Incendio en el Athletic: Marcelo Bielsa expulsa a Llorente del entrenamiento

El técnico del Athletic, Marcelo Bielsa, expulsó ayer del entrenamiento a Fernando Llorente después de censurarle su comportamiento durante la sesión. El incidente, que agrava la ya de por sí delicada situación que atraviesa el delantero en el club, se desató repentinamente durante un partidillo entre ocho jugadores del primer equipo y nueve del filial.

La relación entre Marcelo Bielsa y Fernando Llorente dio ayer un paso más hacia lo que podría calificarse como el punto de no retorno. Están condenados a convivir hasta el próximo 30 de junio, fecha en la que ambos terminan contrato, un tiempo que deberá ser gestionado con diplomacia y responsabilidad para garantizar la estabilidad del vestuario y evitar su polarización. El técnico y el delantero escenificaron ayer sus diferencias en Lezama, la delicada situación de incomunicación por la que atraviesan desde hace meses -agravada a raíz de las dos finales perdidas y la decisión del punta de abandonar el club tras año y medio de negociaciones-, cuando el rosarino decidió expulsar al internacional de la sesión matinal. Lo hizo tras un breve cara a cara con el riojano, quien atendió impasible las reprimendas del entrenador y no dudó en aceptar su invitación de marcharse a los vestuarios. Un encontronazo que certifica la historia de un desencuentro y que llega en el peor contexto posible, con el equipo en pleno proceso de reconstrucción e inmerso en la búsqueda de su mejor fútbol que le permita alejarse de la zona de descenso.

El entrenamiento comenzó con normalidad y Bielsa confeccionó un partidillo para los que no fueron titulares en Anoeta. Eran ocho los futbolistas seleccionados -Raúl Fernández, Ekiza, San José, Aurtenetxe, Herrera, Ibai, Toquero y Llorente- y se enfrentaron al Bilbao Athletic, que jugaba con nueve. El ejercicio transcurría sin sobresaltos hasta que el rosarino aprovechó un receso para entrar en el campo y llamar la atención al internacional. Al principio estaban solos, un rato, pero poco a poco se formó un grupo de varios jugadores que presenciaron el rifirrafe.

Tres preguntas, tres

El técnico hablaba, gesticulaba y le pedía explicaciones al delantero, que una y otra vez se encogía de hombros. A lo largo de la conversación, según ha podido saber este periódico, Bielsa le lanzó tres preguntas: «¿Le molesta el pulsómetro? ¿Le molesta Petronor? ¿Le molesta la camiseta?». Al parecer, no le había gustado nada su actitud y que prestara tanta atención a la comodidad de su ropa durante el ensayo, que continuó sin la presencia del riojano.

La reunión tuvo lugar en el centro del campo y Bielsa la interrumpió invitando al punta que se marchara del terreno de juego. Incluso le indicó el camino con el brazo derecho, que apuntaba hacia el pabellón y los vestuarios de Lezama, y Llorente no tardó en emprender el viaje. Lo hizo andando, sin prisa, con semblante serio y sin mirar atrás. La sesión se reanudó y Guillermo, delantero del filial, ocupó su lugar, junto a Toquero. El partidillo duró veinte minutos más y el rosarino no volvió a dirigirse a sus futbolistas. Poco después, el riojano abandonó las instalaciones rojiblancas en su coche. Se le veía bastante más relajado y hasta sonreía.

Finales perdidas y Eurocopa

El episodio vivido ayer en Lezama es la culminación de un desencuentro que se ha ido larvando durante los últimos meses. El rifirrafe es la expresión -¿final?- de una falta de sintonía heredada de la pasada campaña, que alcanzó su punto álgido a raíz de las dos finales perdidas, la de Copa y la de la Liga Europa. Marcelo Bielsa reprochó a Llorente su bajo rendimiento en la fase decisiva del campeonato -también lo hizo con otros jugadores, caso de Javi Martínez- y la distancia entre ambos empezó a agrandarse. La temporada había sido memorable, con un juego espectacular, pero el equipo se vino abajo en los momentos de la verdad y el técnico argentino lo achacó -en parte- al deficiente rendimiento de algunas de sus estrellas.

Esta vez, la expulsión de Fernando Llorente del entrenamiento de ayer tras una corrección de Marcelo Bielsa ahonda en la convulsión que vive en este curso el Athletic, que dependía de una derrota del Getafe anoche para no caer a puestos de descenso.