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Viernes, 22 de agosto 2014, 00:10
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Queda claro que históricamente, desde que el ser humano fue capaz de hilvanar varias notas musicales, el empeño por ejercitarse en el arte de la composición melódica ha jugado un papel fundamental en todo acto social, ni qué decir hoy en día. Reseña el ordiziarra, Jorge Rodríguez, en el trabajo 'Los primeros siglos de la música en Ordizia 1600-1800', que «la manifestación musical más antigua, de la que tenemos constancia a través de los libros de acuerdos del Ayuntamiento, se refieren al tamboril y al tambor».
A principios del siglo XVII, añade, todos los festejos tenían un elemento común; los toros, por lo que la música, además de amenizar los bailes; Espatadantza, etc, servía para acompañar en los festejos taurinos. A partir de ahí, la labor de investigación del autor va aludiendo, en función del paso de los días, a la aparición, en el panorama musical, del primer órgano, la primera orquesta, la primera escuela de música, la primera banda.
Una de las fechas que el autor remarca es la del 16 de diciembre de 1869, día en el que Ayuntamiento celebra oposiciones para cubrir la plaza de organista, puesto para el que resulta elegido el vecino de Elgoibar, Francisco Garate. Músico al que a su vez se le encarga la dirección de la academia de enseñanza gratuita de música vocal e instrumental, cuyo reglamento había sido aprobado el mes de septiembre anterior. «Una decisión que da lugar a la primera escuela de música en el municipio».
En cualquier caso, queda claro que a finales del siglo XIX, el municipio ya cuenta con banda municipal, y que el siglo XX asiste a momentos de tirantez, con el Ayuntamiento, incluso a la desaparición de la agrupación musical.
En esa visión retrospectiva del municipio Iñaki Hidalgo se detiene en uno de esos tira y afloja que se dieron, hace ahora 100 años, entre la banda y el Consistorio. Apunta Hidalgo que en la sesión del 20 de abril de 1914, el alcalde da cuenta de algunas diferencias habidas con la Banda 'Ordizia', que venía quejándose desde hacía tiempo de su precario estado económico, pidiendo mayor subvención que no era concedida, con el consiguiente malestar por parte de la asociación musical. Informa también de las gestiones realizadas con la Banda para llegar a un acuerdo al respecto.
En la sesión del 27 de abril se ve el proyecto de convenio entre el Ayuntamiento y la Banda que estaba representada por Esteban Aramburu, presidente, Juan Maiz, Juan José Iturrioz, Valentín Serrano, Miguel Aguinaga e Hilario Mauleón. En la introducción se señala la difícil subsistencia de la Banda por la escasez de ingresos, solicitándose un aumento de la subvención municipal y con el fin de hallar una formula para la pervivencia de la Banda se acuerda lo siguiente: 1.-La Banda de Música Ordizia se considera una asociación musical que se halla dispuesta a asistir a los actos que disponga el Ayuntamiento. 2.-La Banda se presentará a los actos públicos dispuestos por el Ayuntamiento o el alcalde, disciplinada y con 25 ejecutantes como mínimo. 3.-El Ayuntamiento subvencionará con 200 pesetas anuales para arreglo y mejora de instrumental y repertorio. 4.-La Banda dará cuenta de la inversión de dicha subvención dentro de la primera quincena del año siguiente. 5- El Ayuntamiento abonará a la Banda las siguientes cantidades: por cada acto público nocturno 25 ptas, por cada acto público de tarde 35 ptas, por cada acto público de mediodía 15 ptas, por cada acto público de mediodía y tarde 50 ptas, y por servicio de todo el día 75 ptas.
Mínimo 45 acto públicos
Para reclamar cantidades, en concepto de servicio público, se requiere instancia escrita del Alcalde. El Ayuntamiento se compromete a utilizar la banda Ordizia en 45 actos públicos, mínimo, al año. Si se presta servicio en acto público dispuesto por la Alcaldía, se considera a la misma dependiente del Ayuntamiento, como consecuencia de ello, el director o jefe de la asociación se halla a las ordenes del Alcalde o quien haga sus veces.
El Ayuntamiento cede a la Banda, gratuitamente, los locales y la luz que utiliza. Los representantes de la Banda dejan a la consideración del Ayuntamiento y a su arbitrio si siendo requerida la Banda en días laborables, la paga adquirida por tal servicio no fuera suficiente para indemnizar a los músicos de la pérdida de jornales y confía en la justicia de la decisión municipal.
Hasta ahí el contenido del contrato que es explicado por el Alcalde, quien recuerda el gasto en años anteriores de la Banda y señalando que sabiendo utilizar lo estipulado con tacto se puede sostener la Banda sin mayor gasto.
El concejal Madrazo señala que sería conveniente fijar bien, en el caso del artículo décimo referente a los jornales, que el Ayuntamiento no abonará más que la pérdida de los jornales, excluyendo el abono a los empleados que cobran en nómina.
Contesta el Alcalde diciendo que el artículo décimo podía quedar como está, pero estableciendo el Ayuntamiento una norma de conducta para el caso de su aplicación que podría quedar como sigue: 'caso de que el Ayuntamiento en vista del artículo décimo, se decidiera a abonar algunos jornales a los individuos de la Banda, se entenderá que solamente se abonará a los que por atender servicio municipal, sufren perjuicio en su jornal de taller y solamente la perdida estricta'. Texto que es aprobado, a la vez que el contrato que entrará en vigor a partir del 1 de mayo.
En la sesión del 8 de junio se aprueba disponer de la Banda 'Ordizia' para todo el día de la festividad del Corpus. Llegada la década de los años 50 y 60, probablemente debido a un cúmulo de circunstancias, y entre otras porque tocaba cambio de ciclo musical con la llegada y aparición nuevas formaciones musicales, entre las que, destaca la Orquesta Bolero, a la que posteriormente siguieron otros grupos como, Los Bostak, The Yennis, Los Yolos, Los Simbas, etc, etc, contexto en el que la banda de música acaba por disolverse.
Habrá que esperar a otro día de Corpus, concretamente al del 5 de junio de 1980, para que la nueva banda de música, Beti Argi brindase su primera actuación al pueblo de Ordizia con una diana, procesión y concierto.
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