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Telmo, Iker y Pablo, muestran orgullosos los diplomas obtenidos en el concurso.
Premio a la inquietud científica

Premio a la inquietud científica

Alumnos del Colegio Alemán, galardonados en una competición juvenil en Essen

ELI KORTA

Martes, 30 de mayo 2017, 06:55

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Iker Lain, Telmo Maximilian Lincacisoro y Pablo Urbieta son los tres alumnos premiados en el Jugend Forscht, competición de jóvenes científicos que se ha celebrado recientemente en el Instituto Haus der Technik de Essen, en Alemania, y en la que participan unos 10.000 estudiantes cada año. Estos tres brillantes jóvenes son alumnos de 2º de la ESO en el Colegio Alemán, centro donostiarra que participa en este certamen desde 2001, junto con otros colegios alemanes de España y Portugal, además de los centros escolares del país germano.

Tal como señalan desde el colegio, «llegar hasta la final no es tarea fácil», por lo que se muestran muy orgullosos de que estos tres chavales hayan obtenido el segundo premio en la categoría 'Schüler experimentieren' ('Los escolares experimentan').

El trabajo más original

El proyecto premiado, titulado 'Limpiar de forma lúdica', consiste en la creación de una masa limpiadora para aparatos electrónicos, como las consolas viejas. Lo han bautizado de este modo «porque es divertido crear una masa así e incluso limpiar con ella», dicen. La iniciativa fue calificada como 'excelente' y reconocida como el trabajo más original del certamen.

Según detalla la profesora Elena Führer, «los alumnos han realizado un 'slime', una especie de 'blandi-blu', estudiando su viscosidad, pegajosidad, capacidad de limpiar el polvo y los gérmenes con el objetivo de limpiar aparatos electrónicos y consolas de juego, ya que es capaz de llegar a los recovecos sin usar agua o limpiadores líquidos que estropearían los aparatos. Además, limpia muy bien rejillas o teclados».

Entre otras cuestiones, el jurado ha valorado la ejecución del método científico, la metodología realizada en cada una de las comprobaciones, así como los diversos procesos utilizados para verificar la consistencia o las cualidades de la masa. También se han tenido en cuenta aspectos como la investigación realizada de productos similares para la limpieza, la autocrítica, el estudio de los costes económicos del producto, su conservación y la forma de desecharlo una vez utilizado.

Asimismo, la estructura y la claridad de su trabajo escrito y la defensa oral del proyecto han hecho a este equipo donostiarra merecedor del galardón. Los alumnos premiados «lo han vivido con mucha ilusión, emoción, esfuerzo y sacrificio», comentan desde el centro.

El Colegio Alemán lleva participando en esta competición desde hace 17 años y ha sido en las últimas ediciones cuando más éxitos han cosechado. De hecho, se muestran «contentos» por haber tenido muy buenos premios en estos últimos años, por lo que tienen previsto continuar acudiendo en un futuro.

Este tipo de iniciativas permite trabajar diversas aptitudes. «El objetivo es hacer un proyecto científico, presentarlo por escrito y defenderlo de forma oral para conseguir una serie de competencias transversales que sirven para todos los ámbitos de la vida como, por ejemplo, buscar información veraz, diagnosticar y resolver problemas, tomar decisiones, organizar el trabajo y el tiempo, así como tener iniciativa, flexibilidad, visión de equipo y aprender a manejar el estrés al defender un trabajo. Al mismo tiempo se adquieren también competencias lingüísticas orales y escritas».

Según explican, para participar el alumnado debe mostrar interés por la ciencia y el alemán, ya que el concurso se desarrolla en este idioma y por ello deben tener unas capacidades lingüísticas mínimas.

Elena Führer remarca que este concurso creado en 1965 es el mayor de Europa y el segundo a nivel mundial. Desde sus inicios han participado 235.000 jóvenes en alguna de sus categorías. «Además de asegurar el futuro de la ciencia, estos certámenes ayudan a orientar a los jóvenes sobre su futuro profesional», comenta. «Participar en el concurso o ganar en alguna de sus categorías tiene tanto renombre en Alemania que es habitual incluirlo en el currículo como un gran mérito para entrar a la universidad o encontrar trabajo».

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