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Un inspector de Donostibus comprueba en el lector si una usuaria ha efectuado el pago del viaje. A. M.
Solo uno de cada mil viajeros sube al autobús sin pagar y un 2% lo hace con tarjetas indebidas

Solo uno de cada mil viajeros sube al autobús sin pagar y un 2% lo hace con tarjetas indebidas

La compañía ha realizado 2.600 controles dentro de la campaña 'Tu billete es tu seguro'. La cifra de fraude ha sorprendido a los inspectores de la empresa, ya que supone la mitad de la que se registra como media en el transporte urbano

AINGERU MUNGUÍA

SAN SEBASTIÁN.

Martes, 20 de febrero 2018, 07:00

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Hacía ya ocho años que no se realizaba una campaña de inspección como la que se está realizando en las últimas semanas en Donostibus, por lo que ya tocaba. El nuevo sistema tarifario, con multitud de subvenciones diferente según quién sea el viajero, y el nuevo reglamento de la empresa municipal de transporte han generado las condiciones para que Dbus pulsara los niveles de fraude que se producen en sus líneas. El resultado, según explicó a DV su director gerente, Igor González, «ha sorprendido» para bien puesto que los donostiarras viajan de forma indebida en una proporción mucho menor que en otras ciudades. En el conjunto de los medios de transporte urbanos se estima que existe una media de fraude del 4% -el tipo de locomoción (autobús o tren), la ciudad y el sistema tarifario influyen en el volumen de fraude-, cuando en las últimas semanas se ha detectado un 1,99% de viajeros que no estaba utilizando su tarjeta personal y solo uno de cada 1.000 había subido al autobús sin pagar.

González explicó que en Dbus siempre ha existido la figura del inspector o 'pica' antes de que llegara el pago mediante tarjetas de transporte. «Entonces lo único que se miraba era que el viajero portara el billete». Pero esto ha quedado desfasado con los nuevos medios de pago: tarjetas personalizadas sin contacto o incluso tarjetas de crédito. La complicación del control hoy en día se deriva de que en su gran mayoría las tarjetas no son anónimas, son personales, y permiten subvencionar los viajes de forma muy diferente según las características del viajero.

El gerente de Dbus indica que la última campaña de inspecciones se realizó en 2010. Desde entonces San Sebastián se ha integrado en el sistema tarifario común de la Mugi y se han aprobado, en 2014, el Reglamento de Armonización de los Servicios Públicos Regulares de Transporte de Personas Viajeras de Gipuzkoa y, en 2016, el Reglamento de Transportes de San Sebastián, que regulan y refuerzan las facultades de inspección del personal de la compañía. «Ahora podemos actuar con más medios de los que teníamos en 2010-12. Podemos, por ejemplo, retirar una tarjeta a un viajero y nadie nos puede poner problemas», explica el responsable de la compañía.

Datos

  • Sector El fraude medio en el sector de transporte urbano ronda el 4%. La cifra aumenta en los modos ferroviarios y baja en los que emplean autobuses.

  • Controles realizados 2.600 inspecciones.

  • Resultados Un 1,99% de los viajeros utilizaba una tarjeta que no era la suya (los inspectores retiraron 18 tarjetas). Uno de cada mil viajeros inspeccionados subió al autobús sin pagar.

En este marco, Donostibus ha querido realizar una campaña «en positivo», explicando a los usuarios «la importancia de pagar siempre el billete y de hacerlo siempre con su tarjeta», entre otras cosas porque «el billete es el seguro que cubre a las personas viajeras». La campaña denominada 'Tu billete es tu seguro' se ha difundido mediante imágenes en marquesinas, en la web de Dbus, el Ayuntamiento, en redes sociales y en las pantallas de cada vehículo.

Las inspecciones en el último mes se han centrado en detectar viajeros que no han pagado el viaje y quienes han utilizado una tarjeta que no es la suya. «Queremos crear una cultura antifraude. Hay personas de que no son conscientes de que incurren en un riesgo si hacen fraude. Y, por otro lado, queremos hacer ver a la inmensa mayoría del pasaje que controlamos. Hay personas que se molestan mucho por compartir un autobús junto a una persona que han visto que no ha pagado. Bueno pues estas inspecciones también son para satisfacer al conjunto de los viajeros, hacerles ver que la compañía se preocupa de vigilar y sancionar a quien no cumple las normas».

Efecto multiplicador

Donostibus ha realizado 2.600 controles en las últimas semanas, pero «es como si hubiéramos hecho 20.000 ó 30.000 porque se corre la voz en seguida. Es lo que queremos. No tanto recaudar por las sanciones como generar una conciencia entre los viajeros de que se vigila este aspecto».

González explicó que cada ciudad es un mundo en cuanto a sistemas tarifarios y modos de transporte. «Aquí solo un 8,4% de los viajeros compra el billete ocasional, pero hay ciudades en que esta tarifa es el 25%». Además es muy diferente el fraude en modos de transporte ferroviario (metro o tranvía) que en los autobuses, donde el acceso está más vigilado porque se hace junto al conductor. Si la media de fraude en el transporte urbano ronda el 4%, en los modos ferroviarios tiende a subir y en los autobuses tiende a bajar. Además en los primeros este nivel de fraude corresponde casi en exclusiva a viajeros que no pagan.

En San Sebastián de los 2.600 controles realizado a los viajeros el 1,99% se corresponde a utilización indebida de las tarjetas. «La excusa más habitual que suelen poner los viajeros es decirte que me he quedado sin saldo», explicó un inspector de Donostibus. Entre quienes utilizan una tarjeta que no les corresponde se dan diferentes casos: «los que conscientemente usan la tarjeta del hijo o la de una persona mayor porque tiene un mayor descuento» y quienes simplemente cogen una de las tarjetas que hay en casa sin mirar si es la que le corresponde.

Los inspectores han retirado 18 tarjetas a quienes viajaban con una que no era la suya, además de imponer una sanción de 50 euros al infractor y 20 para el titular, la retirado del saldo y la obligación de costear los gastos (5 euros) de pedir una nueva tarjeta. Quienes viajan sin pagar también se enfrentan a una multa de 50 euros. Y deben pagar el viaje si quieren continuar en el autobús.

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