La gran mayoría de las escuelas vascas ha boicoteado la prueba de Primaria de la Lomce

La evaluación diagnóstica de tercer curso de Primaria, que marca la ley de reforma educativa del PP (Lomce), ha sido un fracaso en Euskadi por el boicot de familias y profesores de escuelas públicas y de algunas ikastolas concertadas. Esta prueba -que en el País Vasco se hace de forma experimental en treinta centros elegidos por el Departamento de Educación-, solo se ha desarrollado con normalidad en los colegios religiosos de Kristau Eskola.

El examen, sin consecuencias académicas y que elaboran, aplican y corrigen los propios centros, debía haberse realizado en las últimas semanas en media docena de escuelas públicas de Bizkaia (Sestao, Santurtzi, Portugalete, Getxo, Bilbao y Barakaldo), en otras tantas de Vitoria y en una de Beasain (Gipuzkoa). De todas ellas, apenas un tercio de los alumnos de tercer curso de Primaria de uno de los centros completaron el examen, según los datos que ha recogido la asociación de familias de la red pública vasca, Ehige. En otras cuatro en las que se iba a realizar la prueba desde hoy hasta el viernes también los padres han acordado ya que sus hijos no la completen. Y en el colegio público Iruarteta de Bilbao, las familias se concentran hoy a la mañana para mostrar su rechazo a la evaluación. Protestas similares se han llevado a cabo en otras escuelas en los últimos días.

La única ikastola en la que se debía haber celebrado, la de Ordizia, los padres decidieron no mandar ese día a sus hijos a clase y en otra en la que el examen está programado para esta semana tampoco se llevará a cabo, según los datos con los que cuenta la agrupación de ikastolas subvencionadas. Solo un grupo educativo, el de los colegios concertados religiosos -Kristau Eskola- ha cumplido con la orden del Gobierno vasco. En sus centros se ha realizado la evaluación diagnóstica con normalidad.

En el boicot de la comunidad escolar a la evaluación diagnóstica de la Lomce en tercer curso de Primaria influyen las cuestiones políticas. Con el plante se quiere expresar su rechazo a la reforma educativa del PP y reprochar al Gobierno de Urkullu que haya comenzado a aplicar esta ley -de obligado cumplimiento-, a la que se opone la mayoría de los sectores educativos vascos.

Detectar problemas

Este tipo de pruebas ya se hacían en Euskadi, aunque en cuarto curso de Primaria, un año después, y servían para detectar problemas de aprendizaje y aplicar medidas de refuerzo en las aulas. Educación ha repetido insistentemente en los últimos meses que la evaluación que ahora se ha adelantado a tercer curso de Primaria busca esos mismos objetivos de «mejorar» el sistema de enseñanza. También recalca que no tiene consecuencias académicas y que son los propios colegios los que elaboran las preguntas y corrigen los exámenes.

Tanto la asociación de padres de alumnos de la escuela pública, Ehige, como la de directores de los centros, Bihe, y la mayoría sindical, se han posicionado en contra de las evaluaciones de Primaria, lo que ha influido en la decisión de las familias de no enviar a sus hijos al examen. Creen que los niños no tienen madurez suficiente para hacer una prueba de este tipo y que no hay motivos pedagógicos para cambiar el modelo. Pero principalmente ven en este examen el primer paso para aplicar las futuras y temidas reválidas del PP en Secundaria y Bachillerato, que serán obligatorias para obtener los títulos oficiales y acceder a la Universidad