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El País Vasco desciende en las puntuaciones de ciencias, lectura y matemáticas.
Los alumnos vascos tienen más ordenadores y libros, pero suspenden

Los alumnos vascos tienen más ordenadores y libros, pero suspenden

El informe PISA ha puesto «en estado de shock» a la enseñanza vasca, que no se explica lo ocurrido

JAVIER GUILLENEA

Jueves, 8 de diciembre 2016, 08:32

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El desconcierto ha cundido en la comunidad educativa vasca, que no termina de entender cómo es posible que en un plazo de tres años nuestro sistema de enseñanza haya pasado de codearse con los mejores a vagar por la senda de la mediocridad. Los resultados del informe PISA de 2015, en los que Euskadi retrocede en lectura y matemáticas y se hunde en ciencias, han sido tan demoledores que en algunos sectores de la enseñanza ha empezado a circular la idea de que tiene que haber algún error. «Un descenso de 23 puntos en ciencias no es viable estadísticamente», sostiene un técnico de Educación que no termina de creerse lo ocurrido.

Es difícil de asimilar, sobre todo cuando el País Vasco lidera en el conjunto del Estado gran parte de los parámetros que, en teoría, deberían garantizar una buena enseñanza. «Todos los parámetros positivos se dan aquí y sin embargo hemos descendido. Es raro que en tres años haya habido semejante debacle sin que se haya producido ninguna crisis y en un momento de tranquilidad», afirma un catedrático de Pedagogía de la UPV/EHU, que admite que la enseñanza vasca «está en estado de shock».

Y, sin embargo, los datos están ahí. Según el informe PISA, los adolescentes vascos de 15 años son los que más fácil lo deberían tener para ser los alumnos más preparados de España y parte del extranjero, pero la realidad no acompaña a los resultados. Es como si los jóvenes de Euskadi vivieran en dos mundos paralelos: el de sus hogares perfectos y el de la educación.

El informe revela que el País Vasco es la segunda comunidad, por debajo de Madrid, con mayor índice social, económico y cultural del alumnado (ISEC). Este hecho debería ser una garantía de buenos resultados, pero no ocurre así. «Las comunidades de Castilla y León, Navarra, Galicia, Aragón y Castilla la Mancha obtienen puntuaciones medias en ciencias significativamente más altas que las esperadas para su valor medio del ISEC, mientras que el País Vasco, Extremadura y Canarias alcanzan puntuaciones medias en ciencias significativamente más bajas que las esperadas para su nivel de ISEC», dice el documento.

El club de los doscientos

A partir de aquí surge la duda de si, a mayor bienestar, más educación. En este punto, PISA contribuye a resquebrajar algunas certezas que se daban por inmutables como, por ejemplo, la de los libros. El País Vasco es la comunidad autónoma en la que hay más alumnos de 15 años que en sus casas tienen más de doscientos libros. El informe señala que «en todas las ediciones de PISA, desde 2000 a 2012, la variable sobre el número de libros en casa ha mostrado tener una relación positiva y significativa con los resultados de los alumnos». «En 2015, -añade el texto- PISA corrobora de nuevo que el número de libros en el hogar es un buen predictor del rendimiento en las tres áreas evaluadas, aunque no se pueda establecer una relación causal directa».

Esta última apostilla es aplicable a Euskadi, donde los alumnos con más de dos centenares de libros en sus hogares no sobresalen entre los de mayor puntuación. En ciencias se quedan por debajo de la media española, lejos de comunidades como Aragón, Canarias, Castilla y León, Cataluña, Murcia, Asturias, Cantabria, Castilla la Mancha, Madrid, Navarra y La Rioja. Este hecho es más llamativo aún si se tiene en cuenta que el 31% de los alumnos examinados en Euskadi tiene en casa más de doscientos libros frente al 12% de Canarias o el 17% de Murcia.

La situación no mejora en comprensión lectora, donde los jóvenes vascos con más libros comparten con Extremadura el último puesto, y remonta un tanto en matemáticas, donde se sitúan en la zona media de la tabla.

Hogares digitales

La consejera vasca de Educación, Cristina Uriarte, achacó el pasado martes los malos resultados al cambio de formato de los exámenes PISA, que han pasado a ser digitales. Al margen de que esta modificación no ha afectado a las autonomías que han mejorado sus resultados, el País Vasco también se destaca por ser la comunidad con mayor número de alumnos que tienen ordenador (96%), lo que podría interpretarse como una ventaja. Pero no es así.

De nuevo en este caso la realidad no acompaña a los resultados. A la hora de examinar la relación del rendimiento en ciencias con la posesión de un ordenador en casa, los alumnos vascos se sitúan muy por debajo de Aragón, Asturias, Valencia, Castilla y León, Castilla la Mancha, Cataluña, Extremadura, Galicia, Madrid y Navarra. Por si a estos adolescentes les sirve de consuelo, para el 4% que no tienen ordenador las cosas no les han ido mejor. Sus puntuaciones se hallan entre las más bajas.

Otro de los parámetros que sirven para estimar el índice social, económico y cultural del alumnado es el de los estudios de los padres. Para no variar, otra vez sobresalen en este aspecto los estudiantes vascos, cuyos progenitores son los que tienen un mayor nivel educativo. En el 68% de las familias al menos uno de los padres ha culminado la educación terciaria (titulaciones universitarias o de FP de grados superior). Y también para no variar, los datos no son todo lo optimistas que podrían esperarse. El País Vasco es superado por Aragón, Castilla y León, Cataluña, Asturias, Castilla-La Mancha, Madrid, Navarra y La Rioja.

Euskadi se diferencia del resto de las autonomías por el equilibrio entre los colegios de la red pública (53%) y la red privada. En la mayoría de los países evaluados por PISA son los centros privados los que obtienen la puntuación media más alta, que es algo que también sucede en el País Vasco, pero solo eso. Nuestra red privada tampoco destaca demasiado y se iguala a la pública en el descalabro. Sus resultados son regulares en matemáticas, malos en comprensión lectora y pésimos en ciencias.

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