Secciones
Servicios
Destacamos
IRMA CUESTA
Miércoles, 24 de diciembre 2014, 10:14
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
En su deprimente boda, Hitler comió poco y bebió agua tibia. Bien es cierto que, para entonces, Alemania agonizaba nueve metros por encima del búnker en el que se celebraban los esponsales, pero también que entre los vicios del Führer nunca estuvo la buena mesa.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La hora que separó a una madre y su hijo de morir juntos en Palencia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.