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Los vecinos de la plaza del Sauce, en Amara, denuncian que usuarios conflictivos del Aterpe de Cáritas «se han adueñado» del lugar. FOTOS: LOBO ALTUNA
Una realidad que exige soluciones

Una realidad que exige soluciones

Vecinos de Amara y Morlans denuncian el vandalismo de una minoría de usuarios del Aterpe

Dani Soriazu

San Sebastián.

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Lunes, 27 de noviembre 2017, 07:02

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«Están dejando el barrio para el arrastre». Los vecinos del entorno de la plaza del Sauce, en Amara, y de Morlans ya han encontrado un límite a su paciencia y aseguran no poder más con los problemas que provocan en la zona algunos usuarios del Aterpe de Cáritas. No es la primera vez que denuncian los actos de vandalismo, como atracos y peleas, o la situación de inseguridad que sufren casi a diario. Saben que la culpa es de sólo unos pocos sin hogar con problemas mentales y de adicción que habitan los espacios públicos cercanos a la parte trasera de la Sagrada Familia, al calor de las comidas y bocadillos que les entregan. Pero desde hace dos semanas han decidido movilizarse para alzar la voz y promover a través de la plataforma online 'change.org' (buscando 'aterpe') una recogida de firmas para exigir una solución a esta realidad que viven desde que este servicio se trasladó aquí hace seis años, y que ya han apoyado casi 700 personas.

«Aquí se ceban. Orinan, defecan, practican sexo en público, se meten en los portales a dormir o se quedan en los soportales con colchones que han cogido de la basura... Y si vienes por la noche tienes que evitar este lugar porque da auténtico miedo», señalan los vecinos y comerciantes de la plaza del Sauce. Ninguno quiere que se sepa su identidad, prefieren identificarse como colectivo de afectados, y no son pocos. Asumen que el servicio que ofrece el Aterpe es necesario, pero no pueden ocultar su preocupación y tristeza por el «deterioro» de la zona, donde varios comercios han echado la persiana y la vida de barrio ha desaparecido. «Antes esto era súper tranquilo. Pero fue llegar el Aterpe y sus usuarios empezaron a merodear y a adueñarse de esta plaza. Aquí, donde hemos criado a nuestros hijos y nietos, ahora huele a pis y es el meadero, cagadero y lugar de trapicheo de drogas de todos ellos».

«Orinan, defecan, pasan droga y practican sexo en público. Estamos hartos de esta situación»

Vecinos y comerciantes

Una estampa que también se repite en la plaza triangular, donde se dan escenas de personas durmiendo o bebiendo a plena luz del día, «en frente de los niños que están en el colegio de al lado», apuntan. «Los jubilados que iban allí por la tarde a charlar también desaparecieron», añaden.

Asimismo, recuerdan que hace unas semanas el estanco sufrió un atraco «a punta de pistola, a las cinco menos cuarto de la tarde, y del que se llevaron 500 euros». Y que también sucedió el pasado día 13 cuando robaron en una frutería de Sancho el Sabio amenazando con un cuchillo a la encargada del establecimiento, que estaba embarazada. Aseguran que este tipo de episodios también se han repetido en la gasolinera «donde se llevaron hasta la lotería», la farmacia y que en otros establecimientos se producen visitas intimidatorias para exigir donaciones.

Personas bebiendo en la calle, escena habitual en la plaza triangular.
Personas bebiendo en la calle, escena habitual en la plaza triangular.

Cambiar de ubicación

La solución no se antoja sencilla. Los vecinos y comerciantes que han promovido la recogida de firmas piden que se trasladen las instalaciones del Aterpe a otro lugar de la ciudad. Pero a corto-medio plazo no parece que esta vaya a ser la respuesta que se vaya a dar. Desde Cáritas no esconden su preocupación «por el impacto que este servicio está generando en el barrio». El que habla es José Antonio Lizarralde 'Pottoko', responsable del área de personas sin hogar del Aterpe, donde «se trabaja de forma especial la prevención de los posibles conflictos, no sólo por la preocupación por el entorno, sino porque es un punto clave en el proceso de integración de estas personas», apunta.

«Ponemos denuncias pero son personas insolventes y con problemas que no se resuelven por vía policial»

Martín Ibabe Concejal de Seguridad Ciudadana

Lizarralde cree que, a día de hoy, la solución pasa por «unir fuerzas» con instituciones y asociaciones vecinales para encontrar alternativas. Y por su parte propone como una posibilidad «trasladar a otro lugar algunos servicios del Aterpe». Pero no todos porque «eso no se puede, sería demasiado». Algo que los vecinos no creen «ya que antes ha estado en otros sitios como la trasera de Santa María en la Parte Vieja o en la iglesia de los Carmelitas en la calle Easo.

Eliminada esta posibilidad, Lizarralde plantea también incrementar las intervenciones que llevan a cabo en calle, pero pide que no caiga toda la responsabilidad sobre el Aterpe. «Por nuestra parte hemos hecho e intentamos seguir haciendo todo lo posible por minimizar los problemas», asegura. Así, enumera las inversiones económicas que han llevado a cabo para mejorar las instalaciones, reducir ruidos y olores. Y recuerda que desde hace tiempo que han incorporado a un guarda para controlar la entrada y que han ampliado sus horarios . «Nadie está en la calle porque quiere, lo que vemos es un espejo de dónde podemos llegar a estar algún día. Nosotros queremos ser un proyecto de sensibilización, no de agresión», añade este responsable.

El Aterpe de Cáritas en la calle Sagrada Familia 11 dispone de alrededor de 1.000 metros cuadrados que acogen una amplia cocina y comedor y donde ofrecen el desayuno, la comida, bocadillos y la merienda a unas 100 personas diariamente, además de disponer de duchas, enfermería, peluquería y 20 camas. En total, aquí trabajan cerca de 160 voluntarios.

«Queremos que hagan más cambios en la plaza del Sauce»

La plaza del Sauce en Amara es una de las más afectadas por la actitud de algunos pocos usuarios del Aterpe. Su configuración con varios bancos, amplios soportales y altas jardineras la han convertido en el núcleo de algunos trapicheos y otras actitudes vandálicas e incívicas. Después de años de quejas de los vecinos, el departamento de Vías Públicas decidió intervenir para hacer algunos cambios, mejorar el aspecto degradado del entorno y evitar o, al menos, minimizar los problemas que se registran.

Así, hace un par de meses se procedió a retirar la pérgola situada en uno de los lados, bajo la cual los vecinos aseguran que se producían reuniones «poco amigables y legales». Los trabajos también incluían la rehabilitación de los bancos y su recolocación con una nueva disposición. «Pero esto no se ha hecho todavía», se quejan los vecinos.

También exigen que se eliminen todas las jardineras de ladrillo, ya que configuran un espacio con muchos recovecos poco aprovechados donde los sintecho aprovechan «para orinar o defecar»

Mayor presencia policial

El concejal de Seguridad Ciudadana, Martin Ibabe, recuerda que este servicio es de Cáritas, perteneciente al Obispado, y que el consistorio no puede intervenir en la gestión del mismo. No obstante, garantiza que cuando es necesaria la intervención de la Ertzaintza o la Guardia Municipal los agentes se personan en la zona. «Pero hay cuestiones que no se pueden resolver desde lo policial», explica. «Nosotros actuamos en cumplimiento de las ordenanzas municipales (limpieza, residuos, civismo, etc.). Cuando surge un problema llevamos a cabo la intervención que corresponde, y en la mayoría de casos son infracciones de tipo administrativo. Ponemos denuncias y sanciones y hacemos actas. Pero hablamos de personas que son insolventes y la vía administrativa llega hasta donde llega. Son las herramientas que tenemos», apunta Ibabe.

«Podemos plantear el traslado de algunos servicios del Aterpe, pero no todas las instalaciones»

José Antonio Lizarralde 'Pottoko' Responsable del Aterpe

En cualquier caso, recuerda que siempre hablamos de un muy pequeño número de usuarios del servicio del Aterpe, en gran medida afectados por problemas psicológicos, de adicciones y de inclusión social, y a los que la sociedad no puede dar la espalda «porque son una realidad».

Comercios cerrados con grafitis en la plaza del Suce.
Comercios cerrados con grafitis en la plaza del Suce.

En este sentido, aplaude el servicio «necesario» que presta Cáritas, aunque no es ajeno al malestar de los vecinos afectados. ¿Soluciones? «Incidimos en el trabajo policial. Y en la medida de lo posible intentaremos incrementarlo», aunque reconoce que hay veces que no es posible «porque es un problema que abarca muchas horas a lo largo de todos los días y el cuerpo de policía tiene que hacer frente a otros muchos eventos de la ciudad».

Los vecinos aprecian estas medidas pero las consideran insuficientes. «Llevamos varios años tragando y los problemas siguen o se incrementan», aseguran. Una comerciante de la plaza del Sauce, G. U. denuncia la pasividad del Ayuntamiento mientras ella ha sufrido «auténticas perrerías» como amenazas, agresiones físicas y verbales, además de haber visto «desde mi escaparate droga, puñaladas y pistolas. Y aquí no venía nadie».

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