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El libro de firmas y el discurso inaugural de la primera edición del Zinemaldi, en 1953, en la tienda.
Las primeras firmas del Zinemaldia

Las primeras firmas del Zinemaldia

Se muestra también el discurso inaugural de aquel año, 1953

YOLANDA SÁNCHEZ

Miércoles, 21 de septiembre 2016, 07:46

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Donostia se convierte estos días en la capital mundial del cine con la celebración de su Festival Internacional. Actores, directores, productores, periodistas y aficionados abarrotan las salas y viven intensamente los eventos de su extensa programación. Algunos comercios y establecimientos hosteleros han querido sumarse un año más al ambiente festivalero decorando sus locales con imágenes y elementos vinculados con el séptimo arte (videocámaras, fotografías de actores, carteles de películas...). La tienda de ropa Zugasti de Altza ha colocado entre sus adornos dos pequeños tesoros de los inicios del Zinemaldia: el primer libro de firmas de actores y el discurso inaugural de la I Semana Internacional del Cine celebrada en 1953.

Y es que el comienzo de nuestro Festival debe mucho a los comercios. En la primavera de 1953, una decena de comerciantes se reunió en la bodega de la tienda La maison pour enfants, ubicada en la calle Churruca, con el propósito de organizar un evento de relevancia que permitiera alargar las actividades sociales del periodo estival y el número de visitantes.

Pensaron en la celebración de un certamen cinematográfico donde se proyectaran películas nacionales y extranjeras y al que acudieran artistas, directores y productores de renombre. Paralelamente, se planificarían otros espectáculos musicales, taurinos y verbenas para dinamizar la ciudad. Así, comenzó la I Semana Internacional del Cine de San Sebastián, que se desarrolló, del 21 al 27 de septiembre de 1953, y es la base de nuestro actual festival.

Entre los impulsores de esta iniciativa, se encontraba Joaquín Sanz de Arellano, propietario del glamuroso comercio textil Marlborough, situado en la calle Bergara nº 4, un local muy elitista que vendía ropa inglesa y estaba decorado con lámparas de roca y suntuosos salones. Su nieta, Marian Sanz de Arellano, dependienta en la tienda Zugasti de Altza, ha desempolvado algunos objetos personales de su abuelo para decorar este veterano comercio dirigido por Mari Loli Zugasti y su hija Iciar. Entre ellos, destacan el primer libro de firmas de actores y el discurso inaugural de esa primera edición. «Son dos auténticas joyitas. El libro recoge los deseos y agradecimientos de algunos de los artistas españoles más relevantes del momento como Marujita Díaz, Lina Morgan, Carmen Sevilla, Paquita Rico, Paco Rabal o Mario Cabré, así como de los internacionales Tildas Tamar, Joshiko Jamaguchi o Claude Laydu», señala Sanz de Arellano.

Las dos hojas mecanografías del breve discurso inaugural recogen el sentir y propósitos de sus fundadores. Describen el trabajo de «un grupo de hombres de buena voluntad con el fin de dar San Sebastián un nuevo motivo para que se enseñe orgullosamente hospitalaria ciudad al término de su bullicio estival, cuando sin visitas de cumplido, puede ofrecer lo mejor y más vivo de cuanto posee». Insisten en que San Sebastián es una ciudad amiga y en la que se puede confiar. Por esta razón, cierran la exposición con una leyenda que aparecía en la entrada de muchos caseríos; «Quien entra en esta casa, está en su casa». Explican que el obsequio que entregarán a los ganadores será una concha en recuerdo de este maravillo lugar.

Las dos reliquias presiden el mostrador de Zugasti, acompañadas de una imagen de Audrey Hepburn en la majestuosa historia de 'Desayuno con diamantes'. Otra imagen de la artista sirve de fondo a un elegante vestido rojo en uno de los escaparates. Un libro sobre el 50 aniversario de Zinemaldia, así como una videocámara y varias cámaras de fotos antiguas completan el resto de la decoración entre prendas de la temporada de otoño. «Cualquier persona que lo desee, puede visitarnos para ver estos recuerdos de los orígenes del Festival. Con el libro del 50 aniversario, hemos querido hacer un pequeño homenaje a Zugasti Jantziak, puesto que celebramos este año las bodas de oro. Deseamos destacar la labor del pequeño comercio en la vida social de los barrios y ciudades. Así fue en los inicios del Zinemaldia y continúa siendo en la actualidad en otras iniciativas», comenta Iciar Prieto Zugasti.

Saga Zugasti

El comercio está muy ligado a la familia Zugasti. Durante la guerra, una de las abuelas cosía ropa para los militares en Altzo. Después, abrieron un pequeño establecimiento en Bergara y acudían a las ferias para vender sus prendas. Años más tarde, cambiaron al sector de la alimentación y, desde hace medio siglo, regentan Zugasti Jantziak en el paseo de Altza, 1. «Somos una de las tiendas más veteranas del barrio. Apostamos por la calidad, el trato cercano al público y nuestra extensa trayectoria en el sector. Asimismo, colaboramos en iniciativas sociales como la pasarela de comercios de SShops y eventos del barrio», señalan.

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