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Fallece Carles Capdevila, periodista y experto en educación

Fallece Carles Capdevila, periodista y experto en educación

Un cáncer ha terminado con su vida a los 51 años pero deja un legado de vídeos sobre educación que acumulan millones de visionados

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Viernes, 2 de junio 2017, 17:00

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El periodista Carles Capdevila ha muerto a los 51 años a causa de un cáncer que le fue diagnosticado hace dos años, ha explicado el periódico Ara, diario que dirigió desde su fundación en 2010 hasta agosto de 2015.

Nacido en Hostalets de Balenyà (Barcelona) en 1965, continuó como columnista del periódico hasta que una recaída a principio de año le obligó a dejarlo, y fue ingresado en el hospital por el mismo motivo esta última semana, según ha informado el diario.

Carles Capdevila comenzó su trayectoria profesional en Ràdio Pista y trabajó en medios como TV3, Catalunya Ràdio, Cadena Ser, Avui, El Periódico de Catalunya, El 9 Nou y el diario Sport, del que fue corresponsal en Nueva York. Columnista y escritor, publicó libros como «Nova York a la catalana» (1996), «Criatura i companyia» -premio Pere Quart de humor y sátira (1999), «Jo vull ser famós» (2002), «Alguna Pregunta Més: Antologia de 10 anys de disbarats» (2004) y «Entendre el món. Converses amb onze pensadors contemporanis» (2015) y «Parir con humor» (2016). El último fue «La vida que aprenc» (La vida que aprendo), una selección de 130 artículos de los más de 2.000 que escribió durante su vida profesional, con los temas que más interesaban al autor, como la estima, la compañía, la educación o el voluntariado, y que fue el más vendido en Sant Jordi en el apartado de no ficción en catalán.

En noviembre de 2015 Capdevila dejó por motivos de salud la dirección del diario Ara y ocupó el cargo de director-fundador, tras un recordado discurso de despedida en el que hizo un alegato a favor del periodismo libre frente a los poderes políticos y económicos.

Una de sus facetas más conocidas, no obstante, fue la de divulgador y conferenciante sobre la educación de los hijos, un ámbito que abordó con sentido del humor en un monólogo recogido en un vídeo del colectivo 'Gestionando hijos', del que formaba parte como «experto» y que ha tenido cerca de dos millones de visualizaciones:

Padre de cuatro hijos y «aficionado a la educación», según su propia definición, fue director y presentador del programa «Eduqueu les Criatures», de Catalunya Ràdio (2006-2010) en el que abordaba los retos de los padres ante el crecimiento y la formación de los hijos, y la conciliación de esta tarea con la vida laboral.

En su diario digital, su último escrito lo publicó el pasado enero, con las 16 cosas que había aprendido (y compartido) el 2016 , toda una lección de vida: «La educación es el arte y oficio sublime de aprender mientras se enseña y de enseñar mientras se aprende»:

1. Que aceptar las limitaciones tiene un punto doloroso y otro de liberador. Sueltas peso, y te puedes entregar en cuerpo y alma a lo que te queda, si aprendes a dejar de lamentar lo que pierdes. Cuando se cierra una puerta se abren solitas un montón de ventanas.

2. Que la amabilidad puede ser la idea más revolucionaria. Tiene el poder transformador de las personas que llevan la sonrisa puesta, que transmiten optimismo, que nos hacen reír, que por donde pasan mejoran el ambiente.

3. Que en lugar de lamentarnos cuando el cuerpo se nos queja y soltar un maldita rodilla, tocaría valorar los años que hace que nos soporta y se dobla a nuestro servicio. En lugar de maldecir nuestros huesos tendríamos que celebrar este esqueleto que hace lo que puede y más para mantenernos firmes.

4. Que la alegría de vivir no tiene métodos pero tiene maestros. Conviene acercarnos, a la espera del contagio, a gente sencilla, que tiene en la bondad y la estima y el cuidado de los demás el foco, que pasan desapercibidos en un mundo que premia más el cinismo que la ingenuidad.

5. Que hemos venido aquí, aunque lo disimulamos demasiado bien, a amar y ser amados, y por tanto a cuidarnos. Y que el cuidado de las personas es la tarea más importante del mundo, y la menos valorada.

6. Que no se puede discutir nunca con un imbécil. La clave es detectarlos y frenarlos antes, pero esto requiere una sociedad madura y respetuosa que ignore la provocación barata y admire más los valores que no los resultados a cualquier precio.

7. Que la persona con la que no te sepa mal llorar y que te haga la compañía adecuada es a la fuerza un muy buen amigo. Sobre todo si también sabe reír juntos.

8. Que nunca es tarde para aprender a caminar, y que con el amigo con el que más salimos a caminar somos mucho más amigos desde que andamos juntos: haciendo camino somos más sinceros, más directos, más profundos.

9. Que sin confianza no hay motivación, porque confiar a menudo da más fruto que vigilar.

10. Que me seducen los optimistas currantes. Los que saben que todo es un desastre y todo puede ir mal, si no ponemos remedio pronto. Y por eso se ponen manos a la obra. Y mantienen este punto de ingenuidad necesaria para creer que podrán. Porque sin confianza no hay convicción y sin convicción no hay resultados y sin resultados no hay motivos para mantener la esperanza.

11. Que priorizar significa descartar. Para poder dar el sí entusiasta y posible a lo que quieres deberás dar el no contundente y desculpabilizado a lo que no cabe.

12. Que lo peor del miedo es cuando nos pilota, cuando se instala al volante. Porque el miedo nos puede hacer traidores. O nos puede paralizar por completo. El miedo a la verdad nos hace mentirosos, el miedo a sentir emociones fuertes nos hace fríos, el miedo al riesgo nos hace tirar demasiado toallas, y el miedo a morir nos puede impedir vivir.

13. Que somos más lo que hacemos que lo que decimos, somos más lo que decidimos que lo que pensamos, somos cuando actuamos y no cuando reflexionamos. Y ya que hemos venido aquí a relacionarnos, la educación es el arte y oficio sublime de aprender mientras se enseña y de enseñar mientras se aprende. Sólo estando de verdad, de corazón, siempre, puedes aprender y enseñar a estar allí.

14. Que necesitamos más mala leche y más esperanza. Tenemos que estar más cabreados y más ilusionados a la vez. Nos conviene señalar y denunciar a los culpables, mirarles a los ojos, no asumir que esto toca, mostrarles toda la rabia que sentimos. Y simultáneamente ir arreglando con las manos el día a día, desde el inconformismo, con ambición y con la certeza absoluta de que es posible.

15. Que hacen falta médicos y maestros con visión de cabecera, que en lugar de dedicarse al trocito asignado, sean capaces de tomar distancia y cuidar de personas enteras, de pies a cabeza.

16. Que la belleza está en la mirada, y no hay privilegio más hermoso que ser observado desde el amor incondicional y la alegría de vivir. No hay inersión más segura y rentable que rodearnos de personas que nos quieren tal como somos, que nos encuentran guapísimos al margen de lo que dicte el espejo. Que nos miran siempre con buenos ojos.

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