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La OMS alerta de los peligros que conlleva la obsesión por comer sano

La OMS alerta de los peligros que conlleva la obsesión por comer sano

El 28% de la población mundial sufre una enfermedad conocida como ortorexia

El Diario Vasco

Martes, 26 de mayo 2015, 07:47

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Mientras millones de habitantes del tercer mundo pasan hambre, en los países desarrollados el deseo de cominbar una buena salud a base de comer sano y poder lucir una figura envidiable ha llegado a desembocar en una enfermedad conocida como la ortorexia. La Organización Mundial de la Salud ha alertado de que esta afección es sufrida por el 28% de la población mundial.

Aunque las consecuencias de la ortorexia dependen de su gravedad, una de sus características es que es una enfermedad "progresiva y silente", que hace que el día a día del sujeto esté cada vez más limitado. Así, la ortorexia puede comenzar por limitar mucho la alimentación, evitando la ingesta de carne roja, huevos, azúcares, lácteos y grasas, puede llegar a impedir al sujeto comer fuera y hasta llevarle a dedicar 3 o más horas al día a organizar su dieta.

La organización internacional ha informado de que para saber si se padece o no este mal hay varias reglas a tener en cuenta:

Se considera que la ortorexia supone un trastorno obsesivo compulsivo por comer sano. La persona que sufre esta patología hace de la comida el centro de su vida, hasta el punto incluso de condicionar todo lo demás. Un ejemplo de esta obsesión es cuando una persona recorre cientos de kilómetros para obtener determinados alimentos.

Hay que tener en cuenta que la enfermedad afecta a las relaciones sociales. Ante cualquier crítica el ortoréxico responde con cierta agresividad e incluso intentan imponer a los demás su forma de comer.

Existe un vínculo entre la ortorexia y la anorexia, hasta el punto de que en ocasiones una enfermedad puede desembocar en otra.

Cuando una persona ha tenido éxito en una dieta anterior y tiene un miedo atroz, irracional, a recuperar el peso.

Los ortoréxicos cuentan las veces que mastican cada bocado o dejan de beber agua durante las comidas de forma radical.

Se trata de un perfil muy racional, donde todas las decisiones que toma un ortoréxico las basa en el último estudio nutricional publicado en revistas médicas conocidas o en opiniones de nutricionistas que ha visto en Internet.

Es una enfermedad cara. Los complementos alimenticios, los productos orgánicos y ecológicos o la compra de herbolario es más cara de lo habitual. Normalmente es una enfermedad de un perfil socioeconómico medio-alto.

Es difícil de tratar y para curarlos se trabaja desde el aspecto nutricional y el psicológico durante un mínimo de seis meses e incluso, a veces, toda la vida.

La ortorexia afecta principalmente a mujeres y adolescentes. También tiene su impacto sobre el grupo poblacional de deportistas y, sobre todo, en la gente que practica el fisioculturismo.

Su tratamiento debe basarse en un "abordaje multidisciplinario" donde tengan cabida la psicoterapia, el control nutricional, la terapia por biorresonancia para "equilibrar" el funcionamiento emocional y el tratamiento farmacológico mediante antidepresivos, ansiolíticos y anoréxicos en los casos más graves.

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