«En Lizarra había más ilusión que ahora, pero es posible que ésta sea la buena»
«Algún foro multipartito se tendrá que constituir para un final ordenado y definitivo de la violencia», señala el presidente del PNV de Gipuzkoa
JORGE SAINZ
Domingo, 10 de octubre 2010, 13:19
Joseba Egibar (Andoain, 1959) ha sido protagonista estos días tras presentar el PNV de Gipuzkoa una propuesta propia en favor de la paz y el derecho a decidir, Batu gaitezen. Pese a este perfil propio, el presidente del Gipuzko Buru Batzar insiste en que todo el partido camina en la misma dirección y confía en que el escenario que se abre para acabar con la violencia sea, esta vez, el definitivo.
- ¿Cómo observa la evolución de la izquierda abertzale y ETA en el camino hacia el final de la violencia?
- El recorrido lo tiene que hacer la propia izquierda abertzale. No necesita al PNV ni a ninguna otra forma política. O se hace, o no se hace. Aunque nadie duda ya de la determinación de la izquierda abertzale en la apuesta por vías políticas.
- ¿Entonces?
- Otra cosa es el desenlace, si termina con ETA vinculada a esa decisión, con lo que significa terminar con la vía armada, o pueden, en discrepancia o disidencia, coexistir las dos opciones, la política y la ETA resistente. Para mí hay una clave, el vídeo en el que ETA anunció no cometer acciones armadas. A las cuatro horas, salió la izquierda abertzale y dijo lo que no comentaba el comunicado: que si unilateral, indefinido y no condicionado, dentro de un proceso irreversible. Y que si la Declaración de Bruselas es una referencia ineludible. Y al tiempo ETA va respondiendo que está dispuesta a hablar con los de Bruselas, aunque no dice que esté dispuesta a aceptar sus condiciones. Podemos deducir que la izquierda abertzale sí está llevando a ETA al convencimiento y asunción de que la lucha armada ha tocado a su fin.
- ¿Batasuna puede llegar a convencer a ETA o es más probable que rompa con ella?
- No lo sé. Lo deseable es que no quedara ningún rescoldo de lucha armada. Si no, la izquierda abertzale tendrá que tomar posición sobre lo que sería una disidencia por parte de la organización. Ahí está el salto cualitativo de esta historia. Decisión unilateral de la izquierda abertzale, conclusiones que obligan y, si alguien no se aviene, será disidencia de la izquierda abertzale, que tendría que denunciar esa situación y las acciones que pudiera cometer una parte de ETA.
- ¿Qué papel juegan los mediadores internacionales?
- El nivel de exigencia y compromiso que supone su participación en ese proceso te lleva inexorablemente a la desaparición de la violencia y la resolución del conflicto. Las armas tienen que desaparecer para que un mediador pueda participar en un intento de resolución del conflicto. No están para convencer a ETA, aunque tengan sus líneas de persuasión. Para poder participar exigen un alto el fuego permanente y verificable.
Lehendakari «atenazado»
- ¿Aprecia en el Gobierno Vasco algún cambio de fondo?
- La gente dice que estamos ante una nueva tregua trampa, pero todo el mundo sabe que algo es diferente. Ubicarse no es sencillo porque las experiencias pasadas fracasaron y nadie se arriesga. Pero desaparecida la violencia o si estamos en un escenario de tránsito hacia la desaparición de la violencia, algún foro de diálogo multipartito se va a tener que constituir, para hacer que ese final sea ordenado y definitivo. Y también para abordar las cuestiones políticas de fondo, que han quedado relegadas o condicionadas por la violencia. Lo importante es la actitud de los partidos y responsables institucionales.
- ¿Y esa actitud no la observa en el lehendakari?
- Está atenazado con muchas cuestiones, las de gobierno y el posible nuevo escenario. Y cuando Zapatero o Rubalcaba, desde un diseño político policial de la lucha antiterrorista, dicen qué se debe o no hacer, el Gobierno Vasco se siente todavía más agarrado.
- ¿Y el PNV? ¿No se ha resituado un poco después de su escepticismo inicial?
- Se pueden producir movimientos en los que el PNV pueda ser coadyuvante. Ilusión como la del proceso de Lizarra pocas veces se va a conocer, pero fracasó. Y ahora no hay ni siquiera ilusión, pero es posible que hayamos llegado a este punto por los fracasos anteriores. De todos los procesos hay que extraer lecciones. Y es posible que ahora ésta sea la buena. Si ETA y la izquierda abertzale se mueven a la vez, uno con un cese definitivo y otro moviendo ficha política, pues muy bien. Y eso con independencia de que pensemos que la Ley de Partidos tendría que ser derogada, aunque sí puede ser desactivada o no activada. Y el Gobierno también tiene que apostar por un escenario de normalidad para que todas las expresiones políticas puedan estar en las elecciones de mayo. No sería poco que dentro de siete meses pudiéramos abrazar un escenario de esa naturaleza.
- ¿Están convencidos de que Batasuna va a ir a la elecciones?
- Hoy no se dan las condiciones, pero por la determinación que manifiestan por las vías democráticas y de rechazo de la violencia, deben estar. Pero no sé si esto se va a producir.
- El PNV tiene abierta una vía con Zapatero para incentivar la paz.
- Zapatero necesita estabilidad y él, que ha tenido que ver en la desestabilización del país, igual tiene posibilidad de corregir y tenemos un escenario local y foral de normalidad. Eso es más interesante que dejar sujeto a mil avatares la consolidación de un proceso de paz o de apuesta definitiva por la política de la izquierda abertzale.
- ¿Es compatible esta estrategia con la propuesta del PNV de Gipuzkoa, muy centrada en el derecho a decidir?
- También se habla de derechos humanos. No se busca una unidad de acción sino unidad sobre unos compromisos. Una cosa es 'batu' (juntémonos) y otra 'nahastu' (mezclémonos). El PNV no pretende traer a su estrategia a nadie. Y la izquierda abertzale sabrá hasta qué punto o no le interesa la estabilidad del Gobierno español, o si el proceso incipiente se consolida con Zapatero o con otro gobierno, sea socialista o del PP. La izquierda abertzale también tiene sus vías abiertas con el Gobierno socialista.
- ¿Tiene datos de que Gobierno y Batasuna están hablando?
- Un Estado que se precie tiene vías abiertas. Las tiene y las debe tener.
- Volviendo a su propuesta Batu gaitezen, la izquierda abertzale la juzga positivamente y quiere abordarla con el EBB. ¿Qué le sugiere esto? ¿Aceptarán reunirse con ellos?
- La credibilidad que tenemos unos y otros es bien diferente. La suya es una posición estética sin recorrido. El primero de los ocho compromisos habla de la exigencia de la desaparición de ETA. El momento político es lo suficientemente importante como para no hacer regates en corto, porque de tanto regatear uno puede terminar mirando a su portería.
- Mientras Batasuna aplaude el Batu gaitezen, arremete contra Urkullu. ¿Hay dos voces dentro del PNV a la hora de posicionarse sobre la situación actual?
-No. La gente insiste en eso, pero no son dos voces. Pongo el ejemplo, de la manifestación de Bilbao contra la prohibición de la manifestación de Adierazi EH!, convocada por una serie de señores respetables y conocidos y en la que se da la palabra a Adierazi.
- (...)
- Lo que Adierazi tenía que haber hecho es agradecer a los convocantes, pero aprovecharon para meter sus proclamas, y no todos los que estábamos allí estábamos para escucharlas. Adierazi ha perdido un momento precioso para callarse e hizo un uso indebido del micrófono. Es una marca propia de la izquierda abertzale. ¿Pero tengo que dejar de estar yo en esa manifestación? El PNV, Urkullu, yo y todos los demás, denunciamos eso. Y después la izquierda abertzale viene a enredar diciendo que 'estoy de acuerdo con esto de Gipuzkoa, pero no con tal'. Yo estoy en el EBB y todas las ejecutivas estamos corresponsabilizadas con la dirección nacional. El que vaya buscando, igual escribe una novela pero no va a tener soporte.
- Insisto con lo de las dos voces internas. Reconocerá que lo que dice el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, de dar cobertura política a la izquierda abertzale ilegalizada, no se parece mucho a las críticas de Urkullu a «la ortodoxia» de Batasuna.
- Olano lo que ha dicho es que no se pongan obstáculos al tránsito hacia la política.
- Digamos entonces que Olano hace un llamamiento a la unidad abertzale en el que Urkullu no hace tanto hincapié.
- Pero Urkullu dice que sin violencia hay todo un mundo por explorar. Si el PSE tiene primarias, todos dicen que es un ejercicio democrático, o cuando habla Eguiguren es porque es bienintencionado. Pero si es del PNV, ya están 'que si el matiz en Gipuzkoa'. Todos los partidos tienen matices que le enriquecen. Aquí la izquierda abertzale dice que quiere ser la alternativa del PNV. Eso no lo hacen en Vizcaya o Álava. Yo no puedo obviar esto. Y pasa también en Gipuzkoa. No es el mismo matiz en zonas urbanas o rurales.
- ¿Entonces, con Batu gaitezen buscan ustedes más perfil electoral que perfil soberanista ante la apuesta de Urkullu de incentivar la paz junto a Zapatero?
- En el PNV no necesitamos participar en un campeonato de soberanía, ni con la izquierda abertzale ni dentro del partido. Zapatero ya sabe por dónde pasan nuestros mínimos, como recoge la propuesta 15 del debate del estado de la nación: nuevo marco jurídico y admisión por el Estado de las decisiones de los vascos. Y esto no lo ha presentado Gipuzkoa, sino el EBB.
- En la presentación en San Sebastián de su propuesta llamaron la atención las evocaciones al Acuerdo de Lizarra. ¿A qué respondían?
- Lizarra supuso un punto de ilusión y compromiso como no se había conocido en este país desde 1977. Y políticamente ha sido determinante porque todos los movimientos políticos e institucionales, y la promulgación de leyes, se han producido a partir de 1998.
- Pero hasta su partido ha zanjado aquella filosofía de unidad nacionalista que dejaba al margen a PSE y PP.
- Pero no el trabajo conjunto. Si hay posibilidades de acordar de forma diversa, hay que acordar, no entre nacionalistas, sino entre gente que piense que el pueblo vasco tiene derecho a decidir. Es bueno y favorecedor para que haya soluciones. Pero claro, eso es un frente y lo que hacen PSOE y PP, no. Yo no quiero constituir ningún frente, pero sí hacer frente al PSE y el PP.
- Volvamos a la polémica marcha de Bilbao. ¿Qué le pareció la petición de Urkullu a Adierazi EH! de que convoque otra manifestación contra ETA?
- Es una respuesta dialéctica. No le auguro mucho futuro a esa polémica. Cuando en la manifestación te llaman 'Egibar español' y tú le respondes: ¿Qué te crees, tú solo?, y no sabe qué le has contestado. No tengo que hacer un acto de reafirmación de mi condición nacional todas las mañanas.
Independencia
- ¿Lo ocurrido refleja una lucha por la hegemonía del abertzalismo?
- No. Es una simplificación. Otra cosa es que cada uno busque su propio espacio electoral. Ahora, en el documento estratégico Lortu Arte, de la izquierda abertzale y EA, cifran el objetivo en la independencia. Si es el objetivo último, ¿me quieren hablar de los pasos previos? Ha habido un desarrollo político institucional en torno al derecho a decidir y ese terreno lo ha ocupado el PNV y otros partidos y organizaciones.
- ¿La estación final del PNV es el soberanismo o cabe el 'concierto político' con el Estado que defiende Urkullu?
- Será la que democráticamente establezca la ciudadanía. En un ejercicio de escapismo, algunos cifran el objetivo estratégico en la independencia. Y es el mío también, sin matices. Pero, ¿de qué sirve situarse a diario en ese escenario de llegada, que el PNV tiene en sus estatutos? En este momento los dos objetivos estructurales de este país y esta sociedad son consolidar un escenario de paz y que desaparezca la violencia definitivamente, y conseguir para este pueblo el estatus que le reconozca como pueblo y el derecho a decidir. Pactemos su ejercicio si hay identidades nacionales diferentes que concurren en el pueblo vasco. El autogobierno sí cabe en el derecho a decidir, pero en el autogobierno actual, con el corsé constitucional, no cabe el derecho a decidir, sólo en algunos temas.
- ¿Cómo se pacta el derecho a decidir entre diferentes?
- Nadie pretende imponer una identidad nacional, pero pactemos el ejercicio del derecho a decidir, sea un recorrido de 20 ó 100. Pero el que tú optes en un momento dado de forma consensuada por hacer un recorrido de 55 no significa que no puedas ir al 100 o bajar al 35, si las mayorías lo determinan.
- Usted acaba de afirmar que el objetivo del PNV es la independencia. ¿Realmente cree que todos los miembros del PNV comparten ese objetivo final?
- Eso es el PNV. No tengo ninguna duda de que la dirección del PNV es independentista. Tu serás independentista, pero después la realidad ya te llevará a matizar. Aunque si uno del PNV, por lo menos de la ejecutiva, no cree en la soberanía plena de Euskadi, es que se ha equivocado de dirección.