El BCE insta a España a reducir los sueldos y facilitar más los despidos
Considera que la moderación salarial hasta la fecha ha sido «muy limitada» y atribuye la mejora de la competitividad a la destrucción de empleo
MARÍA JOSÉ ALEGRE
Viernes, 10 de agosto 2012, 14:48
El Banco Central Europeo (BCE) ya incluye a España entre los países que, junto a Grecia, Irlanda, Portugal y, en fecha reciente, Chipre, se han acogido a programas de asistencia financiera, y a los cinco les recomienda acometer «reformas adicionales de gran calado». E insta sobre todo a España y Grecia, con las tasas de paro más elevadas de la Unión Europea (UE), a recortar el salario mínimo, facilitar aún más el despido, abrirse a la inmigración o liberalizar las profesiones cerradas, además de moderar salarios y también márgenes de beneficios, especialmente en los servicios. La proporción de desempleados ha llegado en España al 24,63% en el segundo trimestre, mientras Grecia acaba de comunicar que alcanzó el nuevo máximo del 23,1% en mayo.
El BCE aconseja al Ejecutivo de Rajoy, como al de otros países asistidos, «la adopción de políticas audaces y la valentía ante las presiones de grupos privilegiados y de intereses creados» para afrontar las reformas. En su análisis sobre los procesos de ajuste en la zona euro, profundiza en el examen de la actuación de los «países acogidos a un programa». En el caso de España, celebra la significativa mejora de la balanza corriente -saldo de la economía con el exterior- por el avance de las exportaciones. En el ámbito fiscal, constata que «el ajuste va por buen camino, y el saldo primario está mejorando, aunque en 2010 y 2011 la reducción del déficit fue menor de lo esperado».
A costa del empleo
En España también se han contenido los costes laborales unitarios respecto a la media de la zona euro. La unidad de producto sale ahora más 'barata' que en 2007, si se compara con la evolución del promedio de los socios del euro. Pero dice el BCE que solo una parte de esta reducción se debe a las medidas para lograr mayor eficiencia, el resto responde a los recortes de plantilla. La cara oscura de la moneda ha sido el fuerte incremento de las tasas de paro, en especial entre los jóvenes.
En España y Chipre, aseveran, «la moderación salarial ha sido muy limitada», por eso apuntan que la negativa evolución del paro ha podido deberse también a «la actuación tardía de los agentes sociales que participan en las negociaciones salariales».
De cara al futuro, espera que se produzca «una acusada caída de la remuneración por asalariado», como consecuencia de los nuevos recortes del sector público y del impacto de la reforma laboral. Estimó que si la reforma del mercado de trabajo aprobada por el Gobierno se hubiera producido hace unos años, «podría haber sido muy útil para evitar la destrucción de empleo».
Menores beneficios
España, Grecia y Portugal tienen que mejorar su competitividad y han de recortar no solo los costes laborales unitarios, sino también los márgenes de beneficio excesivos, localizados sobre todo en los sectores orientados al mercado interno, y en particular en los servicios. Para reducir costes laborales, el BCE sugiere mayor flexibilidad de los salarios relajando la legislación que protege el empleo, reduciendo los salarios mínimos y permitiendo la negociación salarial a escala de empresas.
Añade que el ajuste de competitividad se reforzará también mediante privatizaciones, la innovación de procesos, el desarrollo de nuevos productos, la aplicación de medidas para mejorar la cualificación de la población activa y la puesta en marcha de iniciativas para crear un entorno empresarial más favorable. Y agregan recomendaciones que no van precisamente en línea con las políticas emprendidas por el Gobierno español, como la liberalización de la inmigración o la reorientación del gasto hacia la educación, amén de la apertura de las profesiones cerradas y especialmente protegidas, o la modificación de los marcos regulatorios para dar entrada en distintos ámbitos de negocio.
Mayores riesgos
En las próximas semanas, el BCE presentará sus anunciadas medidas «no convencionales», que serán temporales y no servirán aisladamente para solventar los problemas. Advierte de que el contagio de las tensiones financieras a la economía real y el incremento a medio plazo de los precios de la energía complicarán las cosas. Los expertos consultados por el BCE opinan que la zona euro sufrirá una contracción del 0,3% este año mientras que en el próximo ejercicio el PIB de la región apenas avanzará el 0,6%, lo que refleja una percepción más negativa que en la anterior encuesta, cuando mencionaban un retroceso del 0,2% y un crecimiento del 1%, respectivamente.
El BBVA comparte la idea de una caída del PIB de la zona euro este año pero prevé una expansión de apenas el 0,3% en 2013, y eso siempre que las autoridades comunitarias sean capaces de afrontar los riesgos de «accidentes financieros» con la adecuada «voluntad política». Considera que «una rápida implementación de los mecanismos de ayuda financiera y su fortalecimiento en términos de tamaño, así como el acceso a la financiación del BCE, son aspectos clave para eliminar el riesgo de ruptura del euro».