La precariedad laboral arrastra al extranjero a 437 médicos colegiados en Euskadi en seis años

El éxodo de médicos parece no tener fin. Esta es la conclusión a la que llega la Organización Médica Colegial (OMC) institución integrada por los colegios provinciales de toda España en vista de los certificados de idoneidad profesional que se solicitan cada año para poder ejercer en el extranjero. El año pasado pidieron este documento 145 colegiados vascos. Este número resulta espectacular si se compara con los de ejercicios precedentes porque en ningún caso se llegó a 80.

La fuga de 437 facultativos en seis años no es una realidad exclusiva del País Vasco. En el conjunto de España, casi 3.400 médicos emigraron el año pasado; de ellos un 13% no era de nacionalidad española aunque se había formado aquí. Entre 2011 y 2016, el número es de 15.778 titulados. Esta situación explica que en determinados momentos la Sanidad española sufra las consecuencias de la carencia de efectivos para realizar sustituciones, lo que obliga a los profesionales de plantilla a cubrir los huecos de sus colegas, llegando incluso a doblar turnos.

¿Por qué se van? En un entrevista concedida a este periódico hace unos días, la directora del Servicio Vasco de Salud, María Jesús Múgica, señaló que «ningún profesional se va al extranjero porque no tenga trabajo en Euskadi. Será por otras razones». A renglón seguido, sin embargo, destacó «la capacidad de elegir» de unos profesionales con 11 y 12 años de formación cuando se les ofrecen contratos temporales en Osakidetza, cuyas condiciones laborales «son buenas

Esta es la clave: la precariedad laboral. Los colegiados españoles huyen a los países que les ofrecen unas buenas condiciones. El secretario de la OMC, Juan Manuel Garrote, no tiene duda alguna de que esta es la principal explicación. «Un médico ha hecho seis años de carrera, uno de preparación del examen MIR y 4 o 5 de especialidad. Cuando termina la formación tiene 29 o 30 años. Si solo le ofrecen empleos temporales, cada vez en un sitio... A esa edad necesita hacerse una composición de vida y también un desarrollo profesional. Un médico necesita trabajar a diario para seguir avanzando», razona.

Garrote, que ejerce de médico de familia en la localidad segoviana de Coca, comprende que ante la realidad de contratos «que a veces llegan a ser de días», tantos profesionales opten por irse «cuando les ofrecen trabajos estables». Por ello, cree que ya es hora de que las diferentes Administraciones del país adopten medidas «para fidelizar » a los titulados. En esta línea, el secretario de la OMC llama la atención de las consecuencias de esta sangría de profesionales.

«España tiene 42 facultades de Medicina, el triple que Francia. Formar a un médico cuesta un dineral. Aquí lo hacemos y muchos de ellos acaban en otros países, a los que les sale gratis llevarse a a nuestros titulados», denuncia. Según el informe de la Organización Médica Colegial, el Reino Unido fue el principal destino de los médicos que hicieron las maletas el año pasado. Le siguen Francia e Irlanda y, sorprendentemente, Portugal.

¿Se van todos por motivos laborales? Casi todos. Esto es al menos lo que afirman cuando acuden a sus colegios oficiales a pedir el certificado de idoneidad. El 72% asegura que es por trabajo, el 7% por cooperación, un 6% por razones de estudios y el resto por otros motivos, no especificados. De los casi 3.400 que se fueron el año pasado, el 52% eran hombres. Por edades, el 41% tenía entre 35 y 50 años. Los profesionales que más han pedido estos documentos han sido los asociados al ámbito hospitalario (51%).

Crisis y listas de espera

Juan Manuel Garrote tampoco duda en relacionar crisis económica, temporalidad en el empleo, aumento de las listas de espera y saturación de los servicios de urgencias. Mientras a los responsables de las administraciones públicas les cuesta reconocer que la sanidad pública ha perdido profesionales, este experto afirma que es así. «La prueba de que faltan es la tasa de reposición de los profesionales que se jubilan o fallecen. Durante años ha sido del 10%», resalta en referencia al porcentaje de nuevos funcionarios que sustituyen a los que salen.

«Esto recalca ha tenido repercusiones en las listas de espera». Así, afirma que las demoras en los hospitales para consultas y, sobre todo, para intervenciones quirúrgicas tiene mucho que ver «con este recorte» en la contratación. La consecuencia en la atención primaria (centros de salud) es que «la cita con el médico de familia en vez de conseguirse para la jornada siguiente, se da para varios días después y esto concluye acarrea que la gente termina yendo a los servicios de urgencia, que se colapsan con pacientes que acuden para que se les atienda de cosas banales, como un resfriado». El remedio a esta situación que no duda en calificar «de deficiencia social» es «la reposición de médicos».