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JORGE F. MENDIOLA
Martes, 30 de mayo 2017, 06:53
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El parque fluvial del Urumea dará en otoño el salto de los planos al terreno con el inicio de las obras en la margen izquierda del río a su paso por Txomin Enea. La Junta de Gobierno Local prevé aprobar hoy el expediente de contratación y los pliegos del concurso público para la ejecución de este proyecto de urbanización, trámite con el que se dará inicio a un procedimiento de adjudicación que se resolvería en unos tres meses. A partir de ese momento, la empresa ganadora dispondrá de un periodo de otro mes para lanzar los trabajos.
Con un presupuesto estimado de 4,2 millones de euros y un plazo de ejecución de un año, la transformación de la vega del Urumea entre el puente Lugañene (Polígono 27) y el de Espartxo persigue el objetivo de reconquistar 4 hectáreas de terreno a lo largo de 800 metros de río para convertirlo en un «espacio sugerente y sensorial en pleno dominio de la naturaleza», según la memoria a la que ha tenido acceso DV.
La zona verde se plantea como un área inundable cuando haya crecidas del río. Un muro de 3,5 metros impedirá que el agua llegue también al nuevo barrio, que estará bordeado por un vial ubicado a cota +7. La inundabilidad del futuro parque obligó a replantear el convento de las Concepcionistas Franciscanas de Kristobaldegi, que dispone de un cierre permeable de chapa perforada para permitir la entrada de agua cuando haya crecidas y que logrará «aislar el edificio y a la vez integrarlo» en el parque fluvial.
Parque fluvial.
Ocupará 4 hectáreas a lo largo de 800 metros de río entre los puentes de Lugañene y Espartxo, en Txomin Enea.
Inundable.
Las zonas verdes quedarán bajo el agua cuando haya crecidas en el Urumea y un muro de 3,5 metros impedirá que la inundación llegue al futuro barrio en construcción.
Bidegorri.
Recorrerá 600 metros del parque con un trazado paisajístico a través de la vegetación.
Campa.
Con una superficie similar a la de un campo de fútbol, ofrecerá un espacio para jugar, leer, correr o hacer picnic.
La zona verde tendrá cinco accesos desde el nuevo Txomin. La intención es que el visitante pueda en todo momento acercarse al agua a través de pasarelas de madera o perderse por los numerosos senderos entre los bosquetes de ribera. Se distinguen varias zonas diferenciadas. Lo que se denomina orilla urbana es un paseo por el borde del vial que se asomará al parque «para el paseante con prisa que no dispone de tiempo para bajar pero disfruta visualmente del lugar».
Hay un itinerario paisajístico que consiste en un paseo junto a un bidegorri que recorre 600 metros del parque a través de «vegetación privilegiada» tanto de ejemplares existentes como de plantaciones nuevas, y que permitirá desde hacer footing en plena naturaleza a perderse para leer o escuchar música en recovecos seleccionados. El paseo de ribera, por su parte, pretende convertir al ciudadano en un «explorador de la orilla, hasta ahora ignorada en gran parte de esta zona del Urumea», explica el concejal de Urbanismo, Enrique Ramos. Se dispondrán varios embarcaderos desde los que disfrutar el río, avistar aves o bañarse.
El delegado del PSE detalla que el parque estará jalonado de zonas de estancia ubicadas en puntos estratégicos. Cerca del convento, en la zona central, se dispondrá de un gran área recreativa infantil. La extensión del parque permitirá además habilitar una gran campa verde con una superficie parecida a la de un campo de fútbol, prácticamente llana y despejada, al estilo de los espacios verdes de numerosos parques europeos donde se puede jugar, correr, leer o disfrutar de un picnic.
«Acercar la ciudad al río»
Además de solucionar los problemas que causan las frecuentes inundaciones de este ámbito, el proyecto de urbanización tiene como reto «acercar la ciudad al río», subraya Ramos, quien informa de que para potenciar los valores instructivos del parque fluvial se plantea la instalación de paneles de metacrilato en las entradas del recinto. Las diferentes zonificaciones y lugares de especial interés también estarán indicados por señales ubicadas en puntos estratégicos, así como la normativa de uso de los espacios lúdicos existentes.
Las cifras recogidas en los presupuestos del Ayuntamiento para este año confirman la importancia de la operación regenerativa en marcha: la vega del Urumea absorberá uno de cada cuatro euros de inversión. Además del parque fluvial, en 2017 se construirán junto a URA los nuevos puentes que sustituirán a los de Astiñene (1,7 millones de euros) y Espartxo (2,1 millones). El consistorio pagará a la UTE que promueve la construcción del nuevo barrio 5 millones de euros, la mitad del contracanon pactado para hacer realidad la primera fase de Txomin Enea, y abonará 1,2 millones de euros para la ejecución de la nueva subestación eléctrica que suministrará energía a toda la zona.
Además habrá 700.000 euros para la central de energía sostenible (District Heating) de Txomin Enea, 400.000 euros para derribos de la segunda fase del plan contra inundaciones de Martutene, dos millones de euros para la compra de terrenos, expropiaciones y realojos -la mayor parte de los cuales se realizarán en este ámbito- y la ejecución de una conexión peatonal y ciclista entre Txomin y el puente de los cuarteles, entre otros proyectos.
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