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La comarca fue refugio de herejes cátaros, que rendían culto en la ermita de Santa Magdalena. Fueron perseguidos y encerrados en unas cárceles del terror que se pueden visitar.
Un pueblo maldito

Un pueblo maldito

Castillos encantados, fenómenos paranormales y ritos de brujería han dejado de ser una maldición en lugares como Trasmoz, en Aragón. Su leyenda negra hechiza cada año a más visitantes

GUILLERMO ELEJABEITIA

Sábado, 4 de junio 2016, 16:04

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Sobre la villa aragonesa de Trasmoz pesa desde el siglo XVI una maldición eclesiástica que solo el Papa puede retirar. «Tampoco lo vamos a solicitar, es nuestro mejor reclamo turístico», reconoce Lola Ruiz, una de las 79 almas que habitan hoy un pueblo tachado durante ...

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