La mitad de las familias monoparentales de Euskadi vive en riesgo de pobreza

«Me ha bajado un poco el trabajo y el piso se come todo el dinero. Prácticamente no me queda para vivir, si no es por la ayuda de mi madre. Llevo ocho años sin ir a una tienda a comprar ropa, todo lo que visto es heredado. Pero tengo calor en mi casa para que mi hijo se bañe, tengo un vaso de leche para él». Esther tiene 44 años, está separada y vive en Gasteiz con su hijo, a quien procura que no le falte lo básico, algo que muchas veces resulta casi imposible para las familias monoparentales. Según denuncia Save the Children, la mitad de los hogares monoparentales del País Vasco está en riesgo de pobreza o exclusión social, «y el 35% de ellas no tiene satisfechas sus necesidades básicas», lamenta Eva Silván, la delegada de la oenegé en Euskadi, quien reclama «el reconocimiento legal y administrativo de estas familias», de la misma forma que ya lo están las numerosas. «De esa forma se visibilizarían y se podrían articular una serie de medidas fiscales, de protección y de apoyo económico que repercutirían en las condiciones de vida de los hijos e hijas de estas unidades convivenciales».