Una alcaldesa para el cambio en Tolosa

El PNV ha ganado en todos los distritos del municipio, a excepción del de Igarondo, en la Parte Vieja. Lo sorprendente es que también ha ganado en Amaroz, feudo tradicional de la izquierda abertzale y, sobre todo, resulta significativa su victoria en el importante colegio de Gorosabel del Casco Histórico, donde también la coalición independentista suele ganar habitualmente con facilidad.

El PNV ha arrasado en el centro de la villa. En el distrito de Emeterio Arrese (jubilados), ha doblado en votos a EH Bildu (1.144 por 548), mientras que en la casa de cultura su triunfo resulta más ajustado (717 por 588). También gana claramente en Berazubi. En Izaskun el resultado ha sido más igualado, pero con victoria final de Peón.

Los jeltzales saben que han recibido el apoyo de votantes no habituales, incluso no nacionalistas, que les han elegido para garantizar el «voto útil del cambio», priorizando esta circunstancia sobre otros factores ideológicos. El PNV es consciente de ello, y por eso prefiere no ser triunfalista y dice acatar el resultado con «humildad, ganas de trabajar y profundo agradecimiento».

A la hora de analizar dónde ha podido captar el PNV este incremento de apoyo, las cosas no se vislumbran tan claras, aunque sí aparecen algunas certidumbres. La primera es que se ha movilizado gente indecisa o abstencionista, que ha elegido la papeleta de Olatz Peon y su equipo. Una segunda conclusión. El Partido Popular ha perdido doscientos votos que, en buena lógica, podrían haber podido ir a parar al Partido Nacionalista Vasco.

Más conclusiones. El «voto útil» del PNV no parece proceder del PSE-EE, ya que los socialistas no solo se han mantenido, sino que incluso han ganado algunos votos con respecto a 2011. Y otra conclusión: el PNV ha tenido que acabar recibiendo adhesiones de personas que en 2011 votaron a EH Bildu, y en este sentido, no parece aventurado colegir que varios de los 475 apoyos que obtuvo Aralar han ido a parar a los jeltzales en esta ocasión.

La teoría del «voto útil» se explicita bien si comparamos los resultados de las Municipales y las Forales, aunque aquí también se produce un dato bastante interesante. El PNV logra 600 votos «tolosarras» más para el Ayuntamiento que para la Diputación, pero Ibai Iriarte y su equipo han recibido más de 300 apoyos en las Municipales en comparación con las Forales, con lo que, aunque en menor medida, el actual alcalde también ha concentrado un porcentaje de voto últil nada desdeñable.

El Partido Popular ha sido el gran derrotado. Hace cuatro años se quedó fuera del gobierno municipal por un puñado exiguo de papeletas, pero el domingo solo sumó 274, una cifra casi intrascendente para una fuerza política que hace ocho años rondó los 600 apoyos, y que anteriormente incluso llegó a los mil en unas elecciones generales.

Aunque EH Bildu ha perdido 500 votos, sus resultados a nivel global revelan que cuenta con un sólido apoyo en Tolosa, muy estable y consolidado, cifrado en 3.700 votos, una cifra que, si no concurren motivos excepcionales, pueder ser suficiente para lograr la Alcaldía. En este sentido, sus resultados en términos absolutos son destacables, pero resultan insuficientes para seguir gobernando. Es más o menos lo que le pasó a Bildarratz hace cuatro años. El alcalde y sus concejales estaban convencidos de ganar y, ciertamente, se han visto sorprendidos por el resultado logrado por el PNV.

En cualquier caso, se abre una nueva etapa en el consistorio a partir del 13 de junio, fecha de constitución de la nueva corporación, que será bastante continuista en cuanto a concejales, ya que repiten diez de los 17 actuales: Ibai Iriarte, Lore Agirre, Peio Etxabe, Igor Ezenarro, Iñaki Irazabalbeitia, Olatz Peon, Jokin Azkue, Nerea Letamendia, Nuria Carbonell y José Ignacio Asensio.