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Medio millar de especies invasoras amenazan los hábitats autóctonos vascos
MEDIO AMBIENTE

Medio millar de especies invasoras amenazan los hábitats autóctonos vascos

Sólo en cuatro de los enemigos más peligrosos, entre ellos la avispa asiática, el mejillón cebra o el bambú japonés, el Gobierno Vasco invierte un millón de euros al año

MARÍA JOSÉ TOMÉ

Domingo, 22 de junio 2014, 08:21

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Se consideran la segunda mayor amenaza para la biodiversidad, por detrás de la destrucción de hábitats naturales causados por la mano del hombre. Son las especies exóticas invasoras, invitados 'non gratos' en Euskadi y hasta donde llegaron por casualidad, por descuido o por negligencia. Ahora se empecinan en quedarse, a costa de acabar con los ejemplares autóctonos y arrasar el ecosistema que les acoge con graves consecuencias económicas y medioambientales.

Según los inventarios realizados por la sociedad pública Ihobe, en el País Vasco existen 478 especies de flora 'enemigas' (lo que representa aproximadamente una quinta parte de la totalidad de plantas) y otras 49 de fauna exótica. Para acabar con esta invasión, la Administración mantiene abiertos varios frentes que se dirigen a controlar y frenar su expansión porque erradicar su presencia es, en la mayoría de los casos, imposible. Porque la naturaleza, en ocasiones, no es sabia.

En la actualidad, siete son los enemigos naturales que más preocupan tanto al Gobierno Vasco como a las diputaciones y ayuntamientos: tres variedades de flora (Baccharis halimifolia, la Japónica y el 'plumero de la Pampa') y cuatro especies animales (el visón americano, la avispa asiática, el mejillón cebra y el cangrejo americano).

«Cuando las especies no autóctonas se introducen de forma accidental o intencionada en nuevos territorios pueden ocasionar graves impactos ambientales, económicos y sociales, que en el caso de la Unión Europea se están valorando en 12.000 millones de euros al año», apunta la directora de Medio Natural y Planificación Ambiental del Gobierno vasco, Amaia Barredo.

Solo en las cuatro en las que interviene de forma directa (Baccharis, avispa, Japónica y mejillón cebra), el Ejecutivo autónomo invierte un millón de euros al año en combatir su presencia ; aparte hay que sumar las partidas que destinan diputaciones y ayuntamientos para planes puntuales (la institución foral alavesa, por ejemplo, invertirá este año 145.000 euros). «El problema es que no hay una instancia superior que coordine los esfuerzos que hacemos las distintas comunidades, ya sea por parte del Gobierno central o de la Unión Europea. El Ministerio de Medio Ambiente ha empezado a trabajar en alguna estrategia, pero se limita a recoger información, no coordina», apunta Barredo, que pone como ejemplo lo ocurrido con la peligrosa avispa asiática, cuya presencia se circunscribe principalmente a Gipuzkoa, aunque ya se han detectado nidos en Bizkaia y Álava. «Mientras nosotros tratamos de evitar su expansión a Cantabria y Navarra, han aparecido algunos ejemplares en Galicia, probablemente por el traslado de colmenas o mercancías». ¿Cómo poner puertas al campo?

Chilca Baccharis halimifolia. Cinco millones de plantas arrancadas a mano

Este, en apariencia, inocente arbusto está considerado como una de las 20 especies invasoras más dañinas existentes en España y una de las que más recursos públicos ha consumido para tratar de erradicarla de Euskadi. Porque la chilca o carqueja está presente en casi todos los estuarios, desde la bahía de Txingudi, en Gipuzkoa, hasta el río Barbadun, en Bizkaia. Es una peligrosa plaga vegetal, capaz de alterar las características físicas del suelo y modificar la dinámica natural de los ecosistemas, afectado a un gran número de aves protegidas como el carricerín cejudo, la espátula o el águila pescadora.

Fue introducida en Europa a mediados del siglo XIX, cuando comenzó a ser utilizada como planta ornamental en Francia. La primera cita en Euskadi data de 1914 en Lekeitio, precisamente una de las áreas de actuación del proyecto LIFE para la recuperación de estuarios, financiado por la UE.

Este plan, que concluyó en marzo, ha permitido frenar en la costa vasca el avance de la chilca, gracias a los tratamientos de eliminación realizados en más de 780 hectáreas en zonas de Urdaibai, Lea, y Txingudi. Se han tratado 570.000 arbustos y se han arrancado a mano más de 5 millones de plántulas, lo que ha permitido mejorar ambientalmente alrededor de 300 hectáreas de hábitats.

Ha supuesto una inversión de 1,8 millones de euros, financiada al 50% por la Comisión Europea que, en una reciente visita de sus técnicos, ha elogiado la labor de 'limpieza' realizada en Euskadi.

Avispa asiática Vespa velutina. Una especie llegada hace pocos años a Euskadi

Originaria de Asia, es una especie nueva para la fauna europea. Se sospecha que llegó en partidas de alfarería importadas desde Yunnan (China). Se detectó por primera vez en Francia en 2004, desde donde entró a Gipuzkoa en 2010. Desde entonces, el número de colonias se ha disparado, aunque en el último año se ha registrado un menor número de nidos con una actividad más baja y tardía debido, según creen los expertos, a un factor coyuntural: las condiciones meteorológicas.

El Ejecutivo autónomo vasco, a través del instituto Neiker y la Mesa Apícola del País Vasco, lleva a cabo un plan de acción para frenar esta invasión biológica, cuya principal víctima es la abeja domestica: se las comen y destruyen sus colmenas. No se descartan, a largo plazo, efectos sobre la biodiversidad. Hoy en día, cualquier intento de erradicación es imposible; los planes de control pasan por atrapar los ejemplares de reinas y la destrucción de nidos.

Visón americano Neovison vison. El principal enemigo de su primo hermano europeo

Las poblaciones actuales del visón americano son producto de fugas o sueltas de animales criados en las granjas peleteras que funcionaron desde principios de los años 80 hasta finales de los 90 en los tres territorios (aún permanecen en funcionamiento un par de ellas en Gipuzkoa). Este pequeño carnívoro se afincó en hábitats marinos y de agua dulce de Bizkaia y Álava, provincia esta última donde se concentran en mayor medida los esfuerzos por erradicarlo.

Sus principales impactos se producen por la depredación de otras especies, especialmente de su primo hermano el visón europeo, en peligro de extinción. Dentro del proyecto Life, la Unión Europea ha aprobado hace unos días una ayuda de 2,5 millones de euros para la conservación de este último (mustela lutreola) en la Península ibérica. Una cuarta parte será destinada a planes desarrollados por la Diputación alavesa, que va a reforzar en los próximos meses la lucha contra este invasor. Desde 1999, la institución foral ha capturado 332 ejemplares; unos 15 en lo que llevamos de año. La prioridad es que no pasen al Ebro desde el Zadorra ni a Navarra por el Ziraunza.

Bambú japonés Fallopia japonica. Puede crecer hasta diez centímetros en un solo día

También entró desde Japón por su valor ornamental, y aquí se ha quedado. El bambú japonés invade las riberas de los ríos con su magnífico porte -puede llegar a medir hasta 20 metros- que alcanza en tiempo récord, ya que llega a crecer 10 centímetros en un solo día. «Es una especie muy competitiva y allí donde se instala impide la regeneración de la vegetación autóctona», apuntan desde Ura, la Agencia Vasca del Agua, organismo que dirige la guerra contra este invasor. Una tarea ardua ya que, según los expertos, está catalogada como una de las más difíciles de erradicar: se debe hacer de forma manual, arrancando planta a planta. La última 'trinchera' en esta batalla se sitúa en Getxo, en los márgenes del río Gobela.

Mejillón cebra Dreissena polymorpha. Tapona las tuberías y afecta a la calidad del agua

Pese a los esfuerzos de las autoridades por controlar su expansión, la última conquista del mejillón cebra es el Nervión, a donde llegó el pasado otoño. Procedente de los lejanos mares Negro y Caspio, apareció en 2006 por primera vez en el Ebro y ha ido ganando poco a poco terreno, aguas arriba, hasta invadir los embalses de Ullibarri-Gamboa, Urrunada, Undurraga y Medikosolo. Y hace un par de año dio el salto a los ríos Arratia e Ibaizabal. Con un tamaño de dos a tres centímetros en su fase adulta, sus principales impactos son económicos: se adhiere a las redes de distribución de agua y colmata las tuberías de los sistemas industriales, de riego y abastecimiento, afectado a la calidad del suministro. Se han ensayado distintos métodos para eliminar las poblaciones asentadas, pero sin éxito. Una vez se instala en una cuenca, su erradicación es imposible.

Plumero de la Pampa Cortaderia seollana. Una plaga vegetal que invade cunetas y humedales

Sus vistosos y densos plumeros la convirtieron durante años en elemento decorativo habitual en las zonas donde la cortaderia seollana se ha ido adueñando de los márgenes de las carreteras o vías de ferrocarril, los campos de siega o la orilla de los ríos. Con una capacidad de reproducción asombrosa -cada penacho puede producir más de 100.000 semillas-, fue traída desde la lejana Patagonia para asentar taludes de tierra y evitar así movimientos indeseados. Hoy en día lo que es indeseada es su presencia, que en Euskadi se circunscribe principalmente a Bizkaia y Gipuzkoa, donde coloniza baldíos, zonas removidas, taludes, cunetas, pero también hábitats de mayor valor medioambiental como humedales, marismas y arenales costeros. Localidades como Barakaldo, Getxo y varios municipios del valle de Ayala concentran los principales esfuerzos para erradicar esta plaga vegetal.

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