DETALLES DE CAMPEÓN

Después de vencer en Granada, Samuel Sánchez quería agradecer de alguna forma a sus compañeros de equipo el trabajo que habían realizado por él durante toda la etapa. En el día de descanso se entrenó por la mañana, comió, se echó la siesta y luego se fue a un centro comercial que había cerca de su hotel. Y es que quería comprar un detalle para todos.

Adquirió un reloj para cada uno de ellos. Tiró de la tarjeta de crédito y se dejó más de 2000 euros (sé que no le va a gustar que se cuente este detalle). No dijo nada a nadie. Les entregó el regalo, uno a uno, en sus habitaciones. Fue algo que le salió de dentro.

En Abantos, Samuel Sánchez, el ojito derecho de Igor González de Galdeano y Miguel Madariaga, triunfó de nuevo. Sus compañeros volvieron a trabajar a destajo, como en Granada.

Hay muchas ocasiones en el ciclismo en las que el trabajo se queda tirado en la carretera. No es el caso. Carlos Sastre tampoco puede quejarse del equipo que tiene. Ucranios, suecos, daneses y Cuesta. La dos formaciones sacaron rendimiento de sus movimientos. Samuel Sánchez y Carlos Sastre se están jugando el podio de la Vuelta a España. Dentro de ocho días estarán en el mundial con Óscar Freire.

La grandeza de este deporte lleva a enfrentamientos directos, como el de Abantos, o a entendimientos, en función de lo que se juegue cada uno. No se puede decir que en la montaña madrileña no hayamos visto ciclismo del bueno. Cada corredor ha explotado al límite sus posibilidades hasta donde ha podido. Veinte kilómetros decidirán el podio final de una Vuelta en la que Denis Menchov es el único que permanece inamovible.

El ruso podría seguir de líder otros quince días. Su carrera va a otras revoluciones. Pero no. La Vuelta termina mañana y coronará al que, sin duda, ha sido mejor. Menchov llegará de oro a Madrid. Se lo ha ganado la carretera.