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Pereiro llegó veinte segundos tarde a la salida de la crono. [REUTERS]
La maldición de Óscar Pereiro
CICLISMO

La maldición de Óscar Pereiro

Unos problemas intestinales cuya procedencia desconocen en su equipo le han dejado sin fuerzas

BENITO URRABURU

Domingo, 9 de septiembre 2007, 13:56

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ZARAGOZA. DV. Óscar Pereiro está conociendo las dos caras del deporte, de la vida. El corredor gallego ha vivido de todo en dos años. Desde su segundo puesto en el Tour de Francia 2006, pasando por todas las vicisitudes que está pasando para conocer si de una vez por todas le dan el triunfo absoluto después del positivo de Floyd Landis, hasta la enfermedad que le está dejando sin reservas en esta Vuelta a España, la primera grande a la que llegaba en condiciones después de todo lo vivido en 2006.

Unos problemas intestinales le han dejado sin fuerzas. «Psicológicamente llegaba a la Vuelta en un estado envidiable, por lo que lo de la contrarreloj ha sido un palo muy fuerte. Viendo la general, podía haber sido peor. ¿Desanimado? Si estuviese desanimado, me iría a casa».

A las ocho de la mañana el líder del Caisse d'Epargne pensaba que tenía que dejar la Vuelta: «Creía que no iba a poder salir. El médico me dio algo y he podido dormir hasta las 12. He comido muy poco estos días. En dos o tres jornadas espero estar bien. Mi compañero Zandio ya está mucho mejor. Estoy mentalizado para todo. Lo fácil sería irme para casa».

Los veinte segundos de retraso con los que llegó a la salida fueron «por un problema de sincronización de la hora, no por otra cosa».

Del podio de los Campos Elíseos a la contrarreloj de Zaragoza, dos años, la vida de Pereiro ha dado un vuelco total, inesperado.

No lo tuvo fácil para llegar al mundo profesional. Pasó por el ciclismo portugués, el único lugar en el que encontró acomódo en el profesionalismo.

Con el Caisse d'Epargne alcanzó la gloria en el Tour de 2006. El segundo puesto conseguido era un gran logro, un éxito. El positivo de Landis, más que favorecerle, acabó por descentrarle. Un mes de agosto lleno de homenajes y compromisos le impidió llegar en buenas condiciones a la Vuelta. Se tuvo que conformar con ayudar a Alejandro Valverde.

Esta temporada tampoco ha sido cómoda para él. El posible triunfo en el Tour, la espera de la decisión del juicio de Floyd Landis, el agobio de la prensa sobre su posible victoria en el Tour, no le permitieron llegar en condiciones al Tour, en el que acabó noveno.

En la salida de la Vuelta a España, en Galicia, su tierra, Pereiro decía que se encontraba «después de mucho tiempo, centrado en la carrera».

Él mejor que nadie sabía que el último año no ha sido fácil. La ilusión, por un lado, del podio del Tour, de acabar siendo primero, de la polémica con los organizadores que querían ningunearle el primer puesto, se ha tornado en una decepción importante con lo que le está sucediendo en la Vuelta.

Lo primero para él será intentar salir de los Pirineos con vida deportiva. Y a continuación, tratar de recuperarse.

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