'La Arboleda' llega a los jardines Menchu Gal

«La Arboleda Café», nombre que se le asignará a este espacio una vez quede inaugurado, es una idea de Oscar Urruticoechea, hostelero donostiarra con amplia experiencia en el sector, tanto dentro como fuera de Gipuzkoa, y que en la actualidad regenta mediante concesión el bar La Carpa de la playa de Ondarreta.

Hace veinte años ya presentó otro proyecto para este mismo local, que ha sido objeto de numerosas pintadas y de un desgaste progresivo desde su cierre como baños públicos. «No presenta la mejor de las condiciones», señaló el delegado de Impulso Económico, Ernesto Gasco. «De hecho, el paso del tiempo ha ido degradando algunas partes de la estructura que están a la vista, contribuyendo a que la zona no parezca segura para los viandantes», apuntó.

Este nuevo espacio de actividad que se generará en la ciudad contempla convertir el edificio en un pequeño café con unas tres o cuatro mesas en su interior y el «atractivo» de la terraza en el pequeño triángulo de los jardines. Asimismo, contará con una barra en el exterior y banquetas altas. «La idea nos ha parecido interesante porque recupera para uso público los servicios», a los que se podrá acceder desde dentro del local pero que, obviamente, no requerirán de consumir previamente para su utilización. Además, se mejorarán los jardines y con ellos, los cerezos plantados en esta zona y que fueron «un regalo del emperador japonés Hirohito en 1935», expuso el edil.

La oferta hostelera se basará en un café-bar, abierto desde primera hora de la mañana, y abarcará desde desayunos completos, aperitivos, pintxos, comidas o cenas adecuadas al tamaño del establecimiento, así como «un buen servicio por la noche para todos aquellos que deseen disfrutar de una copa en un entorno relajado y con música ambiental», detalló el empresario hostelero. Para el responsable de Fomento, «reutilizar y poner en valor este tipo de edificios que habían entrado en decadencia es una buena forma de entender el urbanismo como elemento al servicio de las personas y de la ciudad».

Abierto en primavera

El Ayuntamiento ha procedido por tanto a la adjudicación del proyecto a la única oferta presentada al concurso. Así, el antiguo edificio de urinarios públicos se transformará en un pequeño café, consiguiendo «poner en valor un espacio que lleva décadas en desuso. De esta forma, se da paso a una nueva iniciativa empresarial y se abren nuevas posibilidades para un entorno que hoy es solo de paso para quienes van o vienen del barrio de Amara».

El adjudicatario ya ha anunciado una inversión total de 190.330 euros, de los que 142.684 euros se dedicarán a la adecuación del edificio y mejora de las instalaciones, y los 47.645 euros restantes al equipamiento y nuevo mobiliario. El consistorio donostiarra estima que las obras podrían arrancar a principios del próximo año y estar finalizadas para primavera.