El futuro Añorga dibuja una plaza, un hotel y zonas verdes

Añorga Txiki cuenta los días para el inicio el año que viene de los trabajos que harán de la antigua N-1 un paseo urbano, con tráfico calmado, un carril en cada sentido, bidegorri, acera y árboles. Ese día dirá adiós al continuo paso de vehículos que históricamente ha impedido constituirse como un barrio al uso con una trama urbana sólida. Y ese día, el Ayuntamiento se mostrará dispuesto a llevar adelante «alguna» de las propuestas que estudiantes y jóvenes profesionales de distintas disciplinas -mayoritariamente arquitectos- exponen en el Museum Cemento Rezola, desde ayer y hasta el próximo 2 de junio. Bateratuz, como así se bautiza el proyecto ganador de este concurso impulsado por el grupo Caviar y el Departamento de Arquitectura de la UPV, vislumbra un Añorga Txiki más humano en el que, según destacó el jurado, «lo nuevo no se contrapone a lo existente». Sus autores no especifican el coste del proyecto porque son conscientes de que el fin de este concurso es más impulsar un debate en torno al desarrollo de las ciudades, en el que los vecinos tienen mucho que decir. Así lo dijo la edil de Infraestructuras, Nora Galparsoro, quien se mostró convencida de que las propuestas serán bienvenidas en el consistorio, que además ha colaborado activamente con los participantes en el concurso.

Bateratuz entiende por nuevo la construcción de una plaza que pasa a ser el corazón del barrio, la edificación de inmuebles residenciales en la zona más próxima a la nueva estación de tren, la revitalización del boulevard, el descubrimiento de la regata, ahora cubierta en buena parte del barrio, y la construcción de un hotel al fondo de la avenida Añorga, en lo que hoy es un fondo de saco. Ainara Alarcia, Garikoitz Alkorta, Idoia Goenaga y Nagore Puyadena fueron galardonados ayer en un acto al que asistieron, además de numerosos vecinos de Añorga, el presidente de honor de FYM-Cementos Rezola, José María Echarri; el presidente del Colegio de Arquitectos Vasco-Navarro en Gipuzkoa, Lorenzo Goikoetxea; el director del Museum Cemento, Antonio Nolasco; la directora del proyecto Esazu, Olatz Grijalva, y la concejala de Infraestructuras.

El boulevard entra al barrio

El objetivo que se plantea el proyecto ganador es redefinir la boulevarización y poner en valor el paseo y bidegorri existente desde una perspectiva vertebradora del propio barrio sin olvidar la escala comarcal (Ekogunea, Chillida Leku, Lore Toki...). Así, como elementos más característicos, Bateratuz proyecta en Rekalde un edificio puente por encima del futuro boulevard y un aparcamiento en superficie en esa misma zona.

Bateratuz apuesta por conseguir que el boulevard penetre en las calles de Añorga Txiki, que no ocurra como hoy con una vía de la que nada quieren saber sus vecinos. Para lograrlo hace que el centro escolar se amplíe con un nuevo edificio orientado hacia al boulevard. Esa actuación permitiría que el barrio hiciera suyo el boulevard.

En este nuevo Añorga Txiki se rehabilita el frontón existente haciendo practicable la cubierta para convertirla en la plaza que será el nuevo corazón del barrio. Un ascensor ubicado en el extremo sureste del frontón, como vienen reclamando los vecinos desde hace años, garantizaría la conexión entre distintas alturas. El proyecto antepone la construcción de esta nueva plaza al desarrollo residencial, en la zona de la estación, hoy con pabellones industriales en desuso, en la que se construirían 208 viviendas, en 18.800 m2.

La potenciación de la regata, con la creación de una zona verde, que actúe de barrera acústica al paso del tren es otra de las patas sobre las que se sustenta este proyecto, en el que la incentivación de la bioconstrucción y la eficiencia energética adquiere su importancia.