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Las diez noticias clave de la jornada
Tradición. Uno por uno, los artesanos no pararon de hacer katilus en sus tornos. :: APREA
ZEGAMA

Katilus para reivindicar un oficio

Dieciocho alfareros elaboraron 1.406 piezas durante diez horas

OLATZ ELOSEGI

Lunes, 8 de marzo 2010, 09:25

Zegama, famosa por su exigente maratón de montaña que lleva a los participantes hasta el Azkoirri, fue escenario ayer de otro curioso maratón, totalmente diferente aunque igual de exitoso. Durante cerca de diez horas, un grupo de alfareros de varias generaciones trabajó a destajo en sus tornos con el objetivo de elaborar la mayor cantidad de piezas posible. Eso sí, siempre el mismo tipo: el katilu o tazón, la pieza más popular. El recuento final arrojó la espectacular cifra de 1.406 katilus, toda una muestra del compromiso de los participantes, dieciocho, para poner en valor este oficio tradicional.

En los últimos años, el Ayuntamiento está haciendo un esfuerzo por recuperar la memoria de la actividad alfarera en Zegama que se remonta al menos al siglo XIX. La cita de ayer formaba parte de esa labor de recuperación, para lo que contó con la colaboración del Museo de Alfarería Vasca de Ollerías.

Desde primera hora de la mañana la carpa instalada frente a la Casa Consistorial rebosaba actividad. Los tornos -casi todos eléctricos, pero también uno tradicional- no dejaban de girar y de ellos, de forma rápida y sin aparente esfuerzo, brotaban los katilus. «Qué máquina», recibía como piropo uno de los artesanos más veteranos por parte del público. «¡A este ritmo para las doce ya habrás hecho 500!», le animaban. Y es que precisamente ellos eran los principales protagonistas en una jornada que se convirtió también en una suerte de homenaje a aquellos que han dedicado toda su vida a crear partiendo del barro.

Edurne Albizu, alcaldesa de Zegama, calificaba la reunión de histórica. «Es un lujo poder reunir en un mismo sitio a varias generaciones de alfareros. Algunos están cerca de los 90». Es el caso de Nicolás Aguirrebeitia, que trabajó en un taller de Ulibarri-Ganboa hasta 1957, cuando quedó sepultado bajo el embalse; Federico Garmendia, último alfarero del pueblo alavés de Narvaja; y Martín Catalina, que llegó a Zegama hace varias décadas procedente de Valladolid y fue ayudante del zegamarra Gregorio Aramendi, el último maestro alfarero de la localidad, fallecido en 1995.

Precisamente, uno de los momentos más emocionantes de la jornada estuvo dedicado a la memoria de Aramendi, ya que se recuperó para la ocasión un antiguo vídeo de la asociación cultural Ereintza, en el que durante unos minutos se puede ver al artesano zegamarra trabajando en su torno.

Durante la larga jornada los artesanos dieron toda clase de explicaciones al público, que mostraba curiosidad, emoción y admiración, a partes iguales. La iniciativa atrajo a mucha gente ayer a Zegama. Prueba de ello es que las dos visitas guiadas al molino de Intxausti y la tejería de Altzibar se tuvieron que convertir en tres.

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