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JAVIER PEÑALBA
Martes, 30 de junio 2015, 07:54
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El Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco ha activado para este mediodía el aviso amarillo ante la posibilidad de que el extremo calor produzca galernas en la costa de Euskadi, donde los termómetros rondarán los 40 grados.
De hecho el Ejecutivo autonómico ha activado para hoy y mañana la alerta naranja por altas temperaturas y ya avisó ayer de la posibilidad de que a lo largo de esta tarde se produjeran galernas en el litoral.
Según las previsiones de la Agencia Vasca de Meteorología Euskalmet, a partir de las 12.00 horas y hasta las 16.00 el viento podría girar a noroeste de manera brusca y propagarse después de oeste a este por todo el litoral, con rachas que podrían rondar los 40-60 kilómetros por hora.
Estas galernas vendrían acompañadas de un descenso de la temperatura de entre 8 y 10 grados en una hora.
No será una ola de calor
No será una ola de calor. Se quedará, probablemente, en un golpe, pero no por ello será menos intenso. El sol, en connivencia con el viento del sur, hará que la jornada de hoy sea poco menos que asfixiante. El mercurio rondará los 40 grados en diferentes zonas de Euskadi. En la costa, la situación podría reventar por la tarde con la formación de una galerna.
Después de cinco días hablando del calor, por fin llega la canícula. Aun cuando el viento del sur ha elevado las temperaturas esta pasada madrugada, lo fuerte llegará al mediodía. En la costa de Gipuzkoa, los termómetros oscilarán entre los 34 y 36 grados. Calentará algo más en la comarca de Hondarribia. «En el Gran Bilbao, por hallarse en una subhondonada del terreno y por el efecto Foehn pueden rozar los 40 grados», afirma Margarita Martín, delegada de Aemet. También se aproximarán a este registro en Álava. El golpe del calor no tiene secretos: es producto de la irrupción de una masa cálida procedente del norte de África que llega empujada por vientos del sur.
Este periodo de altas temperaturas, sin embargo, parece tener las horas contadas y existe una elevada probabilidad de que hoy mismo se produzca un brusco descenso como consecuencia de la formación de una galerna. «La habrá si la masa de este aire cálido entra en contacto con otra fría que se acerca a Finisterre», afirma Margarita Martín.
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