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Además de la edad, también influye la necesidad de sueño que tiene cada persona.
Las edades del sueño

Las edades del sueño

La Fundación Nacional del Descanso, una organización de EE UU con participación pública, fija el número de horas que se deben dormir en las distintas etapas de la vida

FERMÍN APEZTEGUIA

Lunes, 29 de junio 2015, 10:18

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Una conversación clásica de terraza de verano es la referida a las horas de sueño. "¿Cuánto duermes? ¿Cuánto es necesario? ¿Se recupera el sueño perdido?". La respuesta a todas estas y otras preguntas la tiene la Fundación Nacional del Descanso, una organización de Estados Unidos con participación pública y privada, que está considerada como la referencia internacional en materia del descanso. Con motivo de su 25 aniversario, que se cumple en este 2015, la institución formó hace dos años un panel de 18 expertos que ha investigado las diferentes costumbres sobre el descanso que hay en el mundo. El grupo estuvo integrado por destacados líderes internacionales, miembros -entre otras organizaciones- de la Academia Americana de Pediatría, la de Anatomistas, el Colegio Americano de Médicos de Tórax, el Congreso de Obstetras y Ginecólogos, la Sociedad Gerontológica de América y la de Anatomía y Fisiología Humana.

La investigación concluye que es "muy difícil establecer una cantidad exacta de horas" para cada edad porque la necesidad de sueño depende de cada persona. Aún así, en función de las costumbres y necesidades de la mayoría de los ciudadanos del mundo, los especialistas establecieron un cuadro, que es el que ilustra esta información, donde se define la media de tiempo dedicado al descanso que se necesita a lo largo de la vida y lo que suele considerarse normal, tanto por exceso como por defecto.

Diez mitos sobre dormir

Según este documento, los recién nacidos necesitan entre 14 y 17 horas de sueño, aunque hay algunos que con once tienen suficiente y otros que prolongan su tiempo de descanso hasta las 19. No son seguidas, porque los bebés se despiertan cada cuatro horas para comer y necesitan su tiempo -normalmente unos cuatro meses- para adoptar un patrón de sueño más regular. Las personas mayores, a partir de los 18 años y hasta los 65 se pasan entre siete y nueve horas dormidos. Los más amigos de la cama llegan hasta las once, especialmente cuando se es más joven, pero tampoco es extraño que con seis uno esté ya como una rosa para afrontar las tareas del día.

La Fundación Nacional de Sueño de Estados Unidos tambien ha recopilado, con motivo de su 25 aniversario, la lista de mitos más comunes sobre el descanso. La publicación de este documento busca que nadie sufra por lo que no tiene sentido o, al revés, que tome las medidas oportunas si realmente resultan necesarias.

1. Roncar puede ser un problema, pero no una enfermedad.

Lo es, especialmente para los hombres, pero no solo. Hay muchas y buenas mujeres roncadoras. En ocasiones, que son las menos, el ronquido puede ser un síntoma de un trastorno del sueño conocido como apnea, que consiste en la interrupción de la respiración mientras se duerme. Ante la duda, consúltelo con su médico de cabecera.

2. Con el número de horas de sueño necesarias se pueden 'hacer trampas'.

La mayoría de los adultos necesita entre siete y ocho horas de sueño para obtener un buen descanso. Cuando no se duerme lo necesario, el cuerpo lo nota. El sueño perdido no se recupera, especialmente cuando se convierte en una rutina.

3. Poner la radio o abrir la ventanilla sirven para mantenerse despierto al volante.

Lo mismo que poner el aire acondicionado, es decir nada. Todo este tipo de 'ayudas' son inútiles y, además, pueden resultar muy peligrosas. El conductor puede igualmente dormirse y sufrir un accidente de circulación. Si le pasa, no lo dude, párese y descanse. Una siesta de quince o veinte minutos es suficiente para refrescarse.

4. Los adolescentes que se duermen en clase son unos perezosos.

Falso. Quizás no hayan dormido las ocho o diez horas que se necesitan a esa edad, posiblemente por culpa de la tablet o el teléfono móvil. También es cierto que el reloj biológico de los adolescentes les mantiene más despiertos por la tarde-noche que por la mañana, por lo que los especialistas consideran que lo ideal sería adaptar sus horarios lectivos a sus hábitos naturales.

5. El insomnio se caracteriza por la dificultad para quedarse dormido.

Y también por la dificultad para dormir, despertares frecuentes y levantarse con la sensación de no haber descansado. El insomnio puede ser un síntoma de un trastorno del sueño, o de otro problema médico o psicológico. No dude en consultar con un profesional sanitario si cree que lo padece.

6. La somnolencia diurna significa que uno no duerme bien.

Hay individuos que deben quedarse dormidos un momento durante el día para volver a sentirse despiertos. Esta condición se conoce como somnolencia diurna, puede ocurrir después de haber dormido lo suficiente y puede ser la señal de que se sufren apneas del sueño o un trastorno llamado narcolepsia.

7. Obesidad, diabetes, hipertensión y depresión no se relacionan con la cantidad y calidad de sueño.

Cierto. Diversas investigaciones han demostrado ya la relación entre determinados problemas de salud y el tipo de sueño que tenemos. Un sueño insuficiente disminuye la secreción de la hormona del crecimiento, lo que se relaciona con el aumento de peso.

8. Cuanta más edad tienes, menos sueño necesitas.

Falso. Los patrones de sueño cambian a medida que envejecemos, pero la cantidad de sueño que necesitamos permanece.

9. Durante el sueño, tu cerebro descansa.

También falso. El cerebro es el único órgano que ni siquiera descansa durante el sueño. Mientras dormimos, el cerebro se recarga, regenera tejidos y controla multitud de funciones como la respiración. Los sueños forman parte del proceso.

10. Si te despiertas en medio de la noche, cuenta ovejas.

Determinados pensamientos o visualizaciones relajantes pueden ayudar a conciliar el sueño, pero actividades que tradicionalmente se relacionan con este momento, como contar ovejas sirven de poco. Algunos trabajos apuntan a que distraen más que relajan. Si en 15 ó 20 minutos, el sueño no ha vuelto, es mejor levantarse, cambiar de habitación y realizar alguna actividad relajante, como escuchar música, antes de regresar a la cama.

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