Una mala noticia para la Real

El traspaso de Javier Garrido al Manchester City es una mala noticia para la Real. No puede calificarse de otra manera la pérdida de un jugador formado en la cantera, internacional en todas las categorías inferiores y con cuatro temporadas en Primera, con sólo 22 años. Cada jugador guipuzcoano que llega al primer equipo es la culminación de muchos años de trabajo, de inversión económica, y su marcha supone un fuerte golpe. Si, además, se trata de un futbolista de alto nivel y con toda su trayectoria profesional por delante es aún peor.

Esa es la realidad del traspaso de Garrido, que el club considera que la operación es buena «dadas las circunstancias». Y ahí radica la clave del asunto, en «las circunstancias». La Real no ha sido capaz de evitar que Garrido llegue a su último año de contrato sin renovar, lo que otorga al jugador una posición de ventaja absoluta frente al club, que se ve ante la tesitura de vender o dejar que se vaya gratis en junio.

Eso es un fallo de gestión por parte de la Real, que no ha sido capaz de anticiparse a un problema previsible desde hace años. Pero no es sólo Garrido, ya que Xabi Prieto está en la misma tesitura, los mismo que Gari Uranga, y la Real no tiene una respuesta en ninguno de los casos. Está, en gran medida, en manos de los jugadores.

Los responsables de la entidad blanquiazul no han sido capaces de poner en valor ningún activo del club en los dos años que llevan en sus cargos y ahora se enfrentan a una situación que no deja margen de maniobra, pero por errores propios.

La descapitalización de la plantilla ha sido tremenda y con la única y especialísima excepción de Aranburu, la Real no ha conseguido renovar a ninguno de sus jugadores importantes ni, en caso de resultar imposible, cerrar traspasos rentables.

Ha faltado iniciativa y como consecuencia de ello, la Real tiene hoy peor equipo que ayer y sigue sin dinero. Vender a los buenos para pagar a los malos. Un drama.