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Miércoles, 15 de abril 2015, 15:13
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Gracias a la inclusión en el calendario de las vacunas contra la meningitis, en España ha disminuido la frecuencia de meningocócica de forma drástica desde los años 80, en que se vivía una situación de hiperendemia, y la meningitis por H. influenzae ha desaparecido prácticamente. Sin embargo, la meningitis por L. monocytogenes aumenta y la originada por neumococo se mantiene tiene una tendencia a disminuir, sin haber desaparecido. A nivel mundial, la mortalidad de la meningitis bacteriana está alrededor del 20 % en adultos, y es menor en niños debido a que no tienen comorbilidades, según la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC).
Nos encontramos con el reto de conseguir disminuir las resistencias y mejorar los tratamientos de soporte que ayuden al tratamiento antibiótico, afirma la doctora Carmen Cabellos, miembro de la SEIMC. Y también hay que mejorar el conocimiento de los profesionales para que se pueda reconocer enseguida ya que en algunos casos el tiempo es la clave para evitar la mortalidad y las secuelas. En el caso de la causada por H. influenzae, la vacuna ha conseguido que casi desaparezca pero en otros casos, aunque no sean igual de eficaces, son igualmente recomendables, e incluso en el caso de las que no están incluidas en el calendario vacunal pero los pediatras sí las ofrecen, vale la pena administrarlas.
Fiebre.
Dolor de cabeza.
Náuseas y vómitos.
Se puede acompañar de agitación, obnubilación y disminución del nivel de conciencia y de aparición de crisis epilépticas y otros signos de afectación cerebral.
El dato más destacable en la exploración física es la rigidez a la flexión del cuello o rigidez de nuca.
La meningitis es la inflamación de las meninges (una cobertura del cerebro y la médula espinal) y del líquido cefalorraquídeo que contienen, y suele afectar a neonatos y niños, aunque podría también atacar a adultos. En el caso de los adultos, aquellos que no tienen bazo y los que tienen algunas enfermedades, como mieloma, tienen más riesgo de meningitis neumocócica, mientras que los pacientes mayores o con enfermedades inmunosupresoras como leucemia pueden tener mayor riesgo de meningitis por listeria.
Con motivo del Día Mundial contra la Meningitis, que se celebrará este próximo día 24 de abril, los expertos recomiendan no bajar la guardia, pues puede ser ocasionada por bacterias, virus, hongos, agentes químicos o fármacos, siendo los microorganismos causales más frecuentes son N. meningitidis (meningococo), S. pneumoniae (neumococo) y Haemophilus influenzae, si bien este último prácticamente ha desaparecido en muchos países desde el uso generalizado de la vacuna.
De ellas, la que cuenta con menor mortalidad es la meningitis meningocócica (5%), frente al 25% de mortalidad de la meningitis por Listeria monocytogenes, una causa que es más frecuente ahora, porque es propia de pacientes mayores y con defensas bajas, y ambas poblaciones están en aumento. Los síntomas más frecuentes son fiebre, dolor de cabeza, náuseas y vómitos. Se puede acompañar de agitación, obnubilación y disminución del nivel de conciencia y de aparición de crisis epilépticas y otros signos de afectación cerebral. El dato más destacable en la exploración física es la rigidez a la flexión del cuello o rigidez de nuca.
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