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¿Quién más lee tus correos electrónicos?

¿Quién más lee tus correos electrónicos?

Si a Hillary Clinton le leen sus correos, ¿crees que a ti no? Te explicamos lo que pasa con tus mensajes después de darle al botón de enviar... y quién tiene acceso

Jesús Falcón

Viernes, 2 de diciembre 2016, 06:36

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Miles de correos electrónicos de Hillary Clinton acabaron en personas que no eran las destinatarias de las mismas. WikiLeaks ha publicado más de 30.000 mensajes de la reciente candidata a la presidencia de Estados Unidos (y otros 20.000 de miembros del Comité Nacional Demócrata). Los dedos acusadores se dirigieron a los espías rusos, pero nadie cuestiona que el primer fallo de la excandidata a presidenta de los Estados Unidos fue no utilizar los servidores seguros de la administración de su país y que tenía a su completa disposición. Dándole la vuelta al razonamiento, hay un hecho que no deja lugar a dudas: utilizar servicios de correo públicos y gratuitos no garantiza en modo alguno su privacidad.

Realmente no es algo nuevo, pero nunca se había hecho tan evidente que desesde un extremo los hackers y desde el otro los servicios de seguridad de un estado, confirmen implícitamente que pueden tener acceso a cualquier correo electrónico. La penúltima demostración (hace unas semanas), de hecho, se ha dado entre ambos bandos, ya que un grupo de piratas ucranianos afirmaba tener en su poder correos electrónicos del servicio secreto ruso.

El caso es que este otoño está siendo especialmente fructífero para los aficionados a dañar la reputación digital de otros, ni gigantes como Twitter, Netflix o Amazon se han librado. Entonces, ¿nuestras modestas -y gratuitas- cuentas de Gmail, Hotmail o Yahoo están a salvo? Obviamente, no. Si tienes algo que esconder, este no es el sitio. Y aunque no lo tengas si tienes un mínimo de celo por tu privacidad, tampoco.

Seguramente la mayoría de nosotros pensemos que no merece la pena que nadie se tome la molestia de husmear en nuestra actividad digital, pero podemos poner algunas trabas para aumentar la garantía del derecho a la privacidad e intimidad. Lo cuenta mucho mejor en su artículo el abogado Jorge Campanillas.

Más allá de debates éticos y legales, que alguien acceda a tus datos te puede perjudicar al bolsillo. Una de las tretas más habituales por los delincuentes cibernéticos es 'secuestrar' archivos guardados en la nube (fotos, textos, vídeos,..) y pedir un rescate a cambio de devolverlos. Si no son jugosos los personales, quizá los profesionales sí, y con eso juegan los 'secuestradores'. Pero seguramente no se conformarán con archivos si pueden acceder a contraseñas de diversos servicios o a datos bancarios.

Conviene saber de los riesgos, pues un ataque a nuestros datos puede provenir desde la red, pero también desde el mundo físico. En este sentido los expertos alertan de los ataques mediante ingeniería social, que tiene recursos muy sofisticados para enterarse de datos que llevan a otros datos o tan simples como abandonar un USB que al utilizarlo nos roba todo lo que hay en guardado en nuestro equipo.

Otro objetivo de los 'hackers' puede ser introducir un virus en tu equipo (para dañar o para obtener más datos aún) o utilizar tu cuenta de correo para realizar ataques a otros. Como ves, es relativamente fácil encontrar a personas con la motivación necesaria para los que las barreras de seguridad no suponen un gran problema. Por eso te proponemos una serie de medidas básicas para entorpecer estas prácticas:

- Utilizar una contraseña lo más robusta posible, incluyendo combinaciónes de cifras y letras. Es importante cambiarla con cierta frecuencia

- Activar todas las opciones de seguridad, por ejemplo, los filtros anti-spam o la doble comprobación, que se activará sobre todo cuando accedas desde un dispositivo no habitual. Por ejemplo, para Gmail existe la aplicación Authenticator que da una segunda clave que va cambiando cada pocos segundos

- Utilizar antivirus, siempre complicarán un poco más la vida a quien desee acceder a nuestra cuenta

- No enviar correos en cadena, especialmente si no hay seguridad sobre el contenido del mensaje

- No responder a correos tipo spam, si lo haces estás confirmando que tu dirección es real

- Cuidado con el acceso a través de redes wifi públicas o conexiones en espacios públicos. Si se ha utilizado un dispositivo público, cerrar la sesión y borrar el historial de navegación, archivos temporales, cookies, datos en cache, etc.

- Usa el sentido común y desconfía. Hay que desconfíar de correos no solicitados o remitentes desconocidos, así como de textos en un idioma diferente al que sueles utilizar

- Ojo a los archivos adjuntos, especialmente los remitidos por desconocidos y a los ejecutables, comprimidos o que utilizan extensiones poco frecuentes (js, vbs, hta,...)

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