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Las 10 noticias clave de la jornada
Muñiz vigila desde Singapur los mercados de Vietnam, Tailandia, Indonesia, Malasia, Australia y Nueva Zelanda.
«Mi vida es un no parar las 24 horas del día»

«Mi vida es un no parar las 24 horas del día»

Igor Muñiz Tinoco. Director regional de proyectos industriales en Sureste asiático y Pacífico

iratxe gómez bringas

Domingo, 17 de agosto 2014, 14:13

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Imagine convertirse de la noche a la mañana en el responsable de sacar adelante un proyecto en siete países distintos. Si a esto le sumamos que cada uno cuenta con un estilo de vida diferente y, además, que ninguno de ellos guarda similitud con tus raíces, el asunto se complica. Un reto en toda regla que asumió hace un año Igor Muñiz Tinoco.

Este vasco decidió en un mes mudarse con su familia a Singapur para asumir «el máximo cargo al que podía aspirar profesionalmente». Ya había logrado situar a su empresa Geodis Wilson -forma parte del grupo francés SNCF- como un referente en España en cuanto a proyectos industriales, así que le propusieron un objetivo más ambicioso: conseguir lo mismo pero en una de las zonas más complicadas, el Sureste asiático y Pacífico.

Este trabajo le ha llevado a fijar su residencia en uno de los países más prósperos del mundo, Singapur. Pero desde allí tiene que vigilar otros seis mercados: Vietnam, Tailandia, Indonesia, Malasia, Australia y Nueva Zelanda. «Al mes estoy fuera de casa dos semanas y media al mes», aunque el balance profesional «está siendo muy «positivo». Eso sí, semejante cambio en lo laboral y lo personal «sólo lo puedo soportar gracias al apoyo de mi mujer, Elena, y mis hijas».

El extranjero

Su bagaje en el extranjero durante la adolescencia también le ha servido de gran ayuda. A los 17 años se fue a Estados Unidos a cursar COU, movido por su pasión por los aviones y su intención de convertirse en piloto. Con una beca se trasladó a Idaho, la cuna de los vascos en el extranjero, y fue 'adoptado' por una familia que tenía una empresa de avionetas. «Recuerdo que era una vida muy rural, en el Boise Centre hablando de Gernika con los ovejeros», rememora.

La experiencia fue tan positiva que aceptó la oferta de un entrenador de fútbol para recibir una beca y estudiar en la Universidad Northwest Nazarene las dos carreras de Administración de Empresas y Finanzas. Hasta los 23 años estuvo en Idaho, pero decidió «dar una oportunidad al País Vasco» y comenzar en su ciudad natal su trayectoria profesional.

A su vuelta hizo un master en la Universidad de Deusto en Marketing y Finanzas y, al finalizarlo, entró a trabajar en el grupo Marmedsa durante cinco años, etapa a la que siguió otro lustro en el grupo Berge. Después de este periodo, y ya con una dilatada experiencia, comenzó en la Sociedad Nacional Francesa de Ferrocarriles (SNCF), como director de la división de proyectos industriales en España, con sede en Bilbao.

«Con este puesto he recorrido medio mundo dando apoyo logístico a compañías españolas de construcción». Tenía consolidada su cartera de clientes y a nivel personal su vida hecha con su mujer y sus tres hijas. Pero su jefe le propuso hace un año trasladarse a Singapur y sólo tuvo un mes para decidirse.

«La balanza se inclinó porque mis hijas iban a formarse en el colegio canadiense aprendiendo inglés, francés y chino, además de estar rodeadas de veinticinco nacionalidades diferentes. Yo entiendo el valor de una educación multicultural», asume. En lo laboral también ha supuesto un aprendizaje continuo, porque trata cada día con mercados muy dispares.

«Supone un proceso continuo de adaptación y de respeto absoluto, porque tienes que conocer y valorar sus culturas y religiones». Él se siente un privilegiado como expatriado en el Sureste asiático porque fue con una vivienda, colegio y coche de empresa. Aunque a nivel cultural le ha supuesto un «shock», le ha ayudado mucho la época que pasó de joven en Estados Unidos.

De la nieve a la piscina

La mayor sorpresa se la ha llevado con Singapur, una ciudad moderna, cosmopolita y tropical. «En diciembre las mínimas son de 29 grados. Es muy chocante regresar de vacaciones de España, donde vamos a esquiar, e irnos directamente a la piscina.

Aquí hay una estación única de lluvia y calor». Es una ciudad de negocios, donde existe mucha competencia y los bancos son muy fuertes. «Aquí no se para las 24 horas del día. Me levanto con EE UU y acabo con Europa. Todas las empresas encuentran financiación para sus proyectos. En Singapur no existe la pobreza». El choque se produce al viajar 45 minutos en barco a Indonesia, donde el salario mínimo es de 150 dólares, o a Kuala Lumpur, situado a sólo tres horas.

Para Muñiz Tinoco la forma de conducir de un país da mucha información. «En Vietnam, por ejemplo, tienes que ir con chófer de empresa porque es una locura». Luego está el régimen militar en Bangkok, donde existe mucho control, aunque «las noticias que se transmiten fuera son exageradas». Otro mundo bien distinto es Australia y Nueva Zelanda, que para este vasco merecen un enfoque totalmente opuesto. El 60% del tiempo se lo pasa viajando. A Sidney tiene 8 horas en avión, y11 a Okla en Nueva Zelanda. Sus trayectos más cortos son cuatro horas en coche a Malasia.

Aún le quedan kilómetros por carretera y aire. Su reto es colocar en tres años a su empresa en el 'top tres' en proyectos industriales en el Sureste Asiático y Pacífico. Pasado ese tiempo no se pone límites. «Tengo la mente abierta. Quizá a Oriente Medio o Europa».

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