¿Un hombre con siete vidas?

Dylan le dio una patada al escualo —cree que era un tiburón tigre— y a continuación se puso a nadar como un desesperado con el objetivo de llegara a la orilla cuanto antes. «Esa fue la parte más aterradora. No sabía dónde estaba el tiburón, y no sabía si volvería a por mí», admite.

Una mujer que lo encontró malherido en la arena alertó a los servicios de emergencias del lugar. Afortunadamente, sufrió cortes profundos que requirieron siete puntos de sutura, pero ninguna herida fue grave..

«Mis padres están agradecidos de que aún siga vivo», asegura el joven. Y es que nueve meses antes le atacó un oso negro de casi 140 kilos mientras dormía al aire libre en un campamento de verano de Colorado. El animal le mordió el cráneo, le agarró por la cabeza y lo arrastró casi tres metros, hasta que lo soltó.

Hace tres años y medio, le mordió una serpiente de cascabel cuando realizaba una caminata por Utah. Otra vez tuvo suerte. El reptil solo le inyectó una pequeña cantidad de veneno en la pierna. Esto no impidió que estuviera estuviera enfermo un par de días.

Con estos antecedentes se explica que McWilliams sea instructor de supervivencia que ama los viajes prolongados en la naturaleza. Él al menos tiene siempre suerte. Esperamos que también quiénes le acompañan en esas aventuras.