen había dado ante sus dos anteriores rivales.

Perdido en la cancha, agarrotado, no supo soltarle a la pelota, ni tampoco moverle a Titín. Con esos avales, la derrota estaba prácticamente asegurada. Xala sólo sumó dos tantos en juego y dos saques.

Titín pensaba que tenía un partido muy difícil y se encontró con poco más que un entrenamiento. Poco más. El dominio del caracolero fue insultante en todas las facetas del juego. Y con el marcador a favor incluso se recreó. A pesar de su edad, tiene 39 años, Titín tiene la misma ilusión que un debutante. Y lo demuestra día a día, en festivales por los pueblos y también en campeonatos. Le falta la txapela de la jaula y le gustaría retirarse con ella.

Cuando logró el tanto 22 con un dos paredes ajustadísimo, el riojano hizo un gesto de rabia. Deportivamente, estrechó la mano de Xala y después se dirigió al set de descanso. Repitió la acción con Arizmendi antes de fundirse en un abrazo con Joaquín Plaza, su botillero. Xala no tenía a nadie en quien buscar consuelo.