Un San Agustín soleado
Cientos de personas se acercaron ayer hasta la finca de Artikutza para celebrar el día de San Agustín. A diferencia de otros años, el sol acompañó a los visitantes durante todo el día.
MARÍA CORTÉS
Miércoles, 29 de agosto 2007, 14:23
Encontrar un lugar a la sombra ayer en Artikutza era más complicado que llegar hasta allí. Como todos los años, cientos de personas se acercaron hasta Artikutza para celebrar el día de San Agustín. Aunque esta finca situada en tierras navarras, pero propiedad del Ayuntamiento de San Sebastián, es el punto más lluvioso de toda la península, ayer muchos desearon que alguna gota de agua les refrescara del intenso calor. Como no pudo ser, la fuente se convirtió en el lugar más visitado. «Aquí nunca hay termino medio, o llueve muchísimo o hace demasiado calor. Hoy hay cola en la fuenta para poder beber agua», comentaba Maite, una vecina de Goizueta que se acerca todos los años hasta allí.
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Los más privilegiados situaron mesas, sillas, sombrillas y neveras bajo los árboles que daban la sombra tan buscada. «Hemos venido a primera hora. Dejamos todo preparado y vamos a misa. Todos los años hacemos lo mismo, ya es como un ritual», explicaba Antxon, que intentaba sofocar el calor con una botella de agua.
Tras la tradicional misa a las once de la mañana, este año los partidos de pelota se disputaron sin problema en el frontón. «El año pasado fue una pena que el tiempo no acompañara, porque se tuvieron que suspender», explicaba uno de los vecinos.
Algunos eran veteranos, pero muchas familias aprovecharon la jornada de 'puertas abiertas' para visitar por primera vez este enclave natural. «Hemos venido con la familia por primera vez, y estamos encantados, porque con buen tiempo hemos podido comer tranquilamente al aire libre», comentaban Conchi y Fermín Larramendi, mientras jugaban con sus nietos.
En el otro lado del río, bajo unas carpas blancas, que otros años les resguardaban de la lluvia, pero que este año sirvieron de sombrillas, los artesanos mostraban sus creaciones. Puestos de cuero, de porcelana y colgantes y pulseras de plata, esperaban a ser comprados. «Vengo desde hace más de seis años, y la verdad es que este año el tiempo acompaña para las ventas», comentaba Txus Gruzeta, que asegura que después de tantos 'sanagustines' yendo a Artikutza ha hecho amistad con los propietarios de los otros puestos, y se montan su pequeña romería juntos a los stands, donde comen, beben y charlan durante todo el día.
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Un clásico: los talos
Otro de los veteranos de estas 'puertas abiertas' eran los diez trabajadores del puesto de talos de Ataun. El buen tiempo no impidió que la gente se acercara hasta el puesto para comer uno bien calentito. «Hace mucho calor, y la gente se queda escondida en cualquier rincón con sombra, pero para muchos comerse un talo es un clásico que no se pierden», aseguraba Margari Agirre, una de las artesanas. Al tradicional talo de txistorra se le han sumado otros ingredientes. «Tenemos de queso, bacon, y chocolate. Pero cada vez son más los que piden los talos mixtos, o incluso los que mezclan queso, txistorra y bacon», comenta Margari. Tampoco faltaron a la cita los puestos de comida de productos típicos como el queso o el pastel vasco. Los que sin duda no tuvieron casi un momento de descanso fueron los de la txosna. «La gente viene a comer bocadillos, pero sobre todo a por bebida, porque el calor es insoportable», aseguraba Izar Makuso, que lleva tres años trabajando allí.
Tras la sobremesa que algunos aprovecharon para jugar a cartas, otros para dormir la siesta y otros para charlar mientras tomaban el café, llegó la actuación de los bertsolaris. Pero el plato fuerte llegó con la exhibición de harrijasotzailes y aizkolaris, que sudaron más que nunca la gota gorda. Como broche final, un poco de música para que los asistentes bailaran.
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